Parecían haber firmado la paz, con Teresa Ribera como testigo, pero ha quedado patente que no hay acuerdo definitivo que valga. Al menos, de momento. Endesa vuelve a fijar su posición frente a la de sus principales competidoras, Iberdrola y Naturgy, en lo que al cierre de las nucleares se refiere. Plazos sí, pero nada de calendario fijo.

Este mismo miércoles, a las 10 de la mañana, todas se darán cita en la sede de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), el organismo encargado, entre otras cosas, de fijar la tasa que deben pagar las eléctricas para financiar el desmantelamiento de las centrales.

En esa reunión se pondrá sobre la mesa un protocolo que versará sobre qué plantas se cierran, las nuevas tarifas y, además, el punto que ha generado el conflicto: un calendario fijo para el cierre de cada una de las centrales. En este sentido, tal y como adelantó Cinco Días, el calendario a aprobar recoge que la central nuclear Almaraz I cerraría en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2029, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2033, Vandellós II en 2034 y Trillo en 2035. 

Un calendario que, aunque sí están dispuestos a firmar en Iberdrola y Naturgy, no gusta en Endesa, que no está de acuerdo con fijar las fechas exactas, como ha contado este martes El Independiente. Así, Endesa acudirá a la reunión con la posición de 'sí' al cierre de las centrales entre 2025 y 2036, pero 'no' a una fijación "desde ya" de los cierres de cada una. "Queremos firmar el protocolo, pero vinculado al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima", explican fuentes de la eléctrica que dirige José Bogas a este periódico. En este sentido, el PNIEC, aprobado hace un par de semanas en el Consejo de Ministros, recoge el intervalo de los cierres y apunta a que en 2030 quedarán 3.000 MW activos.

Así, desde la eléctrica insisten en que están dispuestos a firmar un periodo de cierre escalonado, algo que, a su juicio, es suficiente para que Enresa fije la nueva tasa. Cabe recordar aquí que, actualmente, el plan que continúa vigente es del año 2006, por lo que urge una modificación acorde al nuevo cálculo de cierre teniendo en cuenta las inquietudes del actual Gobierno: de media, las centrales cerrarían a los 46 años. "Parece precipitado fijar un cierre definitivo", reseñan desde la eléctrica, que repiten: "No puede estar escrito en piedra".

Habrá firma sin calendario

La posición de Endesa obliga a la convocatoria de otra reunión posterior en la que, si se matiza el protocolo y no se incluye el polémico calendario, la eléctrica que dirige Bogas sí plasmará su firma.

No obstante, hay otro condicionante, y es que la firma de este protocolo, reconocen en Endesa, tendría que pasar antes por el Consejo de Administración, convocado para el próximo lunes.

Con el cierre que contempla el actual Gobierno, y por el modo en el contabiliza la amortización de sus activos nucleares -a 50 años-, Endesa se enfrentaría a un coste de entre 50 y 60 millones al año por amortizaciones, tal y como reconoció el consejero delegado en la última conferencia con analistas tras la presentación de sus resultados.

Durante esa conferencia, Bogas ya dejaba entrever la que va a ser la postura de Endesa en la reunión de este miércoles: "El plan debe ser indicativo, nadie sabe qué va a pasar en los próximos años", dijo.

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