José Miguel García es desde esta semana el nuevo consejero delegado de Euskaltel. El nombramiento del ex CEO de Jazztel es la culminación de un proceso que se ha extendido por un año y con el que el fondo británico Zegona buscaba hacerse con el control de la operadora vasca para impulsar su expansión nacional, mejorar sus márgenes y rentabilizar su inversión en la compañía.

De esta manera, tras tomar el control de la gestión ahora toca cumplir la segunda parte del plan: impulsar la expansión. Zegona criticó a los anteriores gestores liderados por Francisco Arteche su pasividad a la hora de lanzarse a conquistar el mercado español, algo que ahora esperan hacer de forma acelerada.

Si se cumple lo que los propios dueños del fondo han dicho, ahora toca preparar el plan de expansión y el desembarco de Virgin en España, una marca con la que ofrecerán productos de bajo coste, tanto en Internet como en tarifas móviles. 

No obstante, las fuentes del sector consultadas por EL ESPAÑOL indican que este proceso puede ser más complicado de lo que espera el fondo Zegona y que una estrategia de precios bajos podría agitar el mercado, pero a larga terminaría por hacer un gran daño a las cuentas de Euskaltel, que durante el último trimestre han presentado síntomas de agotamiento.

Euskaltel no tiene redes propias

La primera gran traba con la que se encontrarán Euskaltel y Virgin en su posible expansión nacional es que no tienen redes propias fuera de las regiones en las que opera, ni de internet ni de móviles. Hasta el momento trabajan con Orange y todo parece indicar de que la compañía francesa seguirá siendo su proveedor, pero los costes no serán los mismos. 

No es igual alquilar redes para desplegar en Galicia, Asturias o pequeñas regiones, que intentar hacerlo en Madrid, Barcelona o Valencia. Los cálculos del mercado indican que el coste estimado de utilización de redes ajenas es entre cuatro o cinco veces mayor que el de usar redes propias.

A este handicap hay que sumar el retraso tecnológico de las redes de Euskaltel. Tienen 2,3 millones de hogares pasado, pero solo con cobre, una tecnología que el resto de operadoras con las que quieren competir dejaron de usar hace más de cinco años. En un mercado en el que predomina la fibra óptica, se hace difícil una competencia sin un elevado nivel de inversión.

Este elevado nivel de inversión es la segunda gran traba para Euskaltel. Un desembarco exitoso en toda España solo sería posible con una estrategia de precios muy bajos, que implicaría una estructura de costes menor o grandes inversiones. Euskaltel tiene una elevada deuda de 1.567 millones de euros, lo que le convierte en una de las operadoras más apalancadas de Europa, con unos ingresos de 691,6 millones y un Ebitda de 336 millones en 2018. 

Inversión en la llegada de la marca Virgin

Por su parte, Zegona -que controla el 20% de la compañía y la gestión tras el nombramiento de José Miguel García- no parece que quiera hacer demasiados desembolsos. En enero, el fondo consiguió ampliar capital por 114 millones de euros más dos préstamos por 33 millones, de los que se ha invertido buena parte en comprar las acciones necesarias para ser el primer accionista de Euskaltel.

Esta inversión también impactaría en la llegada de la marca Virgin. No es barato lanzar una marca desde cero y posicionarla a nivel nacional. “Requiere de mucho dinero”, dicen las fuentes del mercado consultadas por EL ESPAÑOL. Márketing, redes sociales, cartelería, promociones, puntos de distribución, toda una estrategia de lanzamiento para la que se necesita una fortísima e inmediata inversión.

Estos elementos le restarían competitividad a una compañía que ya sufre para mantener clientes. Euskaltel mantiene un estancamiento en un contexto en el que los ingresos del sector no crecen. En el caso de la operadora vasca, su facturación cayó un 2,2% en 2018 y un 2,8% en el primer trimestre del año, encadenando cuatro trimestres consecutivos de caídas.

Euskaltel no pasa por su mejor momento comercial ni financiero y una expansión de este calado podría afectar duramente a sus cuentas. Esto sin contar con el impacto que podría tener sus negocios ya consolidados en Euskadi (Euskaltel), Galicia (R) y Asturias (Telecable), donde se podría producir una arremetida de las grandes operadoras que busquen asfixiarles como respuesta a su intento de expansión nacional.

El factor José Miguel García

Otro problema sería precisamente el uso de marcas. Hasta el momento, Euskaltel mantiene la identidad corporativa de las tres compañías siguiendo criterios de implantación histórica, pero con la llegada de Virgin todo puede cambiar y se podría producir una fuga de sus clientes históricos, el grueso de su facturación.

Finalmente está el factor José Miguel García. El Ex CEO de Jazztel triunfó hace una década en un mercado radicalmente distinto al actual. Antes de que en 2014 Jazztel fuera comprada por Orange no existía la fibra ni apenas habían paquetes convergentes en el mercado. El sector estaba mucho más fragmentado y no había una guerra tan acusada por el bajo coste. 

De hecho, en el sector se duda que García pueda repetir el éxito de Jazztel con las actuales condiciones. El otro elemento de incertidumbre es la cultura corporativa de Euskaltel, acostumbrada a ser líderes en su mercado y sin la presión comercial de arrebatar altas a la competencia. Una filosofía que no encaja en el modelo de negocio que quiere implantar García.