Liberal sin complejos, lleva años siendo el azote de las políticas que intentan resolver los problemas económicos disparando el gasto público. Asesor económico de Pablo Casado desde que decidiera presentarse a las primarias del Partido Popular, Daniel Lacalle ha dado por fin el salto a la arena política. Será el número cuatro por Madrid del PP. 

Muchos esperaban que Lacalle diese el paso, tanto sus partidarios como sus detractores. Ya coqueteó con esta posibilidad allá por 2015, cuando Esperanza Aguirre le tentó para ir en las listas del Ayuntamiento de Madrid, pero lo rechazó porque tenía otras ocupaciones. Ahora, en cambio, se ha tirado a la piscina. “Merece la pena defender el proyecto de Pablo Casado”, explica para justificar su decisión. Y es que Lacalle tendrá ocasión este año de liderar -aunque rechaza que se personalice en su figura- el programa económico del PP. 

Entrevista a Daniel Lacalle

Recibe a EL ESPAÑOL en una de las salas de la sexta planta de la sede de Génova. Aquella en la que hasta hace unos meses campaba a sus anchas el equipo de Rajoy, y que ahora rezuma un aire de cambio y estrés fruto de la cercanía de los comicios generales, municipales, autonómicos y europeos. 

No es usted el único fichaje mediático del Partido Popular. También tenemos periodistas como Cayetana Álvarez de Toledo, el torero Miguel Abellán o el padre de Mari Luz Cortés… ¿No le da la sensación de que se prima la telegenia, la fama y la ideología a la experiencia de gestión? 

Merece la pena que las personas de la sociedad civil aportemos cuando creemos que podemos aportar algo. La gente se queja de la política, ¿no? Pues aportemos algo. Además, la tecnocracia es algo en lo que nunca he creído. 

Si tomas los cabezas de lista por cada circunscripción del PP y quiénes les acompañan, te puedes dar cuenta de que estamos hablando de profesionales de indudable trayectoria. Es una buena renovación. El problema es que los titulares sacan a un señor que es torero, pero sólo es uno. Hay mucha gente más. 

¿Ser liberal en lo económico implica ser libertario en lo social?

No. Yo soy liberal pero no libertario anarcocapitalista. Creo que hay una serie de servicios que el estado ofrece y en los que todos estamos de acuerdo. Creo que ese Estado de Bienestar tiene que ser sostenible. No es muy diferente a lo que dicen pensadores liberales en Estados Unidos, Reino Unido, Holanda o Luxemburgo, para los cuales hay una serie de servicios y actividades que el Estado tiene que llevar a cabo de manera eficiente y eficaz.

Daniel Lacalle, número 4 del PP por Madrid, durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Jorge Barreno

Sin embargo, le acusan de ser libertario

Vivimos en un país en el que nos gustan las etiquetas. El que te acusa de ese concepto ultraliberal inexistente lo hace por un motivo bien sencillo. Suele ser un ultracomunista o un ultrasocialista. Siempre hablo en broma de esas etiquetas porque sirven para dejar de pensar. Sirven para poner a todo el mundo en un cubículo y olvidarse de él. No es algo lógico y no merece la pena ni tomárselas en serio. 

Es usted la cabeza visible del nuevo programa económico del PP. Aboga por recetas liberales, ¿su llegada supone una enmienda a la totalidad a las políticas económicas de Guindos y Montoro? 

No. En absoluto. Si hoy hablamos de recuperación y crecimiento es gracias a las reformas de Luis de Guindos y Cristóbal Montoro junto al presidente Rajoy. Es verdad que hubo subidas de impuestos al principio, y he discrepado de esa política, pero no se puede negar que hoy se habla de que las cosas están mejor. No es una enmienda. 

