No hubo boda. Unicaja y Liberbank han optado por romper antes de llegar al altar. No han conseguido ponerse de acuerdo en el reparto de poder de la nueva sociedad. No se trataba de decidir quién ponía la lavadora y quién ponía el lavavajillas, era algo más serio: el poder. ¿Quién va a mandar aquí? 

La pregunta ya no tendrá respuesta ya que ambas entidades han comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ya no quieren estar juntas. Ninguna estaba dispuesta a ceder. Ambas sabían que Unicaja tenía que mandar algo más, pero no tanto como pretendía, explican fuentes del sector financiero. 

Desde la malagueña habían propuesto tener el 60% de la nueva sociedad, mientras que el 40% restante quedaría en manos de la asturiana. El equipo de Manuel Menéndez, CEO de Liberbank, dijo que no. Que como mínimo el 42%, pero las posiciones estaban muy distantes. Incluso, hay quien especula con que Unicaja ha podido ver algo que no le convencía del todo para mantener semejante posición de máximos. 

Sea como sea, lo único claro ahora es que las negociaciones están rotas. No habrá boda, y esto abre la puerta a que otra amante de Liberbank pueda volver a rondar. Se trata de una gallega, Abanca, que controla el venezolano Juan Carlos Escotet. 

Ya irrumpió en el romance entre Unicaja y Liberbank allá por el mes de febrero cuando se puso en contacto con los accionistas de la asturiana. Les propuso abrir sus libros para plantearse lanzar una opa por el 75% de Liberbank a 56 céntimos por acción. Es decir,  17 céntimos más de lo que vale ahora mismo en Bolsa el banco astur. 

Nunca el consejo de administración de Liberbank quiso sentarse a negociar con Escotet, se hizo la remolona y negó estar en contacto con él. Lo que no llegó a trascender es si, en algún momento, contó con el beneplácito de algún histórico del accionariado astur: la familia Masaveu, que controla el 5,5%; el mexicano Tinajero que tiene el 7%, el fondo Oceanwood que tiene el 16,7% o la fundación que aglutina a las antiguas cajas (Asturias, Extremadura y Cantabria) que dieron lugar al origen de Liberbank. 

Cuota de mercado

Precisamente a ellos les hizo Escotet un guiño en su oferta para que aceptaran el canje propuesto, pero la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) frustró la operación. Exigió a Abanca que pusiera encima de la mesa sus cartas y explicara si estaba o no dispuesta a lanzar una opa, y se dejara de pedir que Liberbank se desnudara para ella. Así que, ante la imposibilidad de ver el desnudo, Escotet dijo que se retiraba. 

Lo hizo por la puerta de atrás, aunque en todo momento dejó abierta la puerta a volver a intentarlo. Y es que Abanca no está dispuesta a quedarse como un pequeño banco gallego con una mínima presencia en el resto del país. Su matrimonio con Liberbank les permitiría crear un gigante bancario en el norte del país. 

Abanca cuenta con una cuota del 35% en Galicia, del 3% en Castilla y León, del 2% en Asturias y del 1% en Cantabria, Madrid y Canarias. Liberbank, por su parte, tiene una presencia del 30% en Cantabria, del 26% en Asturias, del 31% en Castilla-La Mancha; del 23% en Extremadura, del 2% en Madrid y del 1% en Castilla y León y Andalucía. 

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