China ha anunciado este viernes un acuerdo "de primera fase" con Estados Unidos para mitigar el conflicto comercial que enfrenta a ambas potencias desde el año pasado. El viceministro de Comercio, Wang Shouwen, afirma que el trato aborda temas como la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual, la expansión del comercio y el establecimiento de mecanismos para la resolución de disputas, entre otros.

Por su parte, Estados Unidos se compromete a retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa, según un comunicado publicado por la agencia oficial Xinhua. Otros capítulos tratan la compra de productos agrícolas, servicios financieros, tasas de cambio y transparencia y la expansión del comercio, según la información.

El acuerdo deberá pasar por "procedimientos legales" en los dos países antes de ser firmado, añadió Wang, quien rechazó dar más detalles sobre el proceso de reducción de aranceles o sobre el volumen de compras de productos agrícolas estadounidenses al que se haya podido comprometer China.

El comunicado insiste en que el acuerdo se basa en los principios de la "igualdad y el respeto muto", y que "sirve a los intereses fundamentales de los chinos, de los estadounidenses y de la gente de todo el mundo".

Ambos países han estado inmersos en una guerra comercial durante cerca de año y medio que ha tenido un impacto global, con un notable golpe en la industria europea. El último episodio de la guerra comercial se produjo el pasado 1 de septiembre con la entrada en vigor del aumento del 10% al 15% desde Washington sobre algunas importaciones chinas por valor de 112.000 millones de dólares.

A partir de este domingo Washington planeaba aplicar nuevos aranceles que se han visto interrumpidos con la firma de este acuerdo. Los nuevos aranceles habrían supuesto que millones de productos procedentes de China vieran incrementado su precio en EEUU en un momento clave dada la cercanía de las compras que se producen en Navidad. 

"Reforma y apertura"

"El acuerdo está en línea con las política chinas de reforma y apertura y sus necesidades de promover un desarrollo económico de alta calidad. Ayudará a fortalecer la protección de la propiedad intelectual, mejorará el entorno empresarial, ampliará el acceso al mercado chino y salvaguardará mejor los derechos e intereses legales de las empresas, incluidas las extranjeras, en China", asegura.

También añade que el pacto, fruto de arduas negociaciones, es "propicio" para fortalecer la cooperación entre los dos países y asegura que "conducirá a resolver las diferencias en el campo económico y comercial".

Asimismo, señala que es propicio para mejorar la confianza del mercado global, estabilizar las expectativas de los mercados y crear un buen ambiente para la actividad económica en todo el mundo.

No en vano, las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, que comenzaron el año pasado, han tenido profundas consecuencias mundiales.

En sus últimas previsiones de crecimiento mundial, publicadas en octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajaba sus proyecciones de expansión al 3% este año, dos décimas menos que en julio, lastradas por las dudas que ha generado esta disputa.

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