Se trata de ver qué tiene que hacer España tras la mayor crisis generada por las políticas socialistas. Hay que avanzar. Ahora contamos con una parte del equipo que ha gestionado la primera etapa y con otra que tiene una visión adicional. Eso no es una enmienda a la totalidad. Eso no existe porque la razón por la que se puede plantear una rebaja de impuestos expansiva y una reforma laboral creadora de empleo, es el trabajo de Rajoy, Montoro, Guindos y Fátima Báñez. 

Si hoy hablamos de recuperación y crecimiento es gracias a las reformas de Luis de Guindos y Cristóbal Montoro junto al presidente Rajoy.

El plato fuerte de su programa electoral es una rebaja de impuestos. 

Proponemos que empresas y familias tengan más renta disponible. Eso ayudará a que les vaya mejor a las empresas y a las familias. De lo que se trata es de dejar respirar la economía, atraer la inversión, crear empleo y aumentar la inversión tecnológica.

Se trata de políticas que ya han resultado efectivas. A partir de 2015, cuando comienzan las primeras rebajas de impuestos con el equipo de Rajoy, aumenta la inversión, se crea empleo, aumentan los salarios y la temporalidad empieza a reducirse. Por tanto, hay que seguir avanzando en esta línea: una rebaja fiscal expansiva ayudará a que la economía crezca. 

¿Qué impuestos se verán afectados? 

En primer lugar hay que bajar el IRPF. Debemos reducir el tipo máximo, que es muy alto. Cambiar los tramos para que las familias tengan más dinero y ganen más de lo que ganan ahora. No puede ser que una familia dedique medio año a pagar impuestos entre directos e indirectos. 

También habrá que reformar el impuesto de Sociedades. Ahora mismo es detractor de la inversión y no permite que pymes y grandes empresas acaben de recuperarse. Hablamos de este impuesto como si fuera bajo, pero se nos olvida que antes del beneficio neto hay muchos otros impuestos que deben abonarse y que también lastran la cuenta de resultados. 

El tercer punto de nuestra reforma fiscal será una rebaja de la imposición al ahorro. No se puede gravar a quienes han estado ahorrando durante toda su vida. Hay que evitar que el rescate de un plan de pensiones tenga una carga fiscal muy elevada. 

Por último, hay que revisar todos los impuestos para eliminar aquellos que resulten más injustos. No se trata de una cuestión de recaudación. ¿Es necesario tener un impuesto de sucesiones o de actos jurídicos documentados? No. Acabar con ellos es una cuestión de justicia social. 

Nuestra bajada de impuestos incluye una memoria económica con distintas fuentes de financiación ante desvíos en las estimaciones. 

También decían Rajoy, Guindos y Montoro que iban a bajar los impuestos cuando llegaron al Gobierno en 2011 y en el primer Consejo de Ministros metieron un impuestazo. 

Hay que diferenciar. En aquel entonces España estaba en quiebra, al borde del rescate. Eso hubiera supuesto recortar las pensiones, la educación y la sanidad. El déficit ese año acabó en el 9,5%, no lo olvidemos. 

Además había 40.000 millones de euros en facturas escondidas en los cajones y las Comunidades Autónomas tuvieron que ser rescatadas porque estaban en la quiebra. Por si fuera poco, las cajas también estaban quebradas y tenían un agujero de 160.000 millones de euros. 

Obviamente, subir impuestos no fue una buena decisión. También es verdad que en una negociación con Europa en la que estábamos abocados al rescate no me parece una mala solución. Fueron medidas impopulares y seguramente no se comunicaron bien. Eso se revirtió en 2015, 2016 y 2018 y se ha demostrado como una política adecuada. 

Se lo compro a medias. Los indicadores y el consenso de analistas coinciden en que nuestra economía, junto a la europea, están en proceso de ralentización. 

Claro, pero no es la misma situación que había entonces. Estamos en otra totalmente distinta. Además, nuestra bajada de impuestos incluye una memoria económica con distintas fuentes de financiación ante desvíos en las estimaciones. 

Se ha demostrado que las bajadas de impuestos expansivas ayudan a hacer crecer la economía. Nuestro problema no es de curva de Laffer (que representa la relación entre ingresos y tipos), es de empleo y de tejido empresarial muy débil.

