Bruselas

La Comisión Europea ha impuesto este jueves una multa de 1.070 millones de euros a cinco grandes bancos internacionales -Barclays, Royal Bank of Scotland, Citigroup, JPMorgan y MUFG- por participar en un cártel para manipular el mercado de cambio de divisas al contado con el fin de maximizar las ganancias y protegerse de posibles pérdidas. El banco suizo UBS también participó en este acuerdo ilegal pero se libra de la sanción por ser el primero que delató su existencia en Bruselas.

La manipulación afectó a un total de 11 monedas: el euro, la libra esterlina, el yen japonés, el franco suizo, los dólares americano, canadiense, neozelandés y australiano y también las coronas danesa, suiza y noruega. Los acuerdos ilegales duraron desde 2007 hasta 2013.

La multa "constituye una señal clara de que la Comisión no tolerará comportamientos colusorios en ningún sector de los mercados financieros", ha dicho la comisaria de Competencia, la liberal danesa Margrethe Vestager, en un comunicado. "La actuación de los bancos implicados ha puesto en riesgo la integridad del sector en detrimento de la economía y de los consumidores europeos", ha denunciado.

La mayor parte de los operadores financieros de los distintos bancos que participaron en el cártel se conocían personalmente. De hecho, uno de los dos chats en los que intercambiaban información lo bautizaron como 'Essex Express y el Jimmy' porque todos los traders, excepto James, vivían en Essex y se encontraban en un tren con destino a Londres. Después, el nombre del foro cambió a 'Señores mayores semienfadados'.

El segundo chat para intercambiar información, que se creó como el otro en las terminales de Bloomberg, se llamó primero 'El trío Banana Split', pero luego cambió a 'Dos hombres y medio' y finalmente se rebautizó como 'Sólo Marge'. Los operadores financieros se invitaban entre sí a los foros de discusión según sus actividades de negocio y en función de sus afinidades personales, creando círculos de confianza cerrados, según Bruselas. Pese a ser rivales, se mantenían conectados toda la jornada y hablaban sobre su actividad de negocio.

Este intercambio de información permitía a los traders adoptar decisiones sobre el mercado con conocimiento de causa sobre la oportunidad de vender o comprar las divisas que tenían en su cartera y sobre en qué momento llevar a cabo cada operación, así como coordinar su actuación para maximizar beneficios. Entre los datos sensibles que se pasaron estaban las ordenes de clientes no ejecutadas, las diferencias entre el precio de compra y venta aplicables a operaciones concretas o las posiciones de riesgo abiertas.

Noticias relacionadas