Qué importante es tener gente que suma en cualquier organización o empresa. Puede parecer una obviedad, pero la verdad está ahí fuera.

Los que suman, suelen ser personas pacíficas que buscan la concordia.

Los que suman tienen claro qué se espera de ellos, y qué pueden esperar de sus jefes y la propia empresa.

Los que suman, muchas veces pasan desapercibidos.

Los que suman no difunden rumores, ni hablan mal de otras personas.

Los que suman no buscan problemas, sino que tienen la habilidad de evitar que estos ocurran.

Cuando los que suman perciben el mismo salario que los que restan, algo debería revisarse en esa organización, ya que a la larga esto será un problema.

Los que suman muchas veces sufren “el castigo del bueno”, y eso no está bien.

Los que suman ayudan a los que restan.

Los que suman dicen primero si, y después ven cómo conseguirlo.

Los que suman llegan a tiempo, a su hora.

Los que suman conocen el resultado de su trabajo.

Después están los que restan.

Los que restan muchas veces no son conscientes de ello porque no tienen un jefe que les orienta por el camino a seguir.

Los que restan pueden dinamitar con cierta facilidad el estado de ánimo de los que suman, y cuando eso ocurre los que suman, lo hacen menos.

Los que restan están más preocupados de sí mismos que del resultado colectivo de la organización.

Los que restan no conocen las reglas de juego. Ni quieren conocerlas.

Los que restan no se sabe bien a qué se dedican, ni lo que se espera de ellos.

Los que restan tienden a tener más protagonismo que los que suman, se les ve más, porque les gusta ser visibles.

Los que restan tienen muy interiorizado aquello del “ese no es mi trabajo” o “no es mi problema”.

Los que restan están más pendientes de sus derechos que de sus obligaciones.

Los que restan casi nunca saben que son de los que restan.

En las empresas y organizaciones, aquello que no suma, resta, siempre. Es responsabilidad de emprendedores, directivos, empresarios y personas con responsabilidad el rodearse del talento que sume, y no ser ellos mismos quienes sean los primeros en restar.