La economía mundial seguirá creciendo el año que viene. Así lo estima el servicio de estudios de banca privada del Santander, que calcula un aumento del PIB mundial del 3,5%. Ese alza estará cimentado en la estabilidad instalada en las economías emergentes, que ayudarán a estabilizar la ralentización que se empieza a detectar en algunos países desarrollados. 

Una situación a la que ayudan también cuatro hechos fundamentales: la ausencia de desequilibrios macroeconómicos críticos; una favorable situación financiera de empresas y hogares; la ausencia de presiones inflacionistas y las políticas fiscales expansivas que hay en Europa, Estados Unidos y China. 

Una situación ante la que los mercados confían en tener un año relativamente bueno, ya que se han situado en unos precios muy atractivos respecto a su media histórica. Sin embargo, su evolución dependerá de que no haya grandes eventos que lastren su recorrido. 

Las principales economías

Entre esos riesgos se encuentra un aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China; el Brexit y el pulso de Italia a la Unión Europea en torno a sus finanzas y el objetivo de déficit que debe cumplir el país. 

En el caso de Europa, Santander Private Banking estima que el crecimiento vendrá soportado por la demanda doméstica. Sin embargo, avisa de que el mayor riesgo a vigilar es el proteccionismo. "Es una de las regiones más afectadas en un evento de recrudecimiento de la guerra de 'tarifas' entre China y Estados Unidos". 

También positivos se muestran los analistas del Santander acerca de la situación en Estados Unidos. Es cierto que lleva un ciclo de 111 meses continuados de crecimiento y que el ciclo estaría cerca de acabar; sin embargo, la reforma fiscal está sirviendo de acicate para que se mantenga el crecimiento. 

El caso de España

Ahora bien, en los Estados Unidos deben vigilar la inflación, ya que existe "un riesgo no despreciable de que surjan presiones salariales y se produzca una contracción de los márgenes empresariales". 

El informe, titulado Navegando el cambio de ciclo, contempla también los desafíos para el resto de grandes economías globales. Entre ellas, la China, en donde su crecimiento estará basado en la inversión en infraestructuras.

Al igual que en Europa, la clave estará también en el frente comercial, al igual que en el caso de las emergentes ya que sus exportaciones dependen en buena medida de China. 

Los analistas del Banco Santander también analizan las perspectivas económicas para España. En donde el crecimiento estará soportado por la inversión y el factor clave a vigilar es la prima de riesgo que podría aumentar por contagio de la italiana. 

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