Mientras en La Moncloa se celebraba el primer Consejo de Ministros de la legislatura, el Tesoro cerraba en la mañana de este martes una emisión sindicada de deuda pagando mínimos históricos.

Una buena noticia para la economía española que quedó empañada poco después por cuatro preguntas incómodas sobre la economía española que los inversores plantearon a medio día al secretario del Tesoro Público, Carlos San Basilio.

España celebra este 14 y 15 de enero la décima edición del Spain Investors Day, un evento en el que los inversores internacionales esperaban tener un encuentro público con la nueva vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño. Pero la agenda improvisada de Pedro Sánchez con el primer Consejo de Ministros obligó a San Basilio a sustituir a la ministra.

Un plantón de Calviño que no sentó demasiado bien a quienes llevan asistiendo una década a este evento que fue ideado cuando España estaba sumida en una profunda crisis y era necesario revitalizar su imagen.

En su lugar, San Basilio tuvo que atender a los fondos y firmas institucionales que a lo largo de dos días se reunirán con buena parte de las empresas del Ibex 35 y el ICO para estudiar posibilidades de inversión.

Los inversores presentes en el foro plantearon al secretario del Tesoro cuatro únicas preguntas. Pero todas ellas dejaron entrever la inquietud -de momento, sin alarma- que existe en los mercados financieros por la deriva que pueda tomar la política económica del primer Gobierno de coalición de izquierdas de la Democracia.

Reforma laboral y déficit

La primera cuestión que sacaron a relucir los inversores estuvo relacionada con el impacto que puede tener la agenda del Gobierno en la economía española, planteando dudas, en concreto, sobre el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y su impacto en la competitividad.

La segunda incidió sobre los efectos que puede tener la derogación reforma laboral en la deslocalización de las empresas españolas. 

Una pregunta a la que siguió otra más con la que pretendían saber en qué bases se va a asentar el crecimiento económico español.

Y una última, en este caso plateada por un periodista extranjero, para saber si se está negociando con la Comisión Europea una nueva senda de déficit y, en ese caso, cuál es la magnitud del desvío presupuestario que se estaría planteando.

Para esta última cuestión no hubo respuesta concreta sino solo la confirmación de que ya se está hablando con Bruselas sobre los Presupuestos de 2020.

Respuestas de manual

Tras destacar que de las cuatro vicepresidencias del Gobierno, tres estarán dedicadas a afrontar los retos económicos que tiene España por delante, San Basilio respondió a los inversores tirando de manual.

El secretario del Tesoro recordó que el ratio de crecimiento de los salarios en España ha sido menor que en otros países; que España es una de las economías de la Eurozona que mejor se ha sostenido en el actual escenario de comercio global y que los futuros Presupuestos Generales del Estado (PGE) deben ser capaces de combinar consolidación fiscal, crecimiento e inclusión social.

Sin entrar en el fondo de la cuestión, ni en las propuestas concretas en materia laboral, San Basilio apuntó que el mercado de trabajo español padece algunas ineficiencias y debe acometer una reforma integral para atajar el problema del desempleo.

Al término de las cuestiones, el secretario resopló discretamente, probablemente sin ser consciente de que la cámara recogía su gesto.

Horas después de sus palabras, en un cóctel con inversores el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, incidió en las preocupaciones de los asistentes con un discurso en el que pidió al Gobierno que no olvide la temporalidad y preserve los avances que ha experimentado la competitividad de la economía en los últimos años.

La prima a favor

Con la prima de riesgo en 68 puntos, frente a los 159 de Italia, el nuevo Gobierno cuenta con el viento a favor de los mercados para arrancar su actividad. 

Prueba de ello fue la emisión que se cerró este martes con datos históricos. El Tesoro colocó 10.000 millones de euros en una emisión sindicada a 10 años en la que recibió una demanda récord de más de 53.000 millones de euros. 

Además, el organismo logró cerrar la operación a un tipo de interés del 0,509%, frente al 1,46% que pagó hace un año por una operación similar.

En la misma mañana, se colocaron otros más de 5.100 millones de euros en letras a seis y 12 meses a tipos negativos, es decir, cobrando a los inversores a cambio de que presten dinero a España.

Una situación a la que los Estados europeos empiezan a acostumbrarse gracias a la elevada liquidez que existe en los mercados financieros por la política expansiva que mantiene el Banco Central Europeo (BCE), pero que ya parece tener fecha de caducidad.

Vigilancia del mercado

Sin embargo, el secretario del Tesoro pudo constatar en el foro organizado por Exane BNP Paribas y Grant Thornton que los inversores permanecen vigilantes al nuevo escenario político.

En este contexto, el banco de inversión suizo Julius Baer ha difundido una nota entre sus clientes esta semana en la que, tras analizar a nueva situación política de España, afirma que espera "más volatilidad" y recomienda no exponerse demasiado a la deuda española a más largo plazo.

El analista de la citada firma explicaba que la debilidad parlamentaria de la nueva coalición complicará la aprobación de las medidas que están sobre la mesa, pero también aventuraba que España abandonará la senda reformista [ya parada] en los últimos años de fragmentación parlamentaria.

San Basilio resaltó en su discurso la sostenibilidad y continudad del crecimiento español, una coyuntura que ha sido posible gracias a la contención del déficit y medidas como la reforma laboral, que se aprobaron en los años de crisis y ahora están en la cuerda floja.

Unas reformas que fueron premiadas por los mismos mercados que, gusten o no, son necesarios para financiar las políticas sociales que se quieren poner en marcha en esta legislatura.

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