Nissan España no atraviesa por su mejor momento. La compañía anunció el pasado viernes un ERE a 600 de sus trabajadores en Barcelona, más del 10% de su plantilla en nuestro país y del 20% en Cataluña. Después de semanas de negociaciones con los sindicatos se ha optado por el peor de los escenarios para intentar mitigar una crisis que se arrastra desde hace años.

Genís Alonso, consejero director general de Nissan Ibérica, ha sido incapaz de reflotar la compañía y ha reducido la fabricación en Barcelona al 30% de su capacidad. Sin ideas ni nuevos proyectos ha demostrado ademas su incapacidad para pactar un plan de prejubilaciones con los sindicatos, lo que ha llevado a poner sobre la mesa un ERE fuertemente resistido.

De hecho, los representantes de los trabajadores han tardado pocas horas en anunciar públicamente una serie de movilizaciones durante Semana Santa, las que podrían afectar aún más la delicada situación de la fábrica en Barcelona.

La culminación de estas protestas se producirá el sábado 11 de mayo coincidiendo con la celebración del Salón del Automóvil de Barcelona, una cita clave para el futuro más inmediato de Nissan, que quedará empañado por su conflictividad social. Y Genís Alonso tiene mucho que ver en esta situación. 

El 2019 de OHL empieza a parecerse, cada vez más, al desastroso 2018. Durante la semana pasada la acción de la constructora perdió la valoración de un euro por acción, cerró en 0,95 euros, y acumula una caída del 20% respecto a los máximos alcanzados el pasado 20 de marzo.

Aleatica, antigua OHL Concesiones vendida al fondo IFM, decidió la semana pasada romper dos contratos con la constructora. La compañía concesionaria comunicó el pasado lunes su decisión de rescindir los contratos de construcción de la autopista Atizapán-Atlacomulco de México y de la vía Río Magdalena de Colombia. Contratos valorados en más de 400 millones. 

Según la compañía controlada por IFM se han "evidenciado y documentado graves incumplimientos por parte de OHL". Entre otras cuestiones, Aleática señala que OHL no habría utilizado 43 millones de euros que le adelantó de forma correcta en uno de los proyectos.

Pero los problemas de OHL no terminaron aquí. Deloitte, la auditoria de la constructora, mostró dudas sobre el devenir de OHL. En su informe de auditoría advierte de que la constructora podría tener eventuales dificultades para hacer frente a sus futuras obligaciones financieras. Según Deloitte, OHL podría entrar en problemas en el caso de que registrara "desviaciones" respecto a los objetivos fijados en el plan de negocio.

OHL tendrá que hacer frente en las próximas semanas a una presentación de resultados trimestrales que marcará buena parte del año de la constructora. Las perspectivas no pueden ser más negativas.