Las compañías eléctricas se han puesto a disposición del Gobierno. Pretenden ofrecer "datos objetivos" al Ejecutivo para que defina el calendario de cierre de las centrales nucleares. "Nosotros no podemos tomar una decisión sobre las nucleares. Eso forma parte de un plan más amplio, el Plan Integrado de Energía y Clima -de inminente presentación-, que corresponde al Gobierno", ha insistido este lunes el presidente ejecutivo de Naturgy, Francisco Reynés, en la presentación de resultados con periodistas, en la que ha añadido: "Tendremos que adaptar nuestros activos con los calendarios que se fijen".

Así, ha reseñado la disposición de la compañía para que el Gobierno de Pedro Sánchez pueda tomar "la decisión adecuada". "La opinión la podré tener el día que tenga un calendario definitivo sobre la mesa. Lo único que estamos haciendo es una discusión a varias bandas entre todos los entes implicados para asegurar que se pueda cumplir", ha apuntado Reynés, que ha explicado que la compañía "adaptará sus activos a ese calendario". 

Reynés mantuvo este lunes una reunión con al ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, junto con Ignacio Sánchez-Galán (Iberdrola) y José Bogás (Endesa). "Vi que había intención de todo el mundo de buscar un acuerdo", ha apuntado el presidente ejecutivo. En aquel encuentro, según ha trascendido, Ribera comunicó a los primeros espadas de las eléctricas que las nucleares no cerrarán antes de 2025 ni después de 2035 o 2036.

Para Reynés, la restricción a la hora de elaborar el plan que el Gobierno enviará a Bruselas es que la potencia instalada sea suficiente para cubrir la demanda. "El plan ha puesto esta restricción, que es la lógica", ha apuntado, aunque ha añadido un matiz: "Otra cosa es el que el calendario tenga que acomodarse no solo a proveer la potencia necesaria, sino que a otros equilibrios. Eso es función del Gobierno".

Los primeros seis meses del nuevo plan

El presidente ejecutivo de la compañía ha comparecido para presentar los resultados del ejercicio 2018, los primeros que Reynés ha completado en el cargo. Unos resultados marcados por pérdidas de 2.822 millones de euros que se ha anotado la eléctrica como consecuencia del ajuste del valor de sus centrales de generación de electricidad tradicionales, por valor de 4.851 millones.

No obstante, excluyendo este impacto y otros elementos no recurrentes,el beneficio neto ordinario creció un 57%, hasta los 1.245 millones de euros. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) cerró 2018 en los 4.019 millones de euros, con un incremento del 3%. Sin considerar los elementos no recurrentes, el Ebitda ordinario creció casi un 12%, hasta los 4.413 millones de euros.

Estos resultados son los primeros que presenta la eléctrica dentro de su nuevo plan estratégico (2018-2022), seis meses después de su puesta en marcha, el pasado mes de junio.  Para Reynés, los resultados muestran una "evolución positiva" de los negocios, pero será durante los próximos años cuando se verá una "mejora sustancial", a medida que avance el plan.

Fruto de los acuerdos del plan, durante el segundo semestre del año la compañía llevó a cabo una simplificación administrativa y una reducción del consejo de administración, de 17 a 12 consejeros. Además, ya en junio anunció la revisión del valor contable de sus activos, que se tradujo en un write down de 4.851 millones.

A cierre del ejercicio, la deuda financiera de Naturgy fue de 13.667 millones de euros, un 10% menos que a cierre de 2017.

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