Emoticonos, ruegos, llamados al sentimiento más básico e indiferencia. Las empresas y agencias de comunicación están recurriendo a las estrategias más insólitas para intentar conservar los datos personales de sus ingentes bases de datos tras la aplicación del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD).

La nueva normativa exige a las compañías que ofrezcan a sus bases de datos una nueva política de privacidad. Y es por ello que llevamos semanas recibiendo correos electrónicos de todos los servicios a los que nos hemos dado de alta voluntariamente en los últimos años.

De esta manera, quienes no den su consentimiento expreso a cada uno de estos mensajes deberán desaparecer de las bases de datos de estas empresas que no podrán seguir usando tus datos a partir del viernes 25 de mayo, fecha establecida por la Unión Europea para todos sus países miembros.

Grave riesgo para las agencias de comunicación

Una situación que puede volverse caótica para una agencia de comunicación, que tiene en sus bases de datos su tesoro más preciado. No es de extrañar que muchas compañías hayan entrado en crisis al ver la escasa repercusión y baja tasa de confirmación que están teniendo sus mensajes enviados a los correos electrónicos de sus usuarios.

En este sentido y ante la avalancha de correos del más variopinto carácter, incluso de marcas que ni recordábamos, muchas agencias han decidido emprender estrategias desesperadas para llamar la atención de sus públicos.

Es así como hemos encontrado mensajes encabezados con un cordial: “Nos morimos de pena si mañana ya no podemos contactar contigo, Please danos el sí quiero ;-D”, de una agencia de comunicación, o un “queremos seguir a tu lado “ acompañado de un emoticono con ojos de corazón, de una empresa de transporte ferroviario.

"¡Última oportunidad antes de desconectarte!"

Otro grupo de mensajes apuesta por poner por delante la protección de nuestros datos, haciendo un llamado a la “seguridad”, y de paso pidiéndonos que confirmemos nuestra suscripción. Otros optan por hacer un llamado a la acción diciéndonos altruistamente que “¡Queremos seguir manteniéndote informado!”, un casi melancólico “¿Quieres seguir recibiendo nuestras informaciones?”, incluso un llamado de última hora: "¡Última oportunidad antes de desconectarte!".

No obstante, el que se lleva la palma es un mensaje que ha optado por la indiferencia. “Tenemos que enviarte este mail por obligación, pero no nos gusta. Mientras Europa se dedica a hacer leyes que a [casi] nadie le importan como esta (la nueva GDPR, de la que todo el mundo habla pero solo los que ganan dinero con ella se la han leído), dejamos escapar las cosas importantes”.

“Las innovaciones importantes se las llevan los países más ágiles, como China o EEUU, mientras en Europa seguimos priorizando las puñeteras cookies, LOPD o GDPR. Mientras tanto, nosotros enviando estos mails que a nadie le importan. Si no quieres seguir registrado (ahora o con la nueva GDPR), nos lo dices y te borramos. Buen rollo”. Toda una declaración de intenciones.

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