Semana de premios en Madrid. El pasado jueves podrías haber recorrido Madrid de premio en premio sin tocar el suelo, como Cosimo, el protagonista de El Barón Rampante de Italo Calvino, o como la famosa ardilla de la leyenda capaz de recorrer toda la Europa forestal durante la Edad Media. 

La ministra de defensa, Margarita Robles, presidía los Premios Defensa 2018. La Reina encabezaba el acto de celebración del X aniversario de los "Premios Integra de BBVA". La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, tenía por su parte la entrega de los Premios Consumópolis. Estaba el premio al Hombre de Año de GQ, la entrega del premio de la Asociación de Librerías de Madrid y los de la revista Gadget, La Información o La Razón… 

Un directivo se preciaba de haber ganado tres premios en el mismo día.

Por razones obvias, me pasé por los Premios Digitales de EL ESPAÑOL, en los que el director de este periódico, Pedro J. Ramírez, habló con dureza sobre la nueva Ley de Proteccion de Datos que básicamente legaliza para los partidos el modelo de intrusión sobre los datos de los consumidores. Sí, es casi el mismo del que tanto nos quejamos en el caso de Cambridge Analytica y Facebook. 

Básicamente, los partidos se han asegurado la posibilidad de spamearte con propaganda electoral y de mantener una base de datos de ciudadanos ordenados por la idología que exhiben en sus manifestaciones a través de Internet. Una forma de segregación ideológica que, probablemente, permita captar y reforzar a los ciudadanos más extremistas, ofreciéndoles no sólo propaganda, sino también “información” destinada a reforzar sus posturas y alejarles de sus rivales. 

Básicamente, los partidos se han asegurado la posibilidad de spamearte con propaganda electoral y de mantener una base de datos de ciudadanos ordenados por la idología que exhiben en sus manifestaciones a través de Internet

Esto puede generar caldos de cultivo para el conflicto. Hemos visto ejemplos en nuestro país de lo que puede pasar cuando una parte de la población es expuesta de forma repetitiva a mentiras y medias verdades. Imagina que puedes dirigirte a una parte de la población preocupada por la inmigración y enviarles todo tipo de señales de que, en realidad, son monstruos que se comerán a tu familia. ¿Tienes una parte de la población que no entiende el papel crucial de las empresas en nuestras vidas? Envíales mucha desinformación sobre supuestas conspiraciones, Soros, lobis judíos y otras mandangas. ¿Quieres que apoyen tu ideal independentista? Miente sobre apoyos internacionales, sobre la permanencia en la Unión Europea y sobre todo lo que se te ocurra. Y deja claro que todo lo malo que te pase es siempre culpa del de la acera de enfrente.

Si uno de los grandes activos de España ha sido su tolerancia y el respeto por las ideas ajenas que terminábamos de celebrar con una cerveza o un vino en la plaza, festejando lo mucho que nos une y sin prestar atención a todo lo que nos separa, la nueva normativa puede generar una fuerza centrípeta que aleje a los españoles y les enfrente, una vez más, entre ellos. 

La nueva normativa puede generar una fuerza centrípeta que aleje a los españoles y les enfrente, una vez más, entre ellos

Pedro J. habló de la importancia de entender que los datos son propiedad de los usuarios, y que en un sistema económico en el que hablamos, cada vez más, del valor que estos tienen, será necesario buscar una forma de que el uso de dicha información por parte de industrias, pero también partidos, tenga una repercusión económica sobre los consumidores. Propuso, de hecho, que incluso puedan utilizarse como una forma de mejorar las pensiones de los usuarios .

¿Es disparatado? No, realmente. Una de las empresas premiadas por EL ESPAÑOL, Pensumo, tiene un sistema por el que una parte de las compras que realizas repercute no en forma de cheques regalo como los del Vips o el Carrefour, sino en un plan de pensiones. Es brillante, y una forma muy inteligente de conseguir llevar ahorro a los consumidores. ¿Por qué no podremos hacer lo mismo con el uso de los datos? 

Telefónica fue la primera compañía en hablar de este tipo de cosas, pero no será la única. Mientras tanto, me cuesta entender cómo un partido como el PSOE, que debería aspirar al centro político, ha permitido un gol que sólo beneficiará a… ¡Ah! 

Y no, en este caso no me refiero a Unidos Podemos. Fue uno de los partidos que votó en contra de este disparate, junto a  Compromís, Nueva Canarias y Bildu.

Minipuntos  

Por cierto, dos minipuntos para EL ESPAÑOL. El primero, por entregar en persona  un premio a Bárbara Navarro, una de las directivas de Google más importantes del mundo y responsable de políticas públicas en Asia-Pacífico. El segundo, para el redactor jefe de Empresas y Medios del periódico, Miguel Ángel Uriondo, que ganó el galardón al Periodista del Año de los premios ADSLzone. 

Esto último tiene valor, especialmente, porque lo entregan los dircoms del sector de las telecomunicaciones y la tecnología. Se trata de un reconocimiento explícito para toda una carrera con la mirada puesta en la innovación e, implícito, para algunos de los grandes profesionales que tiene en su equipo. De algo tiene que servir pasarse la vida pensando en digital. Eso sí, al día siguiente, en el foro sobre la industria fotovoltaica del periódico, no mostraba síntomas de resaca. O no lo celebró mucho, o me tiene que contar su secreto. 

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