Daniel Lacalle, número 4 en las listas del PP, durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Jorge Barreno.

Sin embargo, el Gobierno ha optado por aumentar el gasto como receta para impulsar la economía. Ahí tenemos los famosos viernes sociales… 

Están haciendo lo mismo que antes de la crisis: dopar el PIB vía consumo público y aumento del déficit público. Es preocupante que el Gobierno tome una decisión consciente de dopar las cifras utilizando el dinero del ciudadano de forma electoral. Si en lugar de crecer un 2,6% en 2018 hubiéramos crecido un 2,2%, hubiera sido igual de decente. 

Por si fuera poco, incumplimos el déficit en un año de récord absoluto de recaudación y en el que la economía crece de forma potente. Eso ocurre porque aumenta el gasto público en el tercer y el cuarto trimestre, donde se ha tirado de chequera por parte del Gobierno. Hasta el Banco de España lo dice. 

¿Entonces qué van a hacer ustedes con todas esas medidas si llegan al Gobierno? ¿Las van a mantener? 

Lo primero será hacer una auditoría, porque no sabemos lo que están costando los viernes sociales. Bueno, sociales no, antisociales. No hay nada más antisocial que poner en riesgo la educación, la sanidad o las pensiones gastando para una campaña electoral. No vamos a blanquear al PSOE. 

Una vez que sepamos su coste, habrá que revertir muchas de esas medidas electoralistas y dañinas para la economía y explicar las cosas de forma clara. Ahora bien, que tengan claro los ciudadanos que si nos encontramos un problema de déficit por exceso de gasto no le vamos a pasar la factura al contribuyente. 

No hay nada más antisocial que poner la educación, las pensiones y la sanidad en peligro para una campaña electoral encubierta. Eso es lo que está haciendo el PSOE tirando cada viernes de medidas que se llevan por delante el 1% del PIB. 

No hay nada más antisocial que poner en riesgo la educación, la sanidad o las pensiones gastando para una campaña electoral. No vamos a blanquear al PSOE. 

Si llegan al Gobierno tendrán también que poner en marcha una nueva reforma laboral junto a patronal y sindicatos. ¿Cuáles serán las líneas básicas? 

Facilitar la contratación será lo fundamental. Para ello es vital avanzar en el proyecto de autopista administrativa, que eliminará escollos burocráticos. No se trata sólo de altos impuestos a la hora de contratar. Habrá que reducir también el número de contratos, fortalecer la creación de empleo e impulsar la contratación indefinida vía bonificación para este tipo de contratos. 

Si permitimos que las empresas crezcan, necesitarán más gente con talento y capacidad. Aquí se relega a los trabajadores a ese concepto de inempleabilidad, y eso no es correcto. Hay mucha gente con gran capacidad que puede aportar mucho aunque su oficio tenga un alto nivel de desempleo. 

Dentro de ese grupo están los mayores de 45 años que están en el paro y que forman el grueso de los parados de larga duración. ¿Qué propone para ellos? 

No convertirlos en rémoras. Formación desde el trabajo, desde la formación de calidad. Además hay que unificar la actividad de las oficinas de empleo. No pueden ser sitios donde la gente sólo se apunta al paro y que tienen una incidencia bajísima a nivel de empleo. Hay mucha gente que estará encantada de encontrar un trabajo. 

Veo compatible nuestras ideas con cualquier partido que defienda la libertad económica, el progreso y la creación de empleo y atracción de inversión

Otro de los debates que estará en la mesa del próximo Gobierno es la reforma de las pensiones para lograr sus sostenibilidad a largo plazo. 

La sostenibilidad está garantizada si garantizas la sostenibilidad de las finanzas públicas. Cuando España estaba en quiebra la Seguridad Social estaba en quiebra, por lo que es vital que las cuentas públicas estén saneadas. 

