Google, Facebook o Twitter están contra las cuerdas. A pesar de que el sector tecnológico es uno de los que más apoyo tiene entre los inversores, ese soporte se ha visto mermado por distintas razones. Pero hay una en común: algún fallo o hackeo que ha provocado una fuga de datos privados de los usuarios.

La red social de Mark Zuckerberg sabe de este problema, y mucho. Los casos de Cambridge Analytica y el de hace pocas semanas (en el que millones de datos personales fueron robados) ponen en evidencia los problemas de una empresa que casi dominaba el mundo y ha ido perdiendo fuerza en su estrategia, en Bolsa y en usuarios.

Malos presagios en Bolsa

Con la mochila cargada de piedras, Zuckerberg tendrá que hacer frente a todas estas cuestiones. Como siempre, los resultados siempre marcan la temperatura de una compañía.

En este sentido, Felipe López, analista de Self Bank, atisba una gran borrasca sobre el cielo de la tecnológica. “Es difícil que escándalos como los que ha sufrido Facebook en este último año no repercutan teniendo en cuenta que la red social cuenta con un total de 2.200 millones de cuentas registradas por todo el mundo sin contar a Instagram, que sumaría alrededor de 1.000 millones más de cuentas”, señala.

Por tanto, los inversores estarán a la espera de los próximos resultados de Facebook. Unos ingresos menores o unos indicadores que demuestren síntomas de debilidad para la compañía podrían desatar una fuga de capital masivo. De hecho, desde el escándalo que se desató con Cambridge Analytica (incluyendo el ataque que se descubrió hace unas semanas) sus títulos se han desplomado más de un 26%. El pasado mes de julio las acciones tenían un valor de 209 dólares y ahora luchan por no perder los 150 dólares.

Otro analista, Haris Anwar, de Investing.com, señala que aún es complicado “cuantificar el daño de los últimos escándalos en estos momentos”. No obstante, lo que sí tiene claro es que las acciones “seguirán siendo vulnerables y las pérdidas podrían extenderse”. A su vez, considera que los inversores deben esperar a “que Zuckerberg valore este último caso”.

La volatilidad en Facebook, por otra parte, ha puesto a la defensiva a las grandes firmas de inversión. Por ejemplo, Argus Research ha rebajado su precio objetivo de los 237 dólares hasta los 210.

No obstante, y ante todos los nubarrones que se ciernen sobre Facebook, López arroja algo de luz y recuerda que la compañía “sigue siendo una de las mejores dentro del índice S&P 500 por sur rentabilidad", básicamente porque "no paga por su contenido con un EBIT que llega al 49% y un margen de utilidad neta del 39%".

Últimas decisiones erróneas

Zuckerberg, que tendrá que dar la cara con los inversores, tiene una difícil papeleta dentro de las paredes de Facebook. Además de los ya recalcados fallos de seguridad en los que se vieron afectados millones de usuarios, las últimas decisiones adoptadas por parte del presidente de la compañía vuelven a demostrar un síntoma de agotamiento de ideas por parte del empresario.

La última de ellas fue dejar marchar a los fundadores de Instagram, uno de los pocos motivos de alegría para Facebook. Zuckerberg hizo la mayor inversión hasta la fecha de la adquisición porque sabía del potencial de la compañía de fotografías. Pues bien, hace apenas un mes se hacía oficial que Kevin Systrom y Mike Kriegere ponían punto y final a su etapa en la red social después de seis años bajo el paraguas de su fundador. ¿Los motivos? El distanciamiento con el presidente de la red social.

Otra obsesión, que le está costando dolores de cabeza, fue la de reducir a toda costa las ‘fake news’. Pero lo hizo de una manera un tanto polémica. Cerró el grifo a los medios de comunicación, haciendo que desaparecieran de manera considerable -a través de los algoritmos- la presencia de noticias en los muros de usuarios. Esto provocó que muchos medios de comunicación perdiesen buena parte del trabajo realizado para su buen posicionamiento en la red social. Meses más tarde, el tiempo no le ha dado la razón al presidente de la tecnológica puesto que el tiempo de estancia en el muro de los usuarios se ha reducido considerablemente puesto que uno de los fuertes era la presencia de noticias.

Razones para el pesimismo

Además de las decisiones políticas que repercuten en la estabilidad financiera de Facebook existen otros factores externos que están martilleando a la red social. Un estudio reciente de la Universidad Oberta de Cataluña explica varios motivos.

El primero de ellos es la pérdida de usuarios. Ferran Lalueza, experto en redes sociales, asegura que en este sector la tendencia la marcan los jóvenes. “Desgraciadamente para Facebook, ya hace bastante tiempo que los públicos más jóvenes han dejado de interesarse por esta red y han emigrado a otras plataformas más acordes con su estilo y sus valores y que, además, les permiten alejarse de la comprometedora supervisión parenta”, apunta Lalueza.

Un estudio de la consultora eMarketer cifra en 2,8 millones el número de usuarios estadounidenses menores de veinticinco años que abandonaron Facebook en 2017. Y lo peor, está por llegar ya que nuevos estudios explican que la sangría continuará.

Entre otras razones, el experto alude a la pérdida de usuarios activos. “El negocio de Facebook es el mercadeo con la información que los usuarios le proporcionamos. Cuanto más activos somos en esta red social, más datos revelamos sobre nuestras preferencias, nuestros vínculos, nuestras aficiones, nuestros hábitos (incluidos los de consumo), nuestra ubicación, etc. En el momento en que adoptamos una actitud más pasiva, que es precisamente lo que ahora está sucediendo, la gallina de los huevos de oro se ve seriamente amenazada”, valora Lalueza.

Por último, el experto en redes sociales apunta al auge del contenido audiovisual (empresas como Netflix) como factor determinante de su ocaso. “Particularmente entre los perfiles más jóvenes, que como hemos visto son los que marcan tendencia”, puntualiza. A su vez, la gran competencia en el sector y el peso del liderazgo durante años son motivos más que suficientes para plantearse la situación privilegiada de la red social.