El trabajo de las constructoras va a ser mucho más tecnológico durante los próximos años.

El trabajo de las constructoras va a ser mucho más tecnológico durante los próximos años.

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Del Ministerio de Fomento al de Movilidad: el sector se prepara para la nueva era de la obra pública

La modernización y el mantenimiento tomarán el relevo de las grandes obras.

24 junio, 2019 01:59

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Durante la presentación de la partida correspondiente al Ministerio de Fomento de los fallidos Presupuestos Generales del Estado,comenzó a vislumbrarse un cambio de ciclo en las políticas y estrategias del Ministerio. En aquella ocasión, el Ministro de Fomento, José Luis Ábalos, utilizó la palabra reorientación para referirse a la apuesta por la renovación de los Cercanías y en la modernización y mantenimiento de las infraestructuras que fijaban las cuentas que su partido propuso.

Al comenzar el año, el ministro fue un paso más allá y en otra de sus intervenciones públicas anunció que cada vez "vamos a hablar menos de cemento y más de datos en infraestructuras". Ahora, estas ideas van a quedar plasmadas en una decisión que va a marcar de forma muy profunda el negocio de la obra civil durante los próximos años: el cambio del nombre del ministerio.

El pasado 14 de junio María José Rallo, secretaria general de Transporte, confirmó que el Ministerio de Fomento iba a pasar a denominarse Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en la próxima legislatura. Un comentario que ha causado un gran revuelo pero que ya adelantaba el programa electoral con el que el Partido Socialista se presentó a las elecciones.

"En la próxima legislatura el Ministerio de Fomento pasará a denominarse Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana y se seguirá avanzando en la senda ya iniciada, priorizando además las inversiones de trenes de Cercanías, y promoviendo tarifas competitivas en el transporte de ferrocarril de media y larga distancia, con el objetivo de aumentar en un 30% el número de pasajeros en este medio de transporte en 2025" señalaba el documento.

El nombre y la configuración que ha recibido el ministerio encargado de las obras públicas españolas ha estado muy alineado con su papel. El terminó se acuñó en el siglo XIX. Concretamente, el 5 de noviembre de 1832 se creó por primera vez el Ministerio de Fomento, bajo la denominación de Secretaría de Estado y del Despacho de Fomento General del Reino.

Una especie de Pangea ministerial con un ámbito de competencia muy amplio que comprendía áreas que posteriormente se fueron escindiendo en los Ministerios de Educación, Cultura, Agricultura, Interior, Sanidad, Industria y Comercio. 

Los primeros Gobiernos de la democracia optaron por diferenciar entre obras públicas y transporte hasta que en 1996, durante la primera legislatura del Partido Popular de José María Aznar, se optó otra vez por la fórmula de Ministerio de Fomento. Ahora tras 23 años, esta denominación va a dejar paso a otros más alineados con el futuro del sector: la movilidad y las ciudades.

Cambio de enfoque

En los 40 años transcurridos desde 1978, la inversión pública en infraestructuras ha superado los 1.2 billones de euros. El mayor esfuerzo inversor se ha centrado en las infraestructuras de transporte que, sin contabilizar su coste de mantenimiento, han consumido 302.000 millones de euros

La red viaria ha recibido una inversión de 189.000 millones de euros incrementando su longitud en estos 40 años en más de 16.200 kilómetros. A finales de 1975, España disponía de 269 kilómetros de autovías y 619 kilómetros de autopistas. Actualmente la red de gran capacidad española supera los 17.100 kilómetros habiéndose incrementado las redes de autovías y autopistas en 12.136 y 2.420 kilómetros respectivamente. 

Por su parte, en la red ferroviaria se han invertido 92.800 millones de euros durante las pasadas cuatro décadas. De esta cantidad, el 56% corresponde a la alta velocidad ferroviaria. Del mismo modo, en este periodo la red aeroportuaria ha recibido 31.000 millones de euros mientras que los puertos se han llevado 21.000 millones de euros. 

