El Banco Sabadell considera que su decisión de trasladar la sede social a Alicante es lo mejor que pudo hacer tras el 1-O. Así lo ha dicho su consejero delegado, Jaime Guardiola, quien ha defendido que se trata de “una medida en la que no hubo política” y que vino justificada por “el riesgo” que empezaban a ver los analistas y los inversores a una posible independencia de Cataluña.

A juicio del máximo ejecutivo del Sabadell, estamos ante una medida “en defensa de los accionistas y los depositantes” cuando se comprobó que había una fuga de depósitos a nivel nacional, y que la cotización empezaba a verse afectada por lo que ocurría en la región.

Así lo ha dicho en una respuesta que ha dado en el Congreso a preguntas de varios diputados, entre ellos Joan Capdevilla, de ERC, para quien el Sabadell vio “dañada su reputación” tras el cambio de sede a Alicante el pasado 1-O. Una pregunta que ha estado acompañada de una durísima acusación al decirle que el banco actuaba como “agente del 155”.

La situación no ha cambiado

También desde el PSOE han preguntado al consejero delegado sobre sus intenciones de volver a Cataluña. En concreto, lo ha hecho el diputado Gonzalo Palacín, quien le ha cuestionado si había “alguna esperanza” de que se pudiera producir el traslado de sede.

Guardiola no ha despejado si existe opción de volver a Cataluña, aunque en otras ocasiones sí que ha asegurado que no está sobre la mesa esa opción porque no los cambios de sede no se efectúan de la noche a la mañana. Eso sí, ha explicado a los diputados que la decisión no fue fácil porque tuvo muchos elementos emocionales.

En cualquier caso, a su salida ha insistido en que las decisiones del consejo de administración "son a largo plazo" y, además, "la situación es la que es", en referencia a la hoja de ruta que Quim Torra, presidente de la Generalitat, presenta este martes para Cataluña. 

La crisis financiera

Todo este cruce de declaraciones se ha producido en el Congreso de los Diputados, en donde Guardiola ha reconocido que algunos bancos, pero sobre todo las cajas de ahorro, no valoraron “adecuadamente” el riesgo que se podía derivar del crédito a la construcción y la promoción inmobiliaria, lo que llevó a “una elevada concentración” de los préstamos. Además, otro de los errores cometidos, ha explicado, es que el incremento de los créditos “no vino acompasado por un crecimiento similar de los depósitos”.

Ese exceso de crédito, ha explicado, generó una “enorme dependencia de los mercados mayoristas” para poder financiar la actividad de la banca, algo a lo que se unió el hecho de que “las provisiones y ratios de capital se mostraron insuficientes” para hacer frente a los problemas derivados de la crisis económica.

Según el consejero delegado de Sabadell, “la crisis financiera se abordó en España como se pudo” y tendrá un coste para el erario público de unos 50.000 millones de euros, y de otros 20.000 millones para los bancos. “Una aberración”, ha dicho, ya que se ha tenido que pedir al contribuyente una ayuda que será a fondo perdido. 

Guardiola ha insistido en que a la banca privada la han salvado sus accionistas, y ha cifrado en cerca de 1.700 millones de euros el dinero que ha puesto el Sabadell para ayudar a la reestructuración del sistema financiero en nuestro país. 

Al igual que ha hecho la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, ha insistido en que el principal problema de la banca de cara a futuro es el de la rentabilidad. “Es indispensable para garantizar la sostenibilidad” del sistema, aunque es compleja de alcanzar en un entorno como el actual: bajos tipos de interés y un incremento constante de las dotaciones en provisiones por insolvencias.

Demasiada regulación 

Ha insistido también en que la excesiva regulación “puede tener un impacto muy significativo” sobre la rentabilidad de la banca española. Según el consejero delegado de Sabadell, el hecho de que las normas vayan cambiando de forma casi constante, genera “un exceso de incertidumbre” que reduce el atractivo de la banca para los inversores y “dificulta la capacidad para atraer capital al sector”, ha sentenciado.

Por eso, ha pedido a los reguladores que “antes de abordar cualquier modificación legislativa se tenga en cuenta” el problema que puede generar al sistema financiero una nueva modificación. En especial porque las constantes modificaciones “dificultan la capacidad de atraer capital al sector”.

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