Por fin tenemos el Decreto que debe regular a las VTC en la guerra con el Taxi. A ver qué sucede, pero como me decía una vieja amiga que conoce bien sus tripas, “para este viaje no hacían falta alforjas”. Vamos, que da por hecho que nada va a cambiar.

Piensa una cosa, me decía, sólo en Madrid hay ahora mismo cerca de 6.000 coches de Uber y Cabify circulando por sus calles. En los próximos años la Justicia entregará otras 2.500. Es decir, que en un par de años habrá hasta 8.500 coches ofreciendo ese servicio.

Yo la escuchaba atenta, a la espera de ver dónde quería llegar con su razonamiento, porque había más.

“Los 6.000 vehículos que circulan tienen cuatro años hasta que el Ayuntamiento pueda pedirles una nueva licencia para operar. Las otras 2.000 irán entrando en los próximos años, por lo que tienen más tiempo todavía para adaptarse, dado que el Gobierno les da una moratoria de cuatro años desde que sean expedidas. Vamos, que vas a tener cerca de 8.000 coches en la Capital, que si quitas los días que libra el Taxi, supone que estarás casi en un ratio de uno a uno”.

Pero eso iría en contra de lo que pide el Taxi, le decía yo. Ellos quieren que haya una VTC por 30 de taxi, por lo que no acaba de cuadrarme lo que me dices.

“¡Es sencillo! Son cuatro años en donde el servicio va a seguir funcionando y mejorando, a eso súmale los recursos que ya están preparando las empresas. ¿Tú crees que pasado ese tiempo va a haber algún Ayuntamiento capaz de decirle al ciudadano que elimina a Uber y Cabify?”.

No se me había ocurrido mirarlo desde ese punto de vista. Sin embargo, le expliqué también que el Decreto del Gobierno establece que desde ya se pueden poner en marcha algunas limitaciones en cuanto a características del coche, precontratación, etc.

“Eso es lo de menos. Como mucho bajará la rentabilidad obtenida por unidad, pero seguirá siendo un negocio. Las VTC emplean datos para comprobar cómo maximizar su rendimiento, algo que el Taxi no hace porque sigue trabajando para vivir. Es decir, unos pueden renunciar a algo de beneficio, los otros no”, seguía.

Eso sí, esto traerá una ventaja: “la especulación de las licencias se frenará un poco, porque los precios van a bajar. Eso sí, no esperes que la burbuja vaya a desaparecer”, sentenció antes de colgar el teléfono.

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