En España no hay un problema de financiación de las pensiones. Suponen el 11% del PIB y un gasto de ese nivel no se cuestiona en ningún país. En el peor escenario será un 15% del PIB. Por tanto, este no es el problema. Es un problema de la concepción equivocada de lo que es el sistema de reparto, de pensar que hay que rascar de las clases medias para pagar las pensiones de ahora. 

Lo que hay que traer es inversión, empleo... Tener más afiliados y personas trabajando. Eso no se hace expoliando fiscalmente a empresas y autónomos. En todos los países donde se ha recurrido a la represión fiscal para atender al sistema de pensiones, se ha terminado con un recorte de las mismas.

Además, es ridículo que la jubilación sea obligatoria. Hay tanta gente que quiere seguir aportando a la sociedad... Es triste que gente mayor esté relegada a no aportar a la sociedad porque tienen que estar jubilados.

En definitiva, las pensiones deben ser financiables, sostenibles, y si alguien ha demostrado que las mantiene es el PP. Luego se discutirá cómo buscar soluciones distintas. Eso se tiene que hacer en el marco del Pacto de Toledo. 

Pero eso requiere de llegar a un acuerdo. Visto lo visto esta legislatura, ¿cree usted que es posible alcanzarlo? 

Las diferencias en este tema entre PP, Ciudadanos y PSOE son de tres grados de separación. El problema es que el Partido Socialista se ha podemizado. Las 110 propuestas de ruina son intentar copiar a Podemos sí o sí, y todos sabemos lo que eso supone: paro, miseria, hiperfinlación y colapso. Hay muchos economistas del PSOE horrorizados. 

Creo que se pueden llevar a cabo acuerdos a nivel nacional en torno a la defensa de la Constitución, del Estado del Bienestar y de las cuentas públicas. 

Daniel Lacalle, número 4 del PP por Madrid durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Jorge Barreno

Ya que hablamos de pactos, todo apunta a que si el PP tiene alguna posibilidad de formar gobierno tendrá que pactar con Ciudadanos. ¿Ve factible entenderse con ellos? 

Veo compatible nuestras ideas con cualquier partido que defienda la libertad económica, el progreso y la creación de empleo y atracción de inversión. ¿Podemos llegar a acuerdos? Seguro. 

Pero no podremos alcanzarlo si sigue diciendo una cosa en un sitio y otra en otro. No entiendo a Ciudadanos cuando dice que el concierto vasco es malísimo y lo blinda en Navarra con UPN. Tampoco cuando dice que las rebajas de impuestos son imprudentes y a la vez dice que los va a bajar. Me da la sensación de que la confrontación electoral les lleva a defender una cosa y la contraria constantemente. 

Ahora parece que Ciudadanos se ha puesto la etiqueta de liberal, pues que la cumplan. 

¿Y con Vox es posible que alcancen acuerdos? 

Hay muchas cosas en las que discrepo con Vox y, a medida que salen propuestas fuera de lo económico, cada vez más. Al menos no se puede decir que sea un partido antieuropeista tipo Le Pen o antieuro tipo Salvini. Tampoco piden aumentos brutales de funcionarios o cosas similares. Por tanto, ya hay un sitio común para trabajar. 

Sí, pero su ‘gurú’ económico, Rubén Manso, ha pedido en el pasado una redefinición del Estado del Bienestar, de modo que los únicos servicios públicos sean Defensa, la Seguridad interior y la Justicia y el resto, como Sanidad o Pensiones, pasen a depender de la iniciativa privada. 

No lo he visto. Pero, en cualquier caso, me preocupan las soluciones de todo o nada. ¿Cómo vas a acabar con las pensiones? Es algo absolutamente irresponsable. 

¿Se ve ministro de Economía?

Me veo apoyando todo lo que sea bueno para España. Tenemos que hablar de los problemas de España y de los riesgos para la economía española. El debate económico ha desaparecido por razones obvias. Cuando tienes los indicadores adelantados en negativo, es lógico que el Gobierno no quiera entrar en esta cuestión. 

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