No quieren perder ni un minuto, aunque todavía falten flecos del organigrama por rematar. El pequeño y mediano comercio se aferra a la esperanza de que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tome medidas para evitar su quiebra, tras encadenar meses y meses de bajada de ventas.

En concreto, se dirigen ahora a la nueva ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, a la espera de que el Ejecutivo nombre al nuevo secretario o secretaria de Estado de Comercio. En ese momento, pedirán la primera reunión para conversar sobre los temas que afectan al sector y transmitir las medidas que reclaman. "El sector se encuentra en un punto de inflexión decisivo para su viabilidad futura", apuntan desde la Confederación Española de Comercio (CEC), que denuncia: "Es necesario actuar de forma urgente".

La CEC enumera problemas para los que ya reclamaba soluciones al Ejecutivo de Rajoy, pero que siguen golpeando con fuerza al sector. En concreto, los relacionados con el auge del comercio electrónico, el "desequilibrio" entre los distintos formatos comerciales y el cambio de hábitos del consumidor.

Sin capacidad en el 'online'

Lo cierto es que, aunque sigue creciendo cada mes, el comercio online sigue sin resultar rentable en muchas ocasiones para las grandes cadenas, que sí pueden permitirse experimentar en este ámbito. No es así para el pequeño y mediano comercio, que no tiene capacidad para lanzarse a la web.

Por eso, entre las medidas que exige la CEC al Gobierno destaca la necesidad de impulsar un Plan de Ayudas específico sectorial para reducir la brecha digital en las pymes de comercio.

"Se debe promover el adecuado desarrollo del comercio electrónico, abordando una normativa específica que regule el nuevo escenario planteado y protegiendo al sector de prácticas abusivas y desequilibrios competitivos", piden desde la confederación.

Rebajas por doquier

Con Sánchez en La Moncloa, el pequeño comercio retoma también una reclamación que en los últimos años está siendo habitual: la regulación de los periodos de rebajas. 

Hasta de julio de 2012, con la liberalización de los periodos de rebajas, estos periodos sólo podían darse dos veces al año, una coincidiendo con el principio del año y otra en torno a las vacaciones de verano. "El adelanto de descuentos en fechas como las del Black Friday, promociones internas antes y durante las navidades, provoca un adelanto en las compras de rebajas de enero y febrero, perdiéndose el efecto llamada de las rebajas", apuntan a este periódico desde Acotex, la patronal del textil. Una situación que hace un daño especial a los pequeños, con unos márgenes muy ajustados.

"El comercio va contra sí mismo al entrar en el juego de las promociones y descuentos permanentes”. En este sentido, la Confederación pide al Ejecutivo que se restablezca de manera definitiva una política ordenada de rebajas en los comercios, de manera que estos períodos definidos "vuelvan a tener como finalidad la salida del stock sobrante de las campañas a precios muy atractivos para el consumidor".

Tras varios meses "con una tendencia clara al cierre de locales y pérdida de empleo", pequeños y medianos comerciantes claman al nuevo Ejecutivo con la esperanza de poder seguir adelante con sus negocios; unos negocios que, apuntan, son motor económico y vertebran y dinamizan las ciudades y barrios. En los despachos, de momento, no hay novedades.

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