El grupo PSA no termina de dar con la tecla más adecuada para su carsharing en Madrid. La compañía perdió en 2018 algo más de 2,6 millones de euros, según las cuentas que acaba de presentar en el Registro Mercantil. 

Las pérdidas son un 73% superiores a las registradas un año antes cuando se dejaba poco más de 1,5 millones de euros. Aunque los números rojos son acuciantes, lo que resulta preocupante de verdad es que la cifra de negocios se ha estancado y sólo ha crecido poco más de 100.000 euros respecto al ejercicio 2017.

El estancamiento de los ingresos no compensa el aumento de los costes operativos de la compañía. Sólo el alquiler de los vehículos que Mobility Services Free2Move Madrid debe abonar a su matriz, PSA, alcanza los 31 millones de euros; es decir, un 10% más respecto al año anterior. 

Llama también la atención la cifra que tuvo que abonar en primas de seguros: 971.000 euros. Es decir, cerca de 1.700 euros por cada uno de los 600 vehículos que tenía en las calles de Madrid.

Unas cifras que se produjeron el mismo año en el que el grupo PSA compró el 51% de la compañía que no controlaba a Estacionamientos y Servicios (EYSA). Un paso en la estrategia del grupo francés de crecer en el segmento de la movilidad y que buscaba integrarla bajo el paraguas de su marca de movilidad: Free2move. 

De hecho, a lo largo de este 2020 está previsto que Free2move sea la marca de movilidad del grupo PSA. En ella estará emov, pero también otros actores de movilidad que pertenecen al grupo. 

La presentación del nuevo servicio se llevaba a cabo en Madrid el pasado mes de noviembre, y en ella la vicepresidenta ejecutiva responsable de Movilidad y Conectividad del grupo PSA decía que emov es rentable y ha dado “beneficios en los últimos meses”.

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