Alberto Rodríguez-Toquero (Mahou) y Gonzalo Gortázar (Caixabank).

Empresas COMO LEONES

30 septiembre, 2019 00:37

Rodríguez-Toquero, acuerdo histórico para Mahou

La cervecera española parece imparable. Mahou San Miguel acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el grupo multinacional AB InBeV para producir y distribuir en nuestro país marcas de gran importancia en el sector como Corona, Stella Artois o Budweiser.

Un acuerdo que supondrá que, por primera vez, algunas de las cervezas del grupo multinacional se fabriquen en España; en concreto, en los centros de producción de Mahou San Miguel. Un anuncio que ha sido recibido con sorpresa, pero también con alegría, en el sector cervecero ya que se considera que es una alianza histórica para las cerveceras españolas. 

El director general de Mahou  San Miguel, Alberto Rodríguez-Toquero, tendrá que liderar este nuevo acuerdo para la cervecera en un momento en el quee sus cuentas pasan por un momento histórico. La compañía lleva cinco años consecutivos de crecimiento. El año pasado cerró con una facturación de 1.298 millones de euros y, a buen seguro, que el nuevo acuerdo ayudará a incrementar todavía más esas cifras.

Gortázar acelera el paso para 'esquivar' a Draghi

Caixabank acelera el paso de su transformación digital para evitar los últimos cambios de la política monetaria de Mario Draghi. El objetivo es minimizar la caída de tipos impulsada por el Banco Central Europeo (BCE), y para ello se ha comprometido ya a adelantar un año la puesta en marcha de las oficinas 'Store', y el cierre de oficinas de su red convencional. 

No sólo eso. La entidad está inmersa en una revisión de sus costes estructurales y estudia ya el cobro a los clientes que tengan grandes depósitos (instituciones y empresas). ¿Objetivo? Navegar de la mejor manera posible en un contexto de marejada para los bancos y en el que se estima que los tipos estarán en negativo durante los próximos años. 

Gonzalo Gortázar lidera ese proceso de transformación de Caixabank, y lo hace con mano firme consciente de que es la mejor solución para garantizar el futuro de la entidad a largo plazo. No sólo eso, también porque es la manera de asegurar el objetivo final de Caixabank: maximizar el valor para sus accionistas.