Las redes sociales y la transformación digital de prácticamente todos los sectores de la economía han permitido a las marcas conocer mejor a sus clientes. Por eso, estar o no en Instagram ya no es una opción y es que esta aplicación se ha convertido en un escaparate y también en un canal de venta para muchas marcas: "Instagram es una tienda en Paseo de Gracia gratis", explica Guillermo Corominas, director de cliente de Mango durante el Innovation Fashion Forum.

El potencial de la red social le ha robado protagonismo a Google, así lo asegura María Sañudo, responsable de marketing de Cortefiel y Pedro del Hierro. "Cuando nos hablan de una marca, ya no la buscamos en Google, si no en Instagram", describe.

Está claro que los perfiles de las marcas en Instagram se han convertido en un nuevo canal de comunicación. Para Paloma Díaz-Soloaga, profesora del área de Gestión de Intangibles y Moda de la Universidad Complutense de Madrid, "en Instagram se dispara el fenómeno fan y hay que añadir "oficial" al perfil de la marca porque hay otros creados por seguidores".

Del matrimonio a la cita Tinder

La directora de marketing y comunicación de Tous, Anaïs Durand, cree que la relación entre los clientes de la marca ha pasado de ser un "matrimonio a convertirse en una cita de Tinder". Durand explica que la asimilación de contenido de las marcas antes tenía más tiempo, mientras que ahora "tenemos ciclos muy cortos y los contenidos tienen que segmentarse para que nos tengan en cuenta".

Esta rapidez también se ha dado en el intercambio de información de los clientes a sus marcas favoritas. "Podemos crear productos gracias al feedback y lo hemos hecho sabiendo utilizar información que nos llega diariamente", explica María Sañudo.

Un intercambio de información que para Charo Izquierdo, directora de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, es una "interacción, en la que entregas tus datos a cambio de algo, se produce un círculo".

Tecnología y funcionalidad

Pero no solo las redes sociales han cambiado la moda, también lo han hecho la inteligencia artificial y la predicción, los probadores inteligentes o el reconocimiento de imágenes. Ante estas opciones, María Sañudo, del grupo Tendam explica que se deben tomar decisiones "funcionales".

Díaz- Soloaga apunta que "no todos los compradores son milenials" y que la tecnología debe facilitar el proceso de compra para todo el mundo. "Recoger un pedido online de Cortefiel en una tienda Springfield también es tecnología", pone como ejemplo Sañudo.

En definitiva, la revolución digital ha cambiado la relación de los clientes con las marcas. Y según, Corominas, se trata de un camino "que acaba de empezar".

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