Telefónica, Orange y Vodafone llevan meses pidiendo a la Unión Europea que levante el veto a las integraciones y fusiones en el sector telco. Un eventual escenario en el que se da por descontado que uno de estos tres gigantes podría absorber MásMóvil o Euskaltel. No obstante, tanto el cuarto como quinto operador por número de clientes se consideran fuertes y con voluntad de sobrevivir a las integraciones.

Pese a las críticas que reciben, rechazan la etiqueta de outsider del sector y niegan que estén en el mercado para engordar y después poder venderse por el mejor precio posible. Las dos compañías tienen planes de expansión que no pasan por una venta y consideran que dadas las actuales condiciones de mercado, podrían incluso convertirse en uno de los tres operadores resultantes de una eventual consolidación a gran escala.

Fuentes del mercado consultadas por EL ESPAÑOL indican que las actuales condiciones de mercado con Telefónica, Orange y Vodafone inmersos en una dura batalla comercial y centrados en la televisión y el futuro despliegue del redes, dibujan un escenario que podría frenar cualquier interés por liderar procesos de integración. De hecho, la situación actual de algunos de ellos -como es el caso de Vodafone- les pone en un escenario de vulnerabilidad en el que sería muy difícil intentar pujar por nuevos activos.

Bruselas quiere cuatro operadores

Bruselas considera que lo óptimo para asegurar la competencia es tener cuatro operadores por país como mínimo, por lo que ha alentado el crecimiento de nuevos actores como MásMóvil. No obstante, las grandes consideran que esta normativa frena su desarrollo y les quita armas para competir a nivel mundial. El presidente de Telefónica España Emilio Gayo, el CEO de Vodafone Antonio Coimbra y el CEO de Orange España Laurent Paillassot ya lo dijeron en un foro de UGT hace unas semanas y Paillassot lo volvió a recordar en el 20 aniversario de la operadora francesa.

La existencia de una competencia tan fragmentada impulsa a una guerra comercial entre operadores ha terminado por restar valor a las compañías y hacerles perder ingresos, que no compensan las elevadas inversiones. No lo dicen públicamente, pero en el foco de todas sus críticas está MásMóvil, que -indican- les ha obligado a una lucha deflacionaria que terminará pasando factura a sus cuentas.

De esta manera, y de permitirse estas fusiones -lo que es mucho decir considerando la lentitud con que avanzan las instituciones europeas y que el tema no es prioridad en Bruselas- en el mercado se dibuja un escenario que da por supuesto que las tres grandes serían los compradores de MásMóvil y Euskaltel. No obstante, las fuentes consultadas indican que en las actuales condiciones ninguno de los pequeños será una presa fácil.

MásMóvil, el que más crece de los cuatro grandes

En el caso de MásMóvil, la operadora dirigida por Meinrad Spenger ha sido la que ha ganado más líneas móviles y fijas en lo que va de año. Solo desde el comienzo de la guerra comercial en agosto ha sumado 180.700 nuevas líneas móviles y 82.000 fijas de portabilidad neta. Durante los últimos cuatro meses ha liderado la captación de nuevos clientes en un mercado ultracompetitivo y sin fútbol.

En sus últimos resultados comunicados tras la compra de Lebara en 55 millones de euros, reportó 7,5 millones de clientes, de los cuales poco menos de un millón ya son clientes fijos y de ADSL o fibra óptica. El mes pasado la CNMC ya confirmó oficialmente que es el cuarto operador y sus planes son dar el salto al Ibex 35 en un plazo máximo de doce meses, tras crecer más de un 40% en la Bolsa de Madrid en el último año.

La compañía ha reafirmado su interés por mantenerse en el sector como un actor de largo plazo. En sus últimos resultados ha confirmado que seguirá manteniendo un ritmo de crecimiento en inversión de 500 millones al año, de los que 400 millones se invierten en red.

Desde el sector se les critica su apuesta por el bajo coste y por las agresivas promociones, pero en la compañía han indicado muchas veces que su apuesta es dar el precio que pueden ofrecer sin perder dinero y que intentan mejorar, dentro de lo posible, el valor de sus clientes. Entre sus planes se encuentra precisamente relanzar su servicio de televisión y apostar por contenidos como Netflix y Amazon Prime Video.

Zegona quiere que Euskaltel de el salto

Por su parte, Zegona tiene planes para expandir la operadora vasca a nivel nacional. El pasado 19 de octubre anunció una OPV parcial para convertirse en el principal accionista de grupo Euskatel, la compañía que agrupa a las principales operadoras del norte de España: Euskaltel, R y Telecable. Cuando se complete la OPV, se quedaría con el 29% y por encima del actual accionista de control Kutxabank. Esto les situaría además en el límite de una Opa para hacerse con el control de la teleco.

Zegona cada vez oculta menos su interés por hacerse con la gestión de la operadora y dar el salto a toda España. Una estrategia que podría consolidarse con la llegada de la marca Virgin a España -importada por -Zegona- un producto que lógicamente no está diseñado solamente para proveer a los clientes a nivel regional. De hecho, Zegona ha puesto sobre la mesa el nombre de José Miguel García como primer espada, tras su exitosa gestión de Jazztel. 

Con García a Euskaltel solo le faltaría tener acceso a la red nacional con un acuerdo mayorista. En el caso de MásMóvil el proveedor mayorista a nivel nacional fue Orange y lo es también de Euskaltel en las cableras del norte. Del mismo modo, Telefónica ya cerró acuerdos de distribución mayorista con García en el pasado. Con todo este panorama, los planes de la compañía pasan por crecer y no por ser una operadora adquirible por alguno de los tres grandes.

El factor Vodafone 

En la presentación de sus últimos resultados financieros Vodafone anunció que se replantea su negocio en nuestro país tras reconocer que sus ingresos seguirán cayendo en los próximos cursos y que solo podrán recortar costes -los del fútbol principalmente- a partir de septiembre del próximo año. Un panorama que ha obligado a su filial a plantearse recortes en toda su estructura y que podría desembocar en un nuevo Expediente de Regulación de Empleo.

La compañía ha perdido 98.000 clientes de televisión en los últimos cuatro meses y 260.000 en móviles. En sus mismos resultados en los que anunció una caída de sus ingresos operativos del 27%, Vodafone Reino Unido rebajó en 2.900 millones el valor de su filial española, lo que según los analistas la pone en una situación en que tendría muy poco margen de maniobra frente a eventuales procesos de fusiones.