Ahora, el programa electoral del PSOE señala de forma muy marcada el cambio de enfoque que se pretende dar al Ministerio durante los próximos años: "La transición ecológica de la economía requiere también un nuevo enfoque en la política de infraestructuras, que ha comenzado a incorporarse durante el periodo de Gobierno de Pedro Sánchez, con un importante incremento en las inversiones en seguridad y en mantenimiento, así como en actuaciones para reducir la contaminación y el impacto ambiental, de carreteras, ferrocarriles, infraestructuras portuarias y aeroportuarias".

Tras unos años en los que el país ha conseguido colocarse al nivel de sus socios europeos o convertirse en el segundo país, después de China, en kilómetros de alta velocidad, comienza una nueva era que va a estar marcada por la modernización y el mantenimiento

En los próximos años se culminarán los elementos claves tanto del corredor Mediterráneo como del corredor Atlántico. Ejes que culminarán las grandes vías previstas para el país pendientes junto con la mejora de alguna unión con Francia y Portugal.

La llegada del 5G y la apuesta por la reducción de emisiones va a hacer que las actuales infraestructuras necesiten dotarse de la más avanzada tecnología para poder aprovechar las ventajas tecnológicas que van a llegar a la movilidad. La sensorización de las vías va a permitir dotar de una capa de inteligencia a las infraestructuras que permitirá realizar grandes cambios en la gestión de tráfico.

Estos nuevos componentes también van a permitir mejorar la predictivilidad en materia de mantenimiento de las infraestructuras. Esto va a suponer una inversión mucho más eficiente y, a la vez, va a permitir adelantarse a problemas que puedan surgir en carreteras o vías.

Optimismo en el sector

Desde el sector se señala que esta decisión está totalmente alineada con las previsiones. Una cambio de estrategia que las compañías ven que llega en un momento optimo. Concretamente señalan que a diferencia de la etapa anterior donde España ha tardado décadas en ponerse al nivel de sus socios europeos, ahora el país tiene la oportunidad de encabezar una apuesta que reportará grandes beneficios para la ciudadanía. 

Una decisión que va a necesitar inversiones muy importantes tanto en tecnología como en perfiles profesionales y en formación para los empleados públicos. Tanto las labores relacionadas con nuevas tareas como la automatización del tráfico o el riego, como la utilización de nuevas tecnologías en el mantenimiento como drones autónomos o los gemelos digitales 3D, van a modificar de raíz gran parte del tipo de inversiones y de los perfiles profesionales asociados al ministerio.

Además de esta apuesta por modernización, durante la próxima legislatura vamos a ver un profundo debate sobre cómo se financia parte de esta inversión. El gran aumento que va a suponer el gasto social a medida que aumente el envejecimiento de la sociedad va a provocar que los ingresos destinados a infraestructuras no vengan directamente de los presupuestos.

Al igual que ha pasado en países como Portugal o Francia, el pago por el uso de estas infraestructuras va a ir imponiéndose paulatinamente. Una fórmula que desde distintos sectores han señalado como más justa para los ciudadanos ya que, de esta manera, son los que disfrutan la infraestructura los que financian los costes de mantenimiento y modernización que generan.

Del mismo modo, las ciudades van a ganar un interés mucho mayor. Un punto en el que la red de Cercanías va a ser la primera en beneficiarse de la nueva estrategia ya que va a vivir la mayor renovación de material rodante de su historia. Además, las inversiones para dotar de autonomía e inteligencia a servicios hidráulicos o de tráfico también jugarán un papel importante.

Los próximos cuatro años se presentan como el arranque de una nueva era en la que una política de obra pública española adecuada puede colocar al país a la cabeza de sus socios europeos en el aprovechamiento de las oportunidades que traen las nuevas tecnologías. Una nueva etapa en la que la movilidad y las ciudades se llevarán gran parte de los focos.