Bruselas

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha vuelto a desplegar este jueves su arsenal de estímulos monetarios con el fin de apuntalar la recuperación en la eurozona y reflotar la inflación a niveles próximos al objetivo del 2%: extenderá su programa de compra de deuda pública y privada otros nueve meses, hasta finales de 2017.

El Banco Central Europeo continuará la compra de deuda pública a un ritmo mensual de 80.000 millones de euros hasta marzo de 2017, fecha en la que estaba previsto que concluyera el programa. A partir de ese momento y hasta final del año que viene, las adquisiciones se reducirán a 60.000 millones al mes.

No obstante, Draghi ha dejado claro que no dudará en volver a aumentar el volumen de compras y prolongar el programa incluso en 2018 si es necesario para garantizar el cumplimiento del objetivo de inflación. Esta medida ha sido aprobada por el Consejo de Gobierno por "muy amplio consenso", ha asegurado.

"La presencia del BCE en los mercados va a prolongarse durante un largo periodo de tiempo", ha explicado el banquero italiano. Y ha dejado claro que ni siquiera se ha discutido la posibilidad de ir reduciendo progresivamente la compra de deuda hasta cero (lo que en inglés se conoce como tapering). 

El BCE ha anunciado además que deja sin cambios sus tipos de interés de referencia. El precio del dinero se mantiene en el 0% y las entidades seguirán teniendo que pagar un 0,4% por dejar aparcadas sus reservas en el Banco Central. "Seguirán así durante un periodo prolongado de tiempo, más allá del fin del programa de compra de deuda", ha dicho Draghi.

Persisten los riesgos

El Banco Central Europeo ha actualizado además sus previsiones de crecimiento e inflación, aunque los cambios respecto a lo calculado en septiembre son mínimos. La economía de la zona euro crecerá este año un 1,7% este año, un 1,7% en 2017, un 1,6% en 2018 y un 1,6% en 2019.

En cuanto a la inflación, el nivel de precios pasará del 0,2% este año al 1,3% en 2017, el 1,5% en 2018 y el 1,7% en 2019. No obstante, Draghi ha avisado de que persisten los riesgos a la baja para este escenario.

El banquero italiano ha vuelto a repetir que el BCE no puede hacerlo todo y ha pedido a los Gobiernos nacionales y también a la UE que cumplan su parte. En particular, ha reclamado que se aceleren las reformas estructurales. "Las políticas presupuestarias también deberían apoyar la recuperación económica, eso sí, cumpliendo las reglas fiscales de la UE", ha explicado.

Draghi ha esquivado la mayor parte de las preguntas sobre la precaria situación de la banca italiana y la posibilidad de un inminente rescate público. "La vulnerabilidad del sistema bancario en Italia ha estado ahí desde hace mucho tiempo. Debe abordarse. Confío en que el Gobierno sabe qué hacer y que lo afrontará", se ha limitado a señalar.

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