El primer ministro portugués, Antonio Costa, lo tiene claro: quiere convertir al país luso en una referencia tecnológica mundial. Por eso su gobierno está apostando por iniciativas que atraigan no solo talento, sino también inversión. De momento, lo está consiguiendo. Google abrirá un centro tecnológico que empleará a más de 1.000 personas en Lisboa.

Fue en Davos, a principios de año, cuando el mandatario portugués anunció la inversión de Google, pero según ha publicado el semanario Expresso, la tecnológica ha doblado el número de empleos, ya que en enero se cifraba en 535. El anuncio no ha sentado muy bien en España, y es que la inversión de Google en Portugal se entiende como “una oportunidad perdida”, según fuentes del sector. España había sido uno de los países candidatos pero fue descartada.

El secretario de estado de internacionalización portugués, Eurico Brilhante, ha explicado que Lisboa le ha ganado la batalla a Madrid y aunque algunos medios han apuntado a cuestiones fiscales, la todavía prematura tasa Google no es la única razón por la que la tecnológica ha elegido al país vecino.

Forbes veía en la celebración del Web Summit, uno de los congresos tecnológicos más importantes del mundo, como una de las causas para que el ecosistema start-up y el sector tecnológico mirasen con atención a Lisboa. Hace apenas dos meses, la organización del congreso anunciaba un acuerdo con el gobierno luso, por valor de 110 millones de euros, para la celebración de este en la capital portuguesa hasta 2028.

De Silicon Valley a Beato

Si San Francisco tiene a Silicon Valley, Portugal tiene a Beato. 35.000 metros cuadrados dan cabida al Hub Creativo Beato, un campus de start-ups ubicado en una antigua fábrica. Y es que la innovación y la economía digital forman parte de la estrategia de Portugal para convertirse en un referente tecnológico.

Tanto es así que la Institución Financiera de Desarrollo de Portugal, junto al Banco Europeo de Inversiones, han anunciado una inversión de 200 millones de euros destinados a start-ups portuguesas en procesos de reestructuración. Además, durante la celebración del Web Summit, Antonio Costa anunció 100 millones de euros adicionales al programa tecnológico del país, así como la puesta en marcha de la Tech Visa.

Visados europeos para talento tecnológico

Fuentes del sector consultadas por EL ESPAÑOL explican que unos costes laborales ligeramente más bajos y las facilidades para trasladar talento tecnológico internacional a Lisboa, vuelven a decantar la balanza del lado de Portugal. 

El próximo 1 de enero entrará en vigor la Tech Visa cuyo objetivo es “facilitar la entrada de trabajadores cualificados que quieran trabajar en las áreas digital y tecnológica”, explicaba Pedro Siza, ministro de Economía de Portugal. El primer ministro portugués señaló en noviembre que habían solicitado este tipo de visado más de 400 personas.

Este no es el primer programa que Portugal instaura para atraer inversiones tecnológicas desde fuera de la Unión Europea. Desde 2012, tiene en marcha un programa de visados dorados que incluye la residencia y permiso de trabajo en Portugal, libre circulación en los países del área Schengen, así como acceso a la sanidad y la educación portuguesa.

Los requisitos para obtener estos visados pasan por como mínimo una de estas condiciones: realizar una inversión de como mínimo 1 millón de euros en Portugal, la creación de como mínimo 10 puestos de trabajo o la compra de activos inmobiliarios por valor de 500.000 euros, entre otros. Unas condiciones atractivas para inversores extranjeros que deseen abrir su mercado a la Unión Europea.

La tasa Google y otras piedras en el zapato

Los movimientos de Costa contrastan con los de los últimos gobiernos españoles. Desde el anuncio de la creación de la tasa Google por el exministro Cristóbal Montoro, hasta los presupuestos presentados por el gobierno de Pedro Sánchez, que contaban con una recaudación de más de 1.000 millones de euros por parte de las tecnológicas, el escenario político español no parece muy tentador para estas empresas.

Pascual Fernández, decano del Colegio de Economistas de Madrid, explica a EL ESPAÑOL que “mientras España piensa en gravar las ventas de estas empresas en un 3%, Portugal ni siquiera se plantea un impuesto de este tipo”.

En la misma línea habla Alicia Richart, directora general de DigitalES, quien cree que “España lo tiene muy fácil pero la administración no tiene carácter emprendedor”. Richart asegura que Portugal “sabe a dónde ir” pese a tener, remarca, “un gobierno socialista” y lo contrapone con la estrategia española.

Hasta el momento, la administración portuguesa está teniendo una actitud mucho más prodigital que la española, o al menos 'pro grandes multinacionales digitales estadounidenses'. Otro caso que lo demuestra es la aprobación de la ‘ley Uber’ este verano, que resuelve el conflicto entre el taxi y las aplicaciones de vehículos con conductor a favor de las empresas que en España operan con licencias VTC, como Cabify.

El nivel de inglés del país es un aspecto más que las tecnológicas tienen en cuenta. Según la escuela de idiomas EF, Portugal tiene un nivel “alto” de inglés, con una nota media de 60,02, mientras que España tiene un nivel medio (55,85). De los 88 países que analiza EF, Portugal ocupa el puesto 19 en cuanto a nivel de inglés, España está en el 32.

Estas diferencias están llevando a algunas multinacionales con sede en España a pensar en un traslado al país vecino, según ha podido saber este periódico, pese a que desde DigitalES dicen que “no tienen constancia”.

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