Yasmina Pena José G. de San Miguel

La vivienda turística está experimentando un notable incremento desde la irrupción de plataformas como Homeaway o Airbnb y su popularidad ha ido en aumento por parte de clientes y propietarios. Tanto es así que cerca del 71% de los españoles que tienen una vivienda en propiedad la pondrían en alquiler durante ciertos periodos del año, destaca el VI Barómetro del Alquiler Vacacional en España, elaborado por Homeaway y la Universidad de Salamanca.

Sin embargo, siguen existiendo opiniones dispersas acerca de su rentabilidad. Algunos propietarios y no propietarios consideran que esta actividad es lo suficientemente rentable como para vivir de ello, pero otros no. Entonces, ¿quién lleva razón? ¿El alquiler vacacional es simplemente una moda o tiene posibilidades de negocio?

Depende de factores como la ubicación, los ingresos y los gastos que conlleva el alquiler vacacional. Y es que, estos son más elevados en este tipo de inmuebles que en otros, como los de carácter residencial, porque en este último caso el pago de servicios como la luz, el agua o el wifi están a cargo del propietario. 

Para que el alquiler vacacional sea rentable se tienen que cumplir unos niveles mínimos de ocupación que varían en función de la región. En Madrid, por ejemplo, la rentabilidad del alquiler vacacional supera a la del residencial cuando el inmueble está ocupado más del 70% de los días, destaca el tercer 'Estudio comparativo sobre alquiler turístico vs residencial' elaborado por Alquiler Seguro. En el caso de Barcelona, el nivel de ocupación tiene que ser superior al 60%. 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la ocupación de viviendas turísticas es variable a lo largo del año. Y es que no hay el mismo nivel en periodos de vacaciones que en el resto del año, igual que los días más proclives para la ocupación de un inmueble vacacional son los viernes, sábados, domingos y lunes, mientras que el resto de días cae. Es decir, que no siempre se mantiene el mismo nivel a lo largo de las semanas.

Además, la posibilidad de equiparar o igualar la rentabilidad del alquiler turístico depende del destino o el distrito de la ciudad en sí. Y es que solo en los lugares con una gran concentración turística existe la posibilidad de igual la rentabilidad de uno con el otro. 

Propietarios viven de ello

Sin embargo, el alquiler de viviendas turísticas en España es para algunas personas una fuente de ingresos que, en ocasiones, les permite vivir sin trabajar en otra cosa. Es el caso de María Valiente. Hace tres años, la empresa para la que trabajaba llevó a cabo un ERE con el que se despidió a una parte importante de la plantilla. Entre esas personas se encontraba ella.

“Me vi en la calle con 43 años y siendo mujer, por lo que las expectativas laborales no eran nada buenas”, reconoce. A través de una compañera que había sido despedida en el ERE anterior se enteró de cómo iba el tema de los alquileres turísticos y vio ahí una solución a su economía. Como llevaba muchos años trabajando para esa compañía, recibió una importante cantidad de dinero en concepto de indemnización. Tanto que le dio para comprar un piso y explotarlo como vivienda turística.

Para otros, como Manuel Ponce, no es su principal fuente de ingresos pero le permite hacer frente a algunas facturas y disfrutar a la vez de su vivienda. Según ha contado a EL ESPAÑOL hace unos meses, vive en Londres porque su empresa le ha destinado allí por tiempo indefinido, pero tiene un piso en Madrid que adquirió cuando vivía en España y por el que paga una hipoteca. 

Ponce alquila su vivienda de Madrid durante los días en que está en Londres para, con ello, hacer frente al préstamo hipotecario. Ha elegido esta opción después de barajar múltiples ideas ya que no quería deshacerse de su piso de Madrid y tampoco quiere alquilarlo de forma indefinida porque cuando viaja a España para visitar a su familia y a su novia, duerme en él. 

Como él, muchas personas alquilan su vivienda cuando salen de la ciudad para obtener unos ingresos extra, una opción que barajan cada vez más personas. Sin embargo, no siempre es posible vivir de ello únicamente y los que lo hacen, tampoco nadan en abundancia.

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