Al margen de la visión inmovilista de parte del sector del taxi que busca con sus huelgas blindar el actual negocio de este medio de transporte, existen otros colectivos que, de manera más silenciosa, trabajan en la búsqueda de qué evoluciones necesita el sector para seguir ocupando la posición clave que hoy tiene en la movilidad de las ciudades.

Como todo sector hiperregulado, el principal problema que tiene el taxi es que la capacidad de poner en marcha cambios de calado no está en sus manos. Número de licencias, precio y horas de trabajo, entre otras cuestiones, dependen de las correspondientes autoridades de cada ciudad.

Una circunstancia que está frontalmente reñida con la principal característica que está marcando los grandes cambios que está viviendo la movilidad en su conjunto: la flexibilidad

En esta dirección apunta uno de los últimos análisis realizados sobre el sector del taxi en España. Free Now, la antigua MyTaxi, junto con Price Waterhouse Coopers (PWC), ha presentado un estudio que analiza la situación actual del taxi, los retos a los que se enfrenta y, además, propone una serie de medidas con las que, según el informe, el sector del taxi podría conseguir mejorar su competitividad y sostenibilidad de cara al futuro.

La investigación, centrada en Madrid y Barcelona, las dos ciudades más pobladas de España que concentran el 37% de los taxis del país, se ha dirigido en el efecto que tendrían cinco medidas regulatorias orientadas a flexibilizar la situación del taxi en España. Una serie de modificaciones que harían temblar los principales pilares que actualmente sostienen este sector pero que abrirían la puerta a un nuevo tiempo lleno de oportunidades. 

El primero de los elementos en los que se centra el análisis trata uno de los grandes tabús del sector: la ampliación del número de licencias. La revisión de las restricciones cuantitativas al número de licencias permitiría aumentar el número de taxis y la competencia en el mercado lo que, según el informe, mejoraría el funcionamiento y la asignación de oferta y demanda, beneficiando a los usuarios.

El estudio defiende que la mayoría de países que han eliminado o reducido las restricciones a la entrada de nuevas licencias han experimentado un incremento de la oferta de taxis y obtenido importantes beneficios para los usuarios a través de una mejor cobertura de la demanda y de una reducción de los tiempos de espera.

El segundo de los puntos señala una limitación actual no menos polémica: la fijación de tarifas. "Apostar por un sistema flexible de tarifas dentro de una horquilla de máximos y mínimos permitiría mejorar el bienestar de los usuarios a la vez que preservar la rentabilidad de los profesionales del taxi siempre que los precios mínimos garanticen que se cubren los costes de la provisión del servicio".

Esta medida apunta a tomar como base parte de la estrategia que utilizan Uber o Cabify de tarifas dinámicas dependiendo de la demanda pero, en este caso, apuesta porque los reguladores marquen los límites frente a la libertad total con la que ponen sus precios las citadas startups.

Según este análisis, un sistema tarifario más flexible que el actual contribuiría a fomentar el uso del taxi en momentos en los que la demanda del taxi es menor o incluso aumentar la utilización del servicio en segmentos de la población en los que actualmente el taxi tiene poca penetración. Es decir, poner tarifas súper competitivas para los horarios que actualmente tienen menos viajes con las que llenar taxis vacíos y mejorar el negocio de las carreras cortas en los momentos de máxima demanda. 

Taxis compartidos y geografía 

¿Y si más de un usuario pudiera beneficiarse de un trayecto? El estudio también aporta soluciones para cambiar el concepto actual del viaje en taxi. El informe defiende que la promoción de los viajes compartidos impactarían al actual modelo por dos vías. Por un lado, beneficiaría a los usuarios a través de la reducción de precios. Por otro, tendría un importante efecto medioambiental derivado del mejor aprovechamiento de los vehículos y de la reducción de la contaminación.

Para cuantificar este efecto se ha utilizado información sobre el servicio de taxi compartido en Alemania proporcionada por Free Now y se ha estimado una reducción de precio respecto al servicio no compartido del 30%. Si el taxi compartido alcanzara una penetración del 20%, el precio medio pagado por usuario para el conjunto de viajes se reduciría en aproximadamente un 6%. 

En concreto, para un escenario de penetración del 20% de este tipo de viajes estima un ahorro en el precio de los viajes de 42,4 millones y 28,3 millones en Madrid y Barcelona, respectivamente.

Como cuarta medida el estudio señala a la restricción de servicio geográfica, otra de las limitaciones tradicionales del taxi en España. "Permitir cargar pasajeros fuera de la área urbana de obtención de una licencia mejoraría la eficiencia de las rutas realizadas entre áreas urbanas al reducir los kilómetros en vacío que el taxi debe recorrer desde que acaba un viaje interurbano hasta que vuelve al municipio de concesión de la licencia según la normativa actual".

El informe indica que este cambio supondría, por un lado, un importante ahorro económico en términos de combustible, gastos de mantenimiento del vehículo y, por otro lado, un ahorro de emisiones. 

Por último, el estudio analiza los efectos que tendría una mayor flexibilización de la actual limitación de jornadas y turnos que sufren los taxistas. Un cambio en este sentido permitiría, según este estudio, que el taxista "trabajara de forma más efectiva y podría dar una mayor cobertura de servicio".

Así, los beneficios de esta medida regulatoria se asocian con una mejora significativa de la cobertura de la demanda en periodos temporales concretos como pueden ser los festivos, los fines de semana o las noches, asegurando la seguridad del servicio gracias a la existencia de mínimos y máximos regulados.

En base a datos facilitados por Free Now, se ha estimado que se dejan de realizar al año en torno a 6,6 millones de desplazamientos en Madrid y 7,7 millones en Barcelona como consecuencia de la escasez de oferta. 

Creación de negocio

De aplicarse todas estas medidas, el estudio Perspectivas del futuro de la movilidad urbana en España concluye que se generaría un impacto económico positivo para la sociedad de 214 millones de euros.

Una serie de medidas que impactarían en unos precios en muchos casos más bajos pero que, a cambio, pretenden aumentar el porcentaje del tiempo que los vehículos están ocupados. Una fórmula con la que los números, lejos de descender respecto a la situación actual, podrían hasta mejorar. 

Al margen de esta cantidad, este estudio abre la puerta a tomar una serie de decisiones, en muchos casos traumáticas y que habría que valorar qué apoyo tienen dentro del propio sector, que antes o después deberán protagonizar muchos de los debates de los que saldrá el futuro modelo del negocio del taxi. Un futuro que, con estas u otras medidas deberá ser muy distinto al modelo actual. 

Noticias relacionadas