Pablo Isla, presidente de Inditex, está convencido de que el próximo reto que tiene que abordar su Grupo es el de convertirse en una empresa sostenible. Todo un reto para un gigante textil que lanza 20.000 diseños diferentes cada año, y que tiene que conseguir que en 2023 todas sus tiendas sean residuos cero y alcanzar a nivel de Grupo un nivel de ecoeficiencia y sostenibilidad que ninguna compañía del sector tiene en este momento. 

El objetivo de Inditex se alcanzará en distintas etapas: las más cercanas pasan por conseguir que todas las tiendas sean ecoeficientes antes de terminar el año y que no tengan bolsas de plástico después del 21 de diciembre de 2020. Además, quiere que en 2023 todas las tiendas, fábricas y oficinas tengan un 80% de su energía procedente de fuentes renovables. 

Inditex avanzará, al mismo tiempo, en la investigación de nuevos materiales para dar un impulso a su estrategia Join Life. ¿La meta? Conseguir que todas sus prendas se fabriquen con textiles respetuosos con el medio ambiente. 

Sin duda, un reto difícil pero que cuenta con el respaldo de Pablo Isla quien empujará desde arriba esa transformación. Un cambio de mentalidad que va acorde con los nuevos tiempos que vive la sociedad, donde el compromiso medioambiental forma parte de los requisitos que los clientes exigen a las empresas en las que compran.   

Ana Botín ha vuelto a dar una muestra de que sus convicciones feministas van mucho más allá de las palabras. La presidenta del Banco Santander, la única mujer que lidera (como presidenta) una entidad financiera en España, ultima una novedosa y potente iniciativa para apoyar a las madres que quieren trabajar. 

La entidad prepara el lanzamiento de un programa de reinserción laboral dirigido a mujeres cualificadas que, en algún momento de su vida, renunciaron a su carrera profesional para dedicarse al cuidado de sus hijos y que ahora quieren volver a trabajar. 

El banco lanzará un programa de prácticas laborales temporales en su red de oficinas destinado a mujeres de entre 40 y 45 años de edad, que lleven al menos tres años paradas, que tengan una titulación universitaria y una experiencia laboral mínima de cuatro años.

Con esta medida, Ana Botín demuestra que el verdadero feminismo trasciende a las ideologías, y que es consciente de que quienes están en lo más alto deben dar ejemplo para lograr que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad en España.