Prisa parece estar condenada a no encontrar la paz. Después de algunos meses de aparente calma tras la salida definitiva de Juan Luis Cebrián, las luchas al interior del Consejo vuelven a aflorar tras la reciente imputación de su presidente no ejecutivo Javier Monzón en la operación Púnica. Una batalla en la que Moncloa ya ha decidido su bando.

Como ya ha publicado EL ESPAÑOL, dos de los principales accionistas de la compañía, Amber (30% del capital) y HSBC (9,1%), apoyan el cese de Monzón por considerar que su próximo desfile por los juzgados afectaría claramente la reputación de Prisa. Si nos ceñimos al código de conducta de la compañía, la salida de Monzón debería ser solo cuestión de días.

No obstante, las informaciones confirmadas por este diario indican que Monzón se aferra a su sillón y que se ha negado explícitamente a renunciar, ante las sugerencias del entorno de Joseph Oughourlian, representante de Amber y vicepresidente no ejecutivo de la compañía; y de HSBC, otro de los históricos de la compañía.

Comisión de Nombramientos

Monzón se aferra a la presunción de inocencia y confía en la figura de la desimputación, toda vez que declare por primera vez el próximo 4 de octubre en el caso de posible financiación ilegal del Partido Popular de Esperanza Aguirre.

Por ello, se ha estado dilatando la convocatoria del Consejo y la entrega del informe de la Comisión de Nombramientos, que evalúa desde hace algunos días el caso y que deberá informar de sus conclusiones. Con este informe, los miembros del Consejo deberán decidir el futuro de Monzón, por lo que una eventual destitución necesita la aprobación de la mayoría del máximo órgano de decisión en Prisa.

De momento, nadie muestra sus cartas y Monzón confía en que el Banco Santander, con poco más del 4% de la compañía, siga sosteniéndole. No obstante, el ex presidente de Indra tiene un nuevo hándicap: el apoyo de Moncloa a quienes quieren cesarle.

Soraya y Cebrián

Según ha confirmado EL ESPAÑOL con fuentes cercanas al Consejo, a Amber, HSBC y algunos directivos de Prisa, se suma también el apoyo del entorno de Pedro Sánchez a Joseph Oughourlian, uno de los consejeros mediáticos más activos de Moncloa y con el que el presidente de Gobierno tiene gran sintonía.

Estas mismas fuentes indican que Moncloa está al tanto de la operación y que no pondrá trabas, aunque descarta realizar, de momento, movimientos para presionar a Monzón a que renuncie. Una información que no es baladí considerando que, en sus últimos años, Juan Luis Cebrián se salvó de ser destituido precisamente por el apoyo de la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

En esta oportunidad, Monzón, el sucesor de Cebrián en la presidencia de Prisa, no tendrá su 'Soraya' particular para que mueva ficha entre los accionistas del editor de El País a su favor. La no intervención de Moncloa da vía libre a Oughourlian para que mueva ficha y busque nuevos apoyos en el Consejo sabiendo que la batalla ya no se jugará en el terreno político.

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