El Gobierno de Argentina que lidera Mauricio Macri estudia este fin de semana nuevas medidas económicas que permitan tranquilizar a los mercados. El objetivo es encontrar fórmulas que den confianza a unos inversores que tienen cada vez más sospechas de que el país se encamina hacia la quiebra; pero también analizarán la manera en la que el Banco Central puede actuar para evitar que el peso continúe con su devaluación frente al dólar. 

Desde que Macri perdiera la primera vuelta de las presidenciales frente al peronista Alberto Fernández, la moneda argentina viene perdiendo valor lo que ha provocado que el regulador haya tenido que inyectar en el mercado divisas de reserva. ¿El resultado? Las reservas del país se sitúan en algo más de 50.000 millones de dólares. No sólo eso, es que el riesgo país está en máximos desde el año 2005

Por ahora las medidas adoptadas por Macri han dado el resultado contrario al esperado: aplazar los vencimientos de deuda a corto plazo entre tres y seis meses; alargar los plazos con los deudores a medio y largo plazo; pero también renegociar la fecha de devolución del préstamo de 55.000 millones de dólares (de los que ha cobrado ya 44.000 millones) que le concedió el Fondo Monetario Internacional. En total, más de 100.000 millones de dólares son los que están en juego. 

Para evitar que el país se quede sin divisas, el Gobierno argentino ha prohibido a los bancos (sobre todo a los extranjeros) repatriar beneficios al exterior en dólares. Si quieren hacerlo tendrán que solicitar autorización previa al regulador. 

Técnicamente esas medidas deberían haber ayudado a dar confianza, sin embargo los inversores y los mercados se han puesto más nerviosos. Así que ahora el Ejecutivo de Macri tendrá que andarse con pies de plomo, ya que el hecho de haber perdido la primera vuelta de las presidenciales deja a su Gobierno en una debilidad extrema. Además, y por si fuera poco, no parece que su rival Alejandro Fernández esté dispuesto a apoyarle. 

En una entrevista en el Financial Times, el opositor ha dicho que el país está en una “quiebra virtual y oculta”, y ha responsabilizado directamente al presidente y al Fondo Monetario Internacional por apoyar a un “gastador compulsivo”. 

Las agencias de calificación

Tampoco ayudará que Standard&Poors haya declarado el impago selectivo (aunque ha variado su nota al extender los plazos de pago), algo a lo que se ha sumado también Fitch en las últimas horas. Pese a todo Macri insiste en llamar a la calma. 

“Todos podemos ayudar desde la responsabilidad y la prudencia a llevar tranquilidad a los argentinos. Cada uno desde su lugar. Como Presidente es mi única prioridad. Todas mis acciones van en esa dirección, buscando tender puentes y dialogando", dijo Macri en un mensaje enviado en Twitter. En el país se interpretan esas palabras como un llamamiento a la unidad y, por tanto, un dardo directo a Alberto Fernández.

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