Orange ha dado un golpe sobre la mesa para intentar mejorar sus expectativas y sus ingresos en el mediano plazo. El presidente y consejero delegado, Stéphane Richard, ha confirmado este miércoles que la operadora segregará sus actividades de torres de telefonía móvil en Europa en "entidades dedicadas" que seguirán bajo su control y cuya actividad comenzará en Francia y España en 2020.

Un anuncio que se conoció minutos después de la venta de 1.500 torres en España a Cellnex por un importe total de 260 millones de euros. Después de la operación, Orange seguirá manteniendo 7.700 emplazamientos en nuestro país, los que se segregarán en la nuevas compañía que nacerá en 2020 exclusivamente para gestionar estos activos.

Una operación que tiene tres objetivos principales: soltar lastre de las viejas estructuras, buscar socios estratégicos que refloten el negocio de las infraestructuras y conseguir dinero fresco paga pagar el despliegue de redes de nueva generación y 5G. La compañía posee actualmente unos 40.000 emplazamientos en Europa, incluyendo 17.100 en Francia y 7.700 en España.

"Actualmente, creemos que el valor de nuestras redes no se refleja en el precio de nuestras acciones", ha indicado Richard durante su intervención en el Día del Inversor de la compañía realizado este miércoles.

Problemas de ingresos

Orange, al igual que todo el sector telco en Europa, tiene problemas para mejorar sus ingresos por la elevada competitividad del sector, el exceso de actores y la compleja regulación del continente. Una situación asfixiante que ha hecho que los inversores y analistas en todo el mundo desconfíen del negocio y castiguen a estas compañías en bolsa. 

De esta manera, la venta de torres -una tendencia que se ha agudizado en el sector en lo que va de año- permite centrarse en el core de sus negocios: la comercialización de servicios de telecomunicaciones poniendo en valor lo que realmente es rentable dentro del portfolio de la compañía.

El segundo objetivo es buscar socios estratégicos que inviertan en este negocio y que puedan ser un catalizador para este desarrollo. Al crear una nueva unidad de negocio, la entrada de inversores es más expedita y menos traumática, además de que puede convertirse en un primer paso para una posterior venta de activos.

El tercer objetivo es financiar nuevas inversiones tras la venta de torres. En el caso de Orange se estima que el valor de este negocio se situaría entre los 8.000 y los 10.300 millones de euros tomando como referencia crecientes operaciones en el sector. Unos recursos claves para la implementación del 5G tanto desde el punto de vista de la inversión directa como de los ahorros que podrían producirse compartiendo infraestructuras.

Desarrollo del 5G en España

Según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, el despliegue de 5G podría tener un coste de 4.500 millones de euros si es que Vodafone, Telefónica, Orange, MásMóvil y Euskaltel emprenden este desarrollo por separado.

Estas mismas fuentes calculan que cada una de las grandes compañías deberá gastar unos 75.000 euros en cada una de las 20.000 torres que deberá adaptar para el 5G, lo que arroja unos 1.500 millones de coste en España para operadoras como Telefónica, Orange y Vodafone. No obstante, si comparten despliegues, una sola torre se podría usar para varias compañías reduciendo la factura final en la medida que se pongan en marcha sinergias.

Después del anuncio de este miércoles, Orange se suma a Vodafone y Telefónica que en los últimos meses han tomado decisiones en esta misma línea. La teleco británica anunció en julio que creaba una nueva organización, denominada TowerCo, que agrupará toda su infraestructura de torres en Europa.

La entidad estará operativa en mayo de 2020 y, según la compañía, buscará diferentes opciones para monetizarla en un plazo de 18 meses. Entre las alternativas están su salida a bolsa o la venta de una participación minoritaria o mayoritaria, total o por países. TowerCo contará con la cartera de 61.700 torres en 10 mercados.

Movimientos de Telefónica

Telefónica anunció la semana pasada una importante reorganización de sus negocios que, entre otras cosas, incluye la creación de una nueva división, Telefónica Infra, centrada exclusivamente en monetizar su portfolio de activos como torres, sistemas de antenas distribuidas, data centers, proyectos de fibra o cables submarinos, entre otros. 

La joya de la corona de esta división es Telxius, creada en 2016 y participada en un 50,01% por Telefónica, en un 40% por el fondo KKR y en un 9,99% por Amancio Ortega. Una compañía que la operadora quiere utilizar como punta de lanza de su negocio de infraestructuras.

Precisamente el primer paso de esta monetización se produjo el pasado viernes -solo dos días después de la creación de Telefónica Infra- tras la venta de 1.909 torres de Telefónica Brasil a Telxius Torres Brasil, filial indirecta de la operadora española, por 140 millones de euros.

En lo que va de año, Telxius ha comprado cerca de 3.000 torres en Brasil, España, Perú y Chile. Telefónica tiene en propiedad 68.000 torres en todo el mundo, de las que unas 20.000 están en poder de Telxius.

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