Suma y sigue. Casi cuatro años después de iniciar la toma de control de FCC y de sus filiales Cementos Portland y la inmobiliaria Realia, el empresario mexicano Carlos Slim sigue sin ