Arturo Criado Nerea San Esteban

Acusan a LetterOne, el vehículo inversor del magnate Mikhail Fridman, de haber protagonizado un "asalto ilegal" a Dia. Hablan de una supuesta manipulación del mercado, especulación contra la acción y utilización de información confidencial. Aglutinados bajo la Asociación de Perjudicados de Dia, varios accionistas de la compañía señalan las presuntas maniobras del magnate para hacerse con la compañía a un precio "irrisorio".

Maniobras que plasman por escrito en una denuncia a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a la que ha tenido acceso este periódico, y que han presentado ante el regulador apenas una semana después de que LetterOne anunciara el lanzamiento de una opa sobre Dia.

En el texto, los accionistas aseguran que, para la presentación de la denuncia, han contactado y recabado el testimonio de personas que "han estado involucradas" en los últimos años en Dia y en LetterOne, así como de personas próximas Mikhail Fridman. La denuncia es, en base, una narración de "sus actuaciones" en España, donde la Asociación de Perjudicados de Dia recoge los planes de Fridman para "arruinar y asaltar" la compañía.

La caída de la acción

Los denunciantes señalan que, desde la irrupción de Fridman en la compañía, en julio de 2017, las acciones de la cadena de supermercados, lejos de revalorizarse, han vivido una caída sin precedentes.

"Cuando en el mercado se produce una irrupción de un inversor con este interés, lo habitual es que el valor de la acción se revalorice sustancialmente al calor de una posible oferta o compras adicionales de acciones de la empresa", explican los accionistas. No obstante, desde entonces la acción de Dia ha caído más de un 90%; su capitalización ha pasado de 3.500 millones de euros a cerca de 250 millones.

Para los accionistas, esta pérdida de valor no es casual. Según exponen a la CNMV, existen indicios "más que razonables" para decir que la caída de valor de la acción y los problemas internos de la cadena han sido "deliberadamente provocados".

Así, la recién formada asociación se refiere a un informe de la Policía Nacional, en concreto de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta Grupo de II Europa del Este (UDEV), donde, explican, se define a Alfa Group, LetterOne y su máximo exponente Mikhail Fridman como una organización criminal que desarrolla su actividad delictiva usando un entramado de compañías y personas en diferentes jurisdicciones.

Según insisten los denunciantes, LetterOne se infiltró en la organización de Dia "secretamente", controlando su comunicación financiera y suministrando información negativa para manipular al mercado y provocar su caída en bolsa.

La colaboración con Goldman Sachs

Pero para el "asalto" necesitaba colaboradores. Los accionistas denunciantes acusan de forma directa a Goldman Sachs, con quien, consideran, LetterOne actuaba de forma coordinada para fomentar las operaciones masivas de venta en corto. A ojos de los denunciantes, LetterOne y Goldman Sachs coordinaban las compras y ventas en un espacio de tiempo, no habiéndolo hecho con anterioridad y dejándolo de hacer una vez alcanzado el objetivo, incluso llegando a hacer "operaciones entre ellos mismos".

LetterOne buscaba, en definitiva, y siempre según el texto de la denuncia, el hundimiento del precio de la acción para poder hacerse con la compañía "a precio de saldo". 

En el anuncio de la opa, LetterOne reseñaba que, a 0,67 euros la acción, la cantidad total máxima que desembolsará serán 296,1 millones de eurosresultado de multiplicar el precio por acción por el número de acciones a las que se dirige. Para lanzar esta opa, el fondo contrató como asesor a Goldman Sachs, "poniendo de manifiesto todas las sospechas del mercado sobre esta relación".

La pelea "sin cuartel" en el consejo de administración

Aseguran los accionistas que LetterOne instó a la pelea "sin cuartel" en el consejo de administración, y acusan al fondo de forzar la dimisión de la presidenta, Ana María Llopis, del consejero delegado, Ricardo Currás, y de tres consejeros adicionales. A esto se suma, explican, la salida del director financiero, del director de la unidad operativa de España, el consejero delegado de Brasil y el de Argentina. Unos cambios que, en su opinión, solo generan "caos e incertidumbre, y eso es lo que LetterOne buscaba".

"Sorprende que estas medidas de cambio de directivos se produjeran en estos momentos cuando el propio LetterOne conocía por la carta recibida por su representante Karl Heinz-Holland de las posibles irregularidades contables -que tenían lugar en Dia, y que acaba de denunciar la compañía-", narra el texto a la CNMV, que continúa: "Sin embargo, no hubo reacción por parte de LetterOne pues su objetivo en este proceso, como define la Policía Nacional en su informe sobre la forma de operar del magnate, es la creación del conflicto como método para crear distensión y hundir el precio de la compañía". 

Para los accionistas, el final de la historia se podía prever. "De haber actuado en el momento de conocer esta situación, Dia habría sufrido muchos menores problemas de los que afronta en la actualidad, pero el objetivo de LetterOne no era otro que llevar a Dia al borde del colapso", aseguran.

De la opa obligatoria a la suspensión de derechos de voto

La agrupación de accionistas, que insiste en que las ramas importantes de negocio de LetterOne y Fridman se encuentran bajo investigación internacional por blanqueo de capitales, reseña que gran parte del deterioro del valor de la acción de Dia ha sido "autoinfligido y provocado por una organización criminal internacional" que se dedica al “Reidestrevo” o asalto de compañías; y ponen como ejemplo el caso de Zed.

En el texto, enumeran: "Se ha manipulado el mercado, especulado contra la acción, concertado operaciones y utilizado información confidencial, entre otras acciones para hacerse con la compañía a un precio irrisorio". Denuncian también "el dudoso" origen de los fondos utilizados por LetterOne y se remiten al citado informe policial, que habla del pago de sobornos por Fridman y las filiales del fondo al Ministro de Interior ruso, en febrero de 2013.

Los accionistas denunciantes dan dos opciones a la CNMV en su solicitud. La primera, que requiera a LetterOne lanzar una OPA obligatoria al precio equitativo igual al precio pagado por el fondo en su primera compra de acciones, a 5,12 euros por acción. Esto, dicen, permitiría a los accionistas minoritarios de la compañía no sufrir la pérdida del 90%de su inversión por "la actividad presuntamente delictiva" de LetterOne.

La segunda opción que proponen, pasa por suspender los derechos de voto del fondo para que Dia "pueda sobrevivir" y mantener su negocio y los puestos de trabajo -acaba de anunciar 2.100 despidos- "sin injerencias de organizaciones criminales". "A día de hoy, existe una alternativa de mercado en forma de ampliación de capital garantizada que resolvería los problemas financieros de Dia, que cuenta con el apoyo del consejo y de la banca acreedora", relatan.

La pasada semana, el presidente de la CNMV, Sebastián Albella, aseguraba que la institución supervisora está vigilando "como prioridad y desde todos los ángulos" la opa lanzada por Fridman, al tiempo que destacó la labor "positiva" que hacen los bajistas al llamar la atención sobre problemas y debilidades de las compañías de modo temprano y evitando que haya precios que no se corresponden con la realidad.

LetterOne se defiende

Ahora, la denuncia tendrá que seguir ahora los cauces internos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aunque fuentes de la compañía inversora a largo plazo señalan a EL ESPAÑOL que “estas acusaciones son completamente falsas". No sólo eso, es que insisten en que se trata de "una elaborada teoría completamente falsa e inverosímil”. 

LetterOne insiste en su OPA, así como en otras ocasiones, en que su objetivo es el de ayudar a la cadena de supermercados a salir de la situación en la que se encuentra y que su vocación es invertir a largo plazo para dotar de estabilidad a la cadena de supermercados. 

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