Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.466 millones de euros en los primeros nueve meses del año, un 32,5% menos, frente a los 2.171 millones del mismo periodo del ejercicio anterior.

Este último resultado, ha explicado la petrolera que dirige Josu Jon Imaz, incluía una plusvalía de 344 millones registrada tras cerrar, en mayo de 2018, la venta de su participación en Naturgy. En la presentación de resultados hasta septiembre, remitida este jueves a la CNMV, Repsol ha apuntado además que la valoración de los inventarios de hidrocarburos que la compañía almacena fue mayor entre enero y septiembre de 2018 debido a unos precios del crudo y del gas superiores a los de este año, lo que supuso un efecto de 329 millones de euros.

El beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios de la

compañía, ya que excluye el citado efecto de valoración de los inventarios, se situó en 1.637 millones de euros, frente a los 1.720 millones logrados en el mismo periodo de 2018.

La compañía ha resaltado que durante los nueve primeros meses de año "demostró su capacidad de generación de valor y adaptación para lograr estos resultados", en un contexto marcado por la caída de los precios de las materias primas respecto a 2018, con un entorno débil para el refino y la actividad de Libia suspendida durante parte del año.

Así, en lo que respecta a las materias primas, el crudo Brent se negoció a una media de 64,6 dólares por barril entre enero y septiembre, con un descenso superior al 10% respecto a la cotización media del mismo periodo de 2018. El crudo WTI tuvo un precio medio un 15%más bajo, 57,1 dólares por barril, mientras que el gas Henry Hub se situó en una media de 2,7 dólares por MBtu, con un descenso del 7% respecto a los nueve primeros meses de 2018.

Para el consejero delegado de la energética, Josu Jon Imaz, “en un entorno macroeconómico más débil, el robusto desempeño del flujo de caja de Repsol muestra la solidez de nuestra estrategia”. 

Evolución por negocios

El negocio de Upstream (Exploración y Producción) logró en los nueve primeros meses del año un resultado de 864 millones de euros, frente a los 1.015 millones de 2018, algo que la compañía relaciona con los menores precios del crudo y del gas, y por las paradas de producción en Libia.

"Las medidas de eficiencia y digitalización implantadas por la compañía permitieron que el negocio pudiese adaptarse con éxito a este contexto y continuase generando valor", explican desde la compañía.

El negocio de Downstream (Refino, Química, Movilidad, Lubricantes, GLP, Trading,

Mayorista de Gas, y Repsol Electricidad y Gas) obtuvo un resultado de 1.087 millones de euros, en línea con los 1.098 millones que registró entre enero y septiembre del año anterior.

Las áreas de Química, Perú, Trading y Movilidad tuvieron un comportamiento más positivo, mientras que la actividad de refino, ha apuntado Repsol, se vio influida por un entorno internacional adverso.

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