Bruselas

Irlanda ha arrastrado los pies todo lo que ha podido, pero al final ha cumplido las exigencias de Bruselas. Eso sí, con dos años de retraso. El Gobierno de Dublín ha anunciado este martes que ya ha recuperado los 14.000 millones de euros que en teoría le debe Apple en concepto de impuestos impagados entre 2003 y 2014. Una cantidad que se ha depositado en una cuenta bloqueada a la espera de que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) dicte su sentencia final sobre el caso.

La disputa se remonta a agosto de 2016, cuando la Comisión Europea dictaminó que Irlanda había concedido incentivos fiscales ilegales a la empresa dirigida por Tim Cook. El resultado es que Apple pagaba un tipo efectivo del impuesto de sociedades inferior al 1%. Bruselas ordenó a Dublín recuperar de inmediato esas ayudas públicas irregulares, que según sus cálculos ascendían entonces a 13.000 millones.

Es la sanción más alta que el Ejecutivo comunitario ha impuesto a una empresa en su historia. Pero tanto el Gobierno irlandés como Apple la han recurrido ante la justicia europea alegando que en todo momento respetaron las reglas.

Dublín no quiere el dinero de Apple

Por paradójico que parezca, Dublín no quería el dinero de Apple. Teme que la sanción de Bruselas ponga en riesgo su modelo económico, basado en impuestos bajos para atraer a las multinacionales. Así que ha recurrido a todo tipo de tácticas dilatorias. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, perdió la paciencia el pasado octubre y presentó una denuncia contra Irlanda ante el TJUE por no recuperar el dinero a tiempo. Ahora va a retirarla antes de que haya sentencia, según ha informado en su cuenta de Twitter.

"Durante el tercer y cuarto trimestres de 2018, Apple ha depositado 14.300 millones de euros en la cuenta bloqueada, cifra que representa la plena recuperación de la supuesta  ayuda de Estado de 13.100 millones más 1.200 millones de intereses", ha anunciado el ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, en un comunicado. Es una muestra de que Dublín, pese a no estar de acuerdo con la decisión de Bruselas, cumple con sus obligaciones legales, sostiene.

"Se trata de la mayor recuperación de ayudas públicas y de uno de los mayores fondos de este tipo que se establece. Ha costado tiempo crear la infraestructura y el marco legal que sostiene la cuenta bloqueada, pero era esencial para proteger los intereses de todas las partes", se ha justificado Donohoe.

Irlanda sigue confiando en que el Tribunal de Luxemburgo anulará la sanción del Ejecutivo comunitario. Pero la sentencia definitiva todavía puede tardar años. 

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