La negociación del nuevo convenio colectivo de Telefónica entra en su fase definitiva. Después del parón de las vacaciones, la dirección de la empresa y los sindicatos volverán a verse las caras a finales de esta semana o comienzos de la próxima, la primera vez desde finales de julio y una semana antes de que se reúna el Comité Intercentros para valorar el proceso.

Las conversaciones, que concluyeron el 31 de julio, se caracterizaron por el escaso avance. De hecho, solo se abordaron y cerraron temas como la desconexión digital -una de las prioridades del presidente, José María Álvarez Pallete-, el registro de la jornada y la formación.

Queda por tanto un largo camino para abordar los asuntos más espinosos, como la movilidad geográfica, las clasificaciones profesionales, las cláusulas especiales, la conciliación, el teletrabajo, y los más importantes: las subidas salariales y la duración del convenio. El anterior convenio contempló un aumento salarial de un 1,5%. 

Junto a estos temas se esperan noticias sobre la posibilidad de poner en marcha un nuevo Plan de Suspensión Individual de Empleo (PSI) como el que se aprobó en 2015 y que se saldó con la salida definitiva de 6.500 empleados. Por el momento, la empresa no mueve ficha y llama a la calma. 

El anterior convenio se cerró en noviembre

Si hacemos caso a las negociaciones anteriores, el nuevo convenio debería estar cerrado en otoño, por lo que toca sentarse para cerrar los temas pendientes en los próximos dos meses. El convenio de 2015 se cerró a principios de noviembre y el PSI se puso sobre la mesa el 28 de octubre de 2015. Incluso se modificaron flecos de este plan después de que se firmara el convenio.

Las fuentes sindicales con las que ha hablado EL ESPAÑOL, indican que si hacemos caso a las últimas negociaciones del convenio colectivo de la última década, todas se han saldado con un plan social para redimensionar la plantilla.

Los cálculos de los sindicatos apuntan que, si se realiza el mismo baremo de edad del anterior PSI, la pirámide de edad arrojaría unos 5.000 trabajadores nacidos entre los años 1966, 1967 y 1968. El plan de bajas incentivadas aprobado en 2016, se planteó para los menores de 53 años y con quince años de antigüedad en la empresa.

21.000 trabajadores afectados

Los empleados que optaron por dejar la empresa –a la que pueden volver si lo solicitan- recibieron un 68% del salario bruto hasta su jubilación, manteniendo algunos de los beneficios sociales, la antigüedad y recibiendo el pago de la Seguridad Social por parte de la empresa. El plan buscaba reducir plantilla de la manera menos traumática posible.

¿El problema? El coste. El PSI cerrado a finales del año pasado costó 3.800 millones de euros y en el actual contexto del sector, con los ingresos estancados, no sería fácil para Telefónica abordar un coste de estas características, aunque se ahorrasen 1.400 millones de euros como en el plan anterior.

La tercera semana de junio se abrió el proceso para la supervisión de María Emilia Casas, expresidenta del Tribunal Constitucional. El nuevo convenio colectivo de Telefónica deberá normar las condiciones laborales de 21.000 empleados de las filiales de Telefónica en España: Telefónica de España SAU, donde se agrupa el grueso de los trabajadores, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones.

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