Antes de que Donald Trump llegase a la Casa Blanca y de que Rusia fuese el centro de todas las miradas, Facebook ya había intervenido en la vida política. El papel de la red social en la primavera árabe es incuestionable y así lo reitera Wael Ghonim, activista egipcio que lideró la revuelta en su país.

Sin embargo, Ghonim también probó la cara menos amable de Facebook, cuando se creó una página dentro de la red social donde se le atribuían declaraciones falsas. ¿Pero como llegó una red que quería "conectarnos a todos" a permitir la desinformación y a la comercialización de los datos de sus usuarios?

Las mentiras de Facebook es una serie documental de dos capítulos estrenada este martes por el canal Odisea. En el documental, varios ex trabajadores ponen en contexto como la compañía "priorizó sus ingresos y su crecimiento a la protección de la privacidad de sus usuarios".

El documental empieza con una entrevista a un joven Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, brindando en vaso de plástico por haber logrado 3 millones de usuarios. Zuckerberg también afirma que la red social no va a "compartir la información de la gente, excepto la de la gente que ha dicho que quiere que la compartamos".

Del 'círculo de crecimiento' a las 'fake news'

Durante el primer capítulo queda claro como una de las obsesiones de Zuckerberg y de su equipo es el crecimiento de la compañía. Para eso, no duda en crear un 'círculo de crecimiento': un equipo de personas que lograran el acceso a la plataforma en otros países, por ejemplo, mediante la traducción de Facebook.

Con las revueltas árabes llegaron las primeras alarmas. Según explica una representante de la compañía en países árabes "muchos representantes expresaron su preocupación por la capacidad de Facebook de extender rumores". "No teníamos una solución, lo mejor que pude hacer era informar a la central", detalla en el documental. 

Sin embargo, la red social apeló a su "libertad de expresión" para no censurar bulos. Lo mismo ocurrió en el caso de Ucrania, cuando Rusia creó un equipo encargado de difundir noticias falsas. Pese a que representantes ucranianos se pusieron en contacto con la red social, Facebook señaló únicamente que tendrían en cuenta los usuarios falsos.

"Una herramienta para los anunciantes"

Uno de los primeros inversores de Facebook, Roger McNamee, también es entrevistado en el documental. McNamee ha publicado recientemente Zucked, despertando de la catástrofe de Facebookun libro en el que ya adelantaba la transformación de Facebook desde que él mismo decidió apostar por la idea del joven Zuckerberg.

McNamee explica que en la obsesión de Facebook por crecer, la red social se convirtió en una "herramienta para anunciantes, mejor que cualquier otra". El documental señala a Sheryl Sandberg, directora de operaciones y número dos de Zuckerberg como la mente detrás de este modelo de negocio.

En el documental, un estudiante austriaco que denunció a Facebook por burlar la normativa europea de privacidad, así como representantes de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos dejan claro que pese a que el discurso público de la red social llamaba a la protección y privacidad del usuario, la realidad era distinta.

Desde la FTC explican que aunque Facebook pudiese recopilar datos, debido a que la privacidad no estaba regulada en Estados Unidos, la red social no podía cederlos a terceros. 

Fue Sandy Parakilas, ex gerente de operaciones de Facebook, quien avisó a los ejecutivos de la empresa sobre los riesgos de que los datos personales de los usuarios pudieran obtenerse de forma inapropiada y utilizarse indebidamente, pero desoyeron sus advertencias. 

Este primer episodio del documental demuestra que los problemas de Facebook con la privacidad comenzaron mucho antes de que estallase el escándalo de Cambridge Analytica. La segunda parte se emitirá el próximo martes, 26 de marzo.

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