De un profit warning en octubre a la salida del Ibex en diciembre, pasando por una opa en febrero. La situación de Dia ha ido empeorando en los últimos meses y lejos de ir despejando la incertidumbre, a medida que pasan las semanas, la estabilidad de la compañía se complica.

Mikhail Fridman, dueño del 29% del accionariado de Dia, creía tener la sartén por el mango tras el lanzamiento de una opa. La Junta de Accionistas votó a favor de seguir el plan del magnate ruso e incluso el CEO de la compañía, Borja de la Cierva, instó a los accionistas minoritarios a aceptar la compra de acciones de LetterOne, fondo de inversión de Fridman.

La luz verde a la opa garantiza una ampliación de capital de 500 millones de euros que servirían para mejorar la situación financiera de la compañía. Desde LetterOne ya explicaron que tenían preparado un plan para que la cadena de supermercados se pusieran al día y pudieran competir con otras cadenas de distribución.

Sin embargo, Fridman se ha encontrado con una carrera de obstáculos y no le ha quedado más remedio que eliminar el umbral mínimo de aceptación de la opa, y esperar que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) diese como precio equitativo el precio de 0,67 euros, una cifra inferior a lo que cuesta una bolsa de patatas fritas en la cadena de supermercados.

LetterOne solicitó esta confirmación al regulador el pasado 30 de abril y lo justificó por las “serias dificultades” en las que se encuentra la cadena de supermercados y recibió la aprobación del regulador este lunes.

La oferta del magnate ruso no ha logrado convencer a los accionistas minoritarios. Tanto la familia Bontoux-Halley, propietaria de Naturinvest, como Western Gate, vehículo inversor de Luis Amaral, han señalado que el precio otorgado por Fridman les parece bajo y han reclamado que este fuese superior. De hecho, el plazo de aceptación de la opa se ha ampliado hasta en dos ocasiones para animar a accionistas indecisos. Tras el apoyo de la CNMV, la aceptación de la opa se amplía hasta el próximo 13 de mayo.

Por su parte, el mercado ha aplaudido la modificación de la opa y la rebaja de la aceptación mínima. Las acciones de la compañía se anotaron una subida del 3,2% este lunes y cerraron la jornada con un precio de 0,63 euros, aún por debajo de los 0,67 que planteó la opa.

Las cuentas de Dia

Mientras desde LetterOne trabajan para convencer a los accionistas, Dia ha presentado ante la CNMV unas pérdidas por valor de 150 millones en el primer trimestre de este año, uno de los más complicados para la cadena de supermercados. Además, las ventas de la compañía se han desplomado en términos de like for like un 4,3% hasta un rango de entre 1.615 y 1.715 millones de euros.

Otro de los asuntos pendientes de la compañía es la refinanciación de su deuda, un acuerdo que Fridman debe gestionar con los bancos acreedores. Según los datos presentados por la compañía, la deuda financiera de Dia aumentó en 250 millones hasta los 1.702 millones de euros en el primer trimestre del año. 

La cadena de supermercados tiene garantizadas las líneas de financiación hasta el 31 de mayo, fecha en la que debería estar cerrada la ampliación comprometida por Fridman. De lo contrario, la compañía se vería abocada a una quiebra técnica.

La aprobación de la CNMV

La aprobación de la CNMV a las modificaciones solicitadas por Fridman parecen haber allanado el camino al magnate ruso. No existe un nivel mínimo de aceptación y tampoco se ha modificado el precio de la opa por lo que es cuestión de tiempo que LetterOne pase a controlar la cadena de supermercados.