La inversión en los trenes de cercanías catalanes, Rodalies, ha sido una reivindicación recurrente de la Generalitat a los distintos Gobiernos que han ocupado la Moncloa durante la última década.

En concreto, los representantes catalanes reclaman unos 5.000 millones de euros de inversión pendiente tanto en lo que respecta a la renovación de las infraestructuras y a la construcción de nudos ferroviarios pendientes, como a lo que tiene que ver con el material rodante.

Una inversión que se ha demorado en llegar debido a la crisis económica que azotó España a partir de 2008 y a la gran apuesta realizada en alta velocidad por parte de los diferentes gobiernos.

Esta tendencia comenzó a cambiar ya durante el último gobierno popular. El Ministerio de Fomento, capitaneado por Iñigo de la Serna, anunció un plan de inversiones de 4.400 millones de euros en julio de 2017 para "impulsar la mejora de la red de Rodalies".

Este plan fijaba en 2.559 millones para la mejora todos los ámbitos de la infraestructura ferroviaria, de los que 1.161,5 millones se iban a ejecutar durante el periodo 2017-2020.

Cambio de Gobierno

Con el triunfo de la moción de censura y el paso de la dirección de Fomento a manos de José Luis Ábalos. Los planes de invertir en la región se redoblaron. Los presupuestos que actualmente está negociando el Gobierno de Pedro Sánchez contemplan una inversión en Cataluña un 52% mayor a la de 2018.

Solo durante 2019 estos presupuestos incluyen una inversión de 492,65 millones de euros para Rodalies y Media Distancia. A estos, además, habría que sumar los 395 millones destinados a acelerar el corredor mediterráneo.

A estas cifras dedicadas a la infraestructura hay que sumar los planes de Renfe para renovar el material rodante. Tanto el equipo de de la Serna como el de Ábalos han mostrado su voluntad de acometer importantes inversiones que rejuvenezcan el parque ferroviario catalán. En concreto, de los 3.000 millones del plan aprobado por Fomento para que Renfe renueve sus trenes, 1.600 millones irán para Cercanías. 

Aunque las licitaciones aún deben aprobarse en los próximos meses, se calcula que más de la mitad de esta partida vaya a parar a Rodalies.  

Gestión compartida

En este debate también es recurrente la pregunta sobre de quién es la responsabilidad del servicio de cercanías catalán. En 2010, el Ministerio de Fomento traspasó a la Generalitat los servicios de Rodalies, una decisión que se incluía en el Estatut.

Esta decisión hizo que el Govern controlara la gestión del servicio. Todo lo que tiene que ver con horarios, frecuencia de paso, tarifas e información a los usuarios y el personal de Rodalies depende del gobierno catalán.

Por su parte, la titularidad de la infraestructura se mantuvo bajo el control de Adif, el administrador de infraestructuras ferroviario dependiente del Ministerio de Fomento. Esto hace que quede en manos de este organismo la responsabilidad sobre vías, estaciones y andenes.

Pero esto no termina aquí. Con la organización actual, Renfe es la empresa que opera el servicio y aporta el material rodante.

Esta gestión a tres ha sido muy criticada desde los representantes políticos catalanes que en varias ocasiones han solicitado el traspaso definitivo de todas las competencias de Rodalies. Algo que, por el momento, no se ha valorado desde ninguno de los ejecutivos centrales.

El último incidente abre una vez más la puerta para intensificar el debate de las inversiones y la gestión del servicio. Una pelea política en la que parece que estamos cerca de ver soluciones que, aunque tarde, pongan solución a la situación arrastrada durante los últimos años.

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