Antes de que llegase Airbnb, que Rosalía fuese una estrella internacional y que Barcelona se convirtiese en la capital mundial de la tecnología móvil (al menos una vez al año), Ángel y Katia crearon un templo de la moda urbana. Este matrimonio vio en 1999 la oportunidad de apostar por la moda de kilómetro cero, hecha en Mataró (Barcelona) y pegada a las tendencias.

“Tenían tiendas multimarca, pero se dieron cuenta que ninguna marca podía cubrir la demanda que ellos veían en las tiendas”. Así que crearon Kaotiko y ubicaron su primera tienda en el barrio gótico de la capital catalana. Tras veinte años de actividad, Kaotiko quiere dejar de ser una empresa para ser una marca.

Germán Bernad, director general, explica a EL ESPAÑOL la evolución de esta enseña que en la actualidad cuenta con 13 tiendas, incluida su página web. Recibe a este periódico a escasos metros de su tienda madrileña en la calle Fuencarral, una de las más llamativas gracias al graffiti que pintó Ricardo Cavolo el día de la inauguración.

Germán Bernad, director general de Kaotiko.

Kaotiko tiene su propia marca, bajo la que engloba prendas de ropa y accesorios. Pero en sus tiendas, también tienen cabida productos de North Face, Nike, Vans y marcas de moda skater o urbana.

Bernad llegó a Kaotiko en 2015 cuando el matrimonio fundador buscaba un socio que además de aportar capital tuviese conocimientos sobre el sector. En Estudio 2000 encontraron ambas cosas, los hermanos Bernad -Germán y Juan Ramón- trabajaban entonces para Diésel y Puma. Fue en Navidad del año pasado cuando los Bernad pasaron a controlar el 90% de la compañía, tras una decisión personal de los fundadores, y Germán se convirtió en el director general.

“Cuando entramos en 2015 la facturación estaba alrededor de los 5 millones de euros y decidimos salir de Cataluña. Lo primero que hicimos fue abrir en Madrid, vinimos haciendo ruido. Nos parecía una apuesta atrevida, llegar a la calle Fuencarral con unas etiquetas enormes de ‘Made in Barcelona’”, describe Bernad. Después de Madrid llegaron Platja d’Aro (Girona), Mallorca, Valencia, A Coruña… y próximamente levantarán la persiana en San Sebastián.

De cocinera a restaurante

“Estamos en un periodo donde tenemos que transformar la empresa para convertirla en una marca”, insiste el director general. “Yo siempre digo que Katia era una cocinera y, uno le pedía arroz, otro pasta, y ella hacía cada plato para cada una de las tiendas en Barcelona, que eran cuatro. Pero ahora somos 13 repartidas por España, y no puedes hacer menús diferentes. Así que hacemos primeros y segundos y cada uno que elija”, bromea. Aun así, asegura que los productos más vendidos son los mismos en todas las tiendas.

La compañía pasa por un momento de transformación en el que tiene que cubrir el stock de todas sus tiendas sin perder su esencia. 100% marca España. “El 90% de nuestro textil se hace en Barcelona, en las fábricas de Mataró. El tejido vaquero se hace en Granada y el calzado en Elche. A nivel logístico es mucho más cómodo irse a Mataró a ver como va la producción y además creo que el factor humano y familiar se refleja en nuestras prendas”, presume.

Vídeo del proceso de producción de las prendas de Kaotiko.

En una época en que el fast fashion ‘uniformiza’ a los más jóvenes, en Kaotiko apuestan por la producción limitada de sus prendas. “Vamos horneando la cantidad de pan que vamos necesitando; ni horneamos de más ni vendemos lo que sobra a mitad de precio”, insiste Bernad con las metáforas gastronómicas. Esto explica que la marca no apueste por grandes rebajas “es que no nos sobran prendas”, justifica.

Una de las estrategias para consolidar la marca es destinarle más espacio en las tiendas. “Antes era un reparto al 50%, ahora Kaotiko ocupa el 70 y el resto de las marcas el 30%”, explica el director general. Además, la compañía colabora con Zalando y diseña algunas “prendas exclusivas” para el marketplace. De la misma forma, también venden a otras tiendas que según el responsable de Kaotiko les “aportan” y cuyos diseños se complementan.

Público pegado al móvil

“Tenemos un público que va de los 18 a los veintilargos, se mueven por redes y eso hace que su información sea la misma en Coruña, Madrid o Nueva York”, describe. Las redes tienen un peso importante para la compañía, desde descubrir tendencias hasta decidir aperturas en función de las visitas y compras online.

Precisamente en la web es donde Germán Bernad considera que hay que poner toda la carne en el asador. “El online no tiene límites, está abierta 24 horas y puedes meter todo el stock que quieras. Tenemos un público que vive por y para el móvil y creemos que tiene un potencial muy fuerte”, justifica. Tanto es así que confía en que en un futuro su página web sea su mayor fuente de facturación.

Kaotiko espera cerrar 2019 con una facturación de 12 millones de euros de los cuales uno provendría de la tienda online y otro de la venta a otras tiendas. Son conscientes que la ‘fiebre del chándal’ les está beneficiando.

“Creo que Balenciaga es el ejemplo más fácil de utilizar para explicar lo que está pasando. Si hace 15 años le dicen a Balenciaga que iba a estar diseñando chándals o zapatillas de plataforma para modernos de 20 años, no se lo hubiese creído”, describe el director general de la marca.

Medioambiente

Germán Bernad considera que la conciencia medioambiental es “maravillosa”, pero exige que sea “a nivel empresarial y también personal”. Opina que produciendo moda a ciertos niveles “se prostituye y no le damos valor. Si los propios empresarios no cuidamos la moda, es muy difícil que el consumidor lo valore”, describe. Desde Kaotiko intentan que el proceso de “artesanía” con el que producen las prendas se traslade a los empleados de las tiendas y también a sus clientes.

“A la gente de las tiendas les hacemos formación porque tienen que vender lo que somos, somos artesanía, hacemos fabricaciones cortas y en España. Quizá una sudadera nuestra vale el doble, pero es que lo vale”, argumenta. “Sería absurdo dedicarle tanto tiempo a la tienda y luego vender las sudaderas como si fueran trapos”, subraya.

Germán Bernad no pretende hacerse “rico con esto, si no disfrutar y crear este efecto: que la gente hable de Kaotiko”. ¿Y qué ha hecho para celebrar el veinte aniversario en Barcelona? “Montar un tiendón en Rambla Catalunya”, en la ciudad que vio nacer a la marca. El nombre que sugirió un trabajador de la primera tienda de la compañía bautizó como ‘Kaotiko’ a esta marca española que con veinte años sigue dispuesta a “hacer ruido” y marcar tendencia.