El retraso en la adjudicación de los viajes del Imserso ha colmado la paciencia de algunos directores de hoteles. Han visto como pasaban los días y la mesa de contratación no echaba mano al asunto. Criticaban su retraso y su falta de tacto hacia el sector, al que tenían en vilo sin saber qué iba a pasar con su actividad durante la temporada en la que se desarrollan estos viajes, que son los meses de menos reservas.

Antes del comienzo de la redacción de este artículo, cuando todavía no se sabía en qué momento se aprobaría (ni si se adjudicaría a alguna de las empresas que participaron en el concurso público, que era uno de los escenarios que más preocupaban al sector) el programa, los directores de varios hoteles afirmaban que estaban preocupados por lo que podría pasar.

Ahora, tras la adjudicación el pasado viernes, respiran algo más tranquilos. Han recibido la noticia con alegría, pero a la vez con incertidumbre porque disponen de muy poco tiempo para planificar la temporada y este año trabajarán con un touroperador con el que no lo habían hecho en los años anteriores. Y es que Mundiplan (Iberia, Alsa e IAG7), que en el anterior concurso ganó islas, se ha adjudicado costas (el Lote 3), mientras que Mundosenior, (Globalia y Barceló) que en 2015 obtuvo costas, se ha quedado con los lotes 1 y 2 (Interior e Islas).

Pero no es el único asunto que preocupa al sector. Los operadores tienen de plazo hasta el 2 de septiembre para recurrir la adjudicación. En el caso de que alguno de ellos lo haga, el inicio de los viajes del Imserso podría retrasarse hasta noviembre, dejando en el aire la actividad de muchos hoteles durante un mes.

Este es el miedo que tienen algunos profesionales del sector. EL ESPAÑOL ha podido hablar con el director de un establecimiento en Huelva que prefiere mantenerse en el anonimato. Explicó a este periódico que ellos han planeado el calendario de temporada alta hasta el mediados de octubre porque en la región, el periodo de máxima ocupación suele mantenerse hasta esta fecha. Pero aun así, habrá unas semanas intermedias en las que tendrán que tomar una decisión: o mantenerse con las mínimas reservas o cerrar sus puertas durante unas semanas.

Normalmente, los hoteles de la costa española enlazaban una temporada con otra, pero ahora pueden verse en la tesitura de cerrar sus puertas y despedir a toda la plantilla durante las semanas que hay entre que termina la temporada baja y que empiezan a llegar los primeros turistas del Imserso. Es decir, que el retraso en la adjudicación afectará a la facturación del sector y al empleo, obligando a los hoteles a mandar al paro a una parte importante de su plantilla (si no es toda) para volver a contratarla a las pocas semanas.

Su supervivencia

El inicio de los viajes del Imserso data de la época de Felipe González. En 1985, el gobierno del PSOE aprobó este programa para, entre otras cosas, minimizar el impacto de la temporada baja en los hoteles de la costa y evitar su cierre durante prácticamente la mitad del año.

El Imserso es en temporada baja la única forma de sobrevivir que tienen muchos hoteleros y trabajadores del sector. La ocupación de estos hoteles con el programa ronda el 80% y es la única forma que tienen de no cerrar sus puertas la mitad del año ya que beneficio que obtienen por ello es pequeño y simplemente les permite mantener a su plantilla y cubrir gastos.

Retraso en el inicio

El Imserso confía en poder mantener su calendario de viajes para el curso 2019/2020 que, salvo recurso de alguno de los touroperadores, empezará en octubre. Sin embargo, todo indica que no va a ser así.

Algunos implicados ya han anunciado su descontento con el plan. La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) tiene intención de recurrir la adjudicación ante la Audiencia Nacional alegando que el precio ofrecido por el Imserso para pagar las habitaciones no cubre los gastos. De esta forma todo apunta a que podría retrasarse el inicio de estos viajes, como ya ocurrió hace cuatro años, cuando tras los recursos de Mundiplan y Mundosenior, la adjudicación definitiva se retrasó dos meses.

El viernes por la mañana, los directores de hoteles afirmaban encontrarse en el limbo. Trabajaban sobre un calendario flotante, sin saber cuándo se adjudicaría ni cuándo podrían empezar a ofertar sus alojamientos. Ahora, están más aliviados aunque esa incertidumbre se mantiene por otros asuntos. Sea como sea, pueden decir que se ha salvado la temporada y que, si tienen que echar el cierre, será solamente por unas pocas semanas.

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