Quiere hacerse fuerte frente a competidores como Glovo, Deliveroo o Uber Eats. Just Eat, la compañía veterana en el envío de comida a domicilio, está tratando de ganar peso en toda España, donde cuenta con más de 10.000 locales adheridos.

En su afán por coger fuerza, destaca el caso de Canarias, donde Just Eat acaba de hacerse con su principal competidora. En concreto, la compañía de comida a domicilio está presente en Las Palmas de Gran Canaria desde 2014, y cuenta hoy con 46 restaurantes adheridos. No obstante, no estaba solo en su interés por ser el rey del delivery en la isla. Por eso, ha comprado Canary Flash.

Así, este mismo mes de junio Just Eat ha solicitado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la autorización para adquirir Canary Delivery Company, que opera desde 2015 y está presente tanto en Las Palmas de Gran Canaria como en Santa Cruz de Tenerife. Según sus últimas cuentas remitidas al Registro Mercantil, a las que ha tenido acceso este periódico, Canary Flash facturó 631.335 euros en 2017, un 57,7% más que en el ejercicio anterior, y obtuvo un beneficio de 89.563 euros.

Con esta adquisición, a la que tiene que dar luz verde la CNMC, la compañía líder en delivery intentará seguir ganando cuota de mercado, en un momento en el que la competencia crece. El pasado agosto, de hecho, Glovo desembarcó también en las islas.

Libre de la polémica con los 'riders'

Con presencia en 13 paísesJust Eat registró un beneficio bruto de 101,7 millones de libras (118 millones de euros al cambio actual) al cierre de 2018, en contraste con las pérdidas de 76 millones de libras (88 millones de euros) de un año antes.

En España, la compañía opera desde 2010. En los últimos años, Just Eat se ha librado por su modelo de negocio de la polémica -y los juicios- en la que se han visto inmersos sus nuevos competidores: "Podríamos haber tenido riders, pero así duermo tranquilo", apuntaba a este periódico quien fuera director general de la compañía en España, Jesús Rebollo.

El nuevo director general, Patrik Bergareche, también ha sido claro recientemente a este respecto: "Nosotros no nos la vamos a jugar empujando la ley hasta su límite, nuestros repartidores son dados de alta en la Seguridad Social", señaló en un evento con periodistas celebrado el pasado mayo.

Noticias relacionadas