Producción de materiales sostenibles con el medioambiente, consumo responsable, segunda vida para productos, muebles y aparatos electrónicos y electrodomésticos y reciclaje eficiente. Todos los eslabones que componen la cadena de la economía circular comienzan a ganar peso en España.

Con la Cumbre Mundial del Clima COP25 como telón de fondo, EL ESPAÑOL y Fundación ECOLEC han organizado el Foro de debate Nuevos hábitos de consumo y economía circular, donde hemos podido conocer de primera mano la labor que empresas, fundaciones y asociaciones están realizando para que el día a día de nuestra economía sea realmente sostenible.

Rafael Serrano, director de relaciones institucionales, marketing y comunicación de ECOLEC dio el pistoletazo de salida indicando que uno de los retos del sector es concienciar a los consumidores sobre qué es una compra responsable desde el punto de vista de la sostenibilidad y de la racionalidad, al mismo tiempo que se incide en la gestión de este producto cuando se convierte en residuo, "tanto desde el punto de vista de la administración, personal y de la Sociedad Civil".

Por su parte, Elena Fernández, subdirectora de responsabilidad social corporativa de Correos ha aportado la visión del operador logístico en esta cadena. Para la directiva la estrategia circular de la compañía se basa precisamente en tres pilares: negocio e innovación responsable, compromiso con la comunidad y gestión sostenible. Y en ellos el compromiso de la empresa con sus clientes es fundamental.

Una visión que también ha compartido María de Ramón, líder de Reciclaje y Economía Circular de Leroy Merlin, aunque ha advertido que este camino debe recorrerse entre todos los actores. Para De Ramón es muy importante la responsabilidad que tiene una empresa para con la sociedad y el medio ambiente, pero también el rol de los retailers como tractores de sus proveedores y divulgadores de las prácticas y comportamientos sostenibles entre los consumidores.

Para Arturo García, Sustainability Manager de Ikea Ibérica, existe un deseo real de los consumidores de tener una vida más sostenible y saludable en sus hogares, pero esto no siempre se traduce en comportamientos reales de acciones sostenibles, fundamentalmente por desconocimiento de estos procesos. Es por ello que -indicó- es fundamental que las empresas acompañen a sus clientes en este proceso con medidas transformadoras y tangibles. En definitiva acciones que puedan ser rentables para todas las partes.

Carlos Moreno-Figueroa, secretario general de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos (FECE) ha puesto cifras a esta rentabilidad  indicando que, por ejemplo, un frigorífico A+++ respecto a uno convencional puede ahorrar 175 euros al año en electricidad. "Te podría salir gratis el aparato en cinco años, aproximadamente". "Simplemente teniendo aparatos eficientes en el hogar como el frigorífico, la lavadora, el lavavajillas y la secadora en A+++ pueden ahorrar unos 800 euros al año en consumo energético".

Foro de debate EL ESPAÑOL - ECOLEC

Un ecosistema que requiere de la responsabilidad del productor pero también del distribuidor. Para el representante de ECOLEC -especializados en reciclaje de productos electrónicos- estamos en un mercado donde las reglas no son iguales para todos y ha recordado el caso de Amazon que recientemente fue denunciado por la propia FECE por no recoger lavadoras y neveras antiguas cuando entregan las nuevas. Una situación que pone el foco en el creciente aumento en las ventas de internet y en la escasa regulación y concienciación medioambiental en algunos actores de este nuevo mercado.

Respecto de responsabilidades, María de Ramón recordó que Leroy Merlin trabaja con proveedores para cuidar la producción y etiquetado de los productos que venden, vigilan cómo se gestionan los residuos que generan éstos, pero además apuesta por alargar la vida de estos productos concienciando a sus clientes de que pueden darle una segunda y hasta una tercera vida útil con diferentes formas de reutilizarlo. 

Una fórmula con la que coincide Arturo García quien además aportó su visión como directivo de una empresa sueca como Ikea donde estos criterios de sostenibilidad llevan décadas realizándose. "Pone mucha presión ser sueco porque efectivamente los latinos tenemos una imagen de sostenibilidad y eso supone que tengamos más expectativas respecto de nuestra labor en estos temas. Pero Ikea lo tiene incorporado en todo su modelo de negocio y es capaz de invertir en el largo plazo con el objetivo de democratizar el consumo y la sostenibilidad".

En el caso de la sostenibilidad en el transporte, la representante de Correos ha indicado que la compañía está intentando crear zonas de reparto cero emisiones con vehículos impulsados por energía eléctrica 100% renovable y que también apuestan por la conducción eficiente ahorrando un 15% de combustible en toda su flota de más de 14.000 vehículos. También utilizan inteligencia artificial para la redistribución de rutas y mejor cálculo de la capacidad de las furgonetas.

Respecto de la influencia de la Administración en la economía circular los participantes del debate han coincidido en que se avanza pero que muchas veces los objetivos macro impuestos desde los gobiernos no están tan relacionados con la realidad.

Carlos Moreno ha pedido a las administraciones locales que faciliten y que no compliquen y "que no se queden en la gran declaración y que aterricen las propuestas". En una madeja de directivas y ordenanzas que buscan la sostenibilidad el responsable de FECE cree que existe quizás demasiada burocracia y poca armonización de los criterios.

Por su parte, Rafael Serrano, ha indicado  pese a las trabas burocráticas que la administración, creen que la visión es positiva y que los objetivos son más ambiciosos, lo cual siempre es positivo. "El problema ya se conoce, lo que nos permitirá buscar soluciones". Y en eso precisamente están trabajando las empresas y las administraciones: en soluciones que puedan consolidar la economía circular de la mano de los consumidores y usuarios.