El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha reconocido este martes que la "cronificación" de la tensión política y social en Cataluña es una amenaza para las empresas y la economía y ha pedido “promover el diálogo dentro de la legalidad” para "solventar" una situación que ya afecta a la vida diaria de la gente y por tanto, a los negocios.

La apelación al diálogo entre las fuerzas políticas y sociales para desencallar la crisis catalana no es nueva en el discurso de CaixaBank. Sin embargo, esta petición y el reconocimiento de que la tensión social y política está dañando a las empresas se produce un día después de que el presidente de Seat abriera la puerta en una entrevista concedida en La Vanguardia a trasladar la producción de Martorell a otras plantas.

Por su dependencia de los mercados financieros y el BCE, CaixaBank, junto con Banco Sabadell, se vio obligada a trasladar su sede social a Valencia ante el referéndum del 1-O. Dos años después de esa decisión, el banco reivindica su implicación territorial con todas aquellas comunidades autónomas en las que trabaja sin olvidar que su nacimiento, hace 115 años, fue en Cataluña, según ha recordado el presidente de la entidad durante un desayuno organizado por Forum Europa.

La actualidad política también ha hecho que Gual pida al próximo Gobierno una "política fiscal prudente" y recuerde que la banca ya contribuye de forma significativa a los Presupuestos, por lo que ha recordado a los políticos que deben trabajar por el equilibrio presupuestario entre ingresos y gastos.

Inflación no a cualquier precio

Estas afirmaciones de Gual a preguntas de los asistentes se han producido después de que el economista centrara su discurso en otros asuntos cruciales para el sector financiero.

Pocos días después de que Christine Lagarde tomara las riendas del Banco Central Europeo (BCE), Gual ha pedido abrir una reflexión sobre la prolongación en el tiempo de una política monetaria anormal y ha señalado que la estabilidad financiera debería tener un mayor peso en las decisiones sobre los tipos de interés, junto con los objetivos de inflación. "No deberíamos ir a por objetivos de inflación del 2% a cualquier precio", ha advertido.

"La banca necesita ser suficientemente rentable para mantener el capital. Si los tipos bajos lo impiden se menoscaban los efectos de la política monetaria", ha reflexionado el académico que preside el banco.

Gual también ha recordado que las autoridades europeas deben avanzar en el proceso de Unión Bancaria para que las fusiones transfronterizas que reclama el BCE puedan ser una realidad. En este sentido, ha recordado que el sector público debe trabajar por crear un bono común que acabe con el "privilegio" del que gozan países que se financian gratis en los mercados. También ha recordado que Europa tiene que crear su sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS por sus siglas en inglés) y ha advertido que el marco de resolución bancaria todavía no está terminado.

Big tech y confidencialidad

El presidente de CaixaBank también se ha referido al reto de la digitalización, tanto por la aparición de nuevos competidores en el negocio bancario -no solo las fintech, también las big tech-, como por otros retos que afronta el sector en la transformación de sus servicios.

En este sentido, Gual ha reivindicado un valor añadido que la banca ofrece en este nuevo entorno a los clientes: la confidencialidad de sus datos que debería ser una palanca para que los clientes confíen en las entidades.

Además, ha insistido en que CaixaBank acometerá su transformación digital de manera "gradual" para evitar que las personas mayores que prefieren una relación con la banca tradicional se sientan excluidas en este nuevo entorno de relación con el cliente.

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