Eduardo Domínguez, durante las jornadas de innovación de Airbus.

Eduardo Domínguez, durante las jornadas de innovación de Airbus.

Empresas

Eduardo Domínguez, el español que quiere revolucionar cómo nos movemos por las ciudades

A sus 40 años, es el máximo responsable de la unidad de movilidad urbana aérea de Airbus.

25 mayo, 2019 01:31

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Cuando Eduardo Domínguez Puerta llegó a Airbus en 2002, la mayor parte de los esfuerzos de la compañía se centraban en convertir al A380, el avión más grande del mundo, en una realidad comercial. El fabricante europeo era una empresa muy distinta a la actual. El gran reto del momento era conseguir que las distintas plantas involucradas en el proyecto, repartidas entre Francia, Alemania, Reino Unido y España, trabajaran juntas de la forma más eficiente

Una de las primeras tareas de Domínguez Puerta fue, precisamente, encargarse de la logística marítima del transporte de piezas del A380. Tanto en Reino Unido como en Francia, los ríos y el mar jugaron un papel clave en el transporte de las distintas secciones que conformaban al gigante aéreo. "Nos encargamos hasta de dragar algunos ríos".

Un proyecto que le marcó de por vida: "Aún tengo piezas del A380 en casa". Hoy, 17 años después, este ingeniero industrial con raíces en Cuenca ha recibido el encargo por parte de Airbus de revolucionar cómo nos movemos por las ciudades.  

La movilidad de las urbes va a sufrir una revolución muy profunda durante las próximas décadas y eso va a generar inmensas oportunidades de negocio. Para aprovecharlas, el pasado mes de junio, Airbus agrupó todas sus actividades de movilidad urbana aérea y puso al frente de esta división a Domínguez Puerta para dirigir uno de los negocios que mayor impacto puede tener dentro y fuera del fabricante europeo.

Bajo su responsabilidad, el fabricante aeronáutico europeo ha puesto tres de los proyectos más innovadores de la compañía: CityAirbus, el aerotaxi autónomo de despegue y aterrizaje verticalVahana, un pequeño avión de pasajeros autopilotado desarrollado por A3, el centro de innovación estadounidense de la compañía situado en Silicon Valley que también lidero Domínguez Puerta; y Voom, la primera plataforma de reserva de helicópteros bajo demanda del mundo que ya opera en México o Sau Paulo.

Hasta llegar a esta posición, este ingeniero español ha realizado un recorrido que poco tiene que envidiar al de las piezas del A380. "Para mí fue clave que mis padres, desde muy joven me dotaran de un perfil internacional. Ellos no eran directivos ni tuvieron carreras de este tipo pero supieron ver la importancia que iban a tener para nuestra generación los idiomas y las vivencias en el extranjero".

Su carrera en Airbus le ha llevado a recorrer medio mundo y a estar basado en Madrid, Sevilla, Hamburgo, Munich, Tolouse e incluso en San Diego, Estados Unidos, donde puedo estar en contacto durante dos años con los modelos de negocio más disruptivos de Sillicon Valley. "Obviamente es otro mundo, pero es muy enriquecedor ir como europeo y demostrarles que nosotros hemos podido construir una compañía como Airbus y ponernos a su altura". 

En su camino dentro del fabricante, Domínguez Puerta ha ocupado puestos que van desde la parte más logística y de manufactura industrial hasta cargos de gestión pasando por ser responsable de instaurar nuevas metodologías de trabajo encargadas de hacer los procesos de la compañía más eficientes. Algo clave en una corporación con más de 100.000 trabajadores. 

Tan optimista como prudente

Ahora, desde su puesto al frente de la división de movilidad urbana aérea, el español quiere lanzar productos y servicios que tengan un impacto en cómo nos movemos por las ciudades y está convencido de que lo vamos a ver. "Sé que, en algún momento, voy a ir montado en un aerotaxi con mis hijos".

Pero este mismo optimismo se transforma en prudencia a la hora de valorar la oportunidad y el impacto. "No estamos hablando de algo masivo desde el día uno. Si conseguimos convertir en clientes al 15% del 15% de los usuarios que se mueven por las ciudades ya estaremos consiguiendo una base de negocio y, a la vez, ya estaremos sacando un porcentaje significativo de las vías tradicionales".

Para agilizar la llegada de estas opciones de movilidad tan futuristas, el ingeniero señala dos grandes retos. "En la cuestión técnica el 5G es lo que va a permitir que todo esto pase. Va a dotarnos del framework que permita a este tipo de servicios operar, comunicarse entre ellos y con el sistema de control con los niveles de latencia que necesitamos. Fuera de lo técnico, la legislación va a jugar otro papel muy importante ya que, al final, ellos van a ser los encargados de pulsar el botón que permita comenzar a operar estos servicios".

En la parte de la legislación, el español se muestra partidario de que la parte pública y la privada vayan de la mano. "Utilizando el símil del transporte espacial, ahora mismo es como si fuéramos capaces de ir a Marte de forma segura y no pudiéramos ir a la Luna. Esas reglas no existen, de acuerdo, pues sentémonos todos los involucrados y comencemos a escribirlas juntos". 

Más apetito de seguridad que de negocio

Y es que, si un término no desaparece del vocabulario de Airbus, hablen de aviones o de vehículos futuristas, ese es el de la seguridad. En este sentido, el español distingue el contexto en el que empresas como el fabricante europeo está adentrándose en este nuevo mercado en comparación con las decenas de start-ups que también quieren lanzar sus propios aerotaxis. "Si un vehículo de una de estas nuevas compañías tiene un accidente, además de los daños personales, los daños económicos que ocasionaría son muy escasos, por el pequeño tamaño de estas empresas. En cambio, si lo tiene una empresa como Airbus, ponemos en juego todo el valor creado por la compañía en estos 50 años. Tenemos más apetito de seguridad que de negocio".

Del mismo modo, al referirse al potencial económico, Domínguez Puerta también esgrime una posición alejada de cualquier excentricidad futurista. "Las cuentas son bastante claras si comparamos el coste de construir un kilómetros de carretera, uno de vías de tren, uno de metro frente a usar un kilómetro de aire. La oportunidad es evidente". 

A la hora de explicar quiénes serán los primeros usuarios de estos servicios, el español tampoco deja pie a la duda. "La bicicleta comenzó siendo un juguete de ricos, igual que el coche o el avión. Estos servicios comenzarán con una élite y, con el paso del tiempo, llegarán a otros estratos sociales". 

Los próximos años serán claves para conocer qué grandes cambios llegan finalmente a la movilidad y qué empresas son capaces de liderar esa nueva era y de engrosar sus cuentas de resultados gracias a estos nuevos negocios. Una revolución en la que un español va a tener mucho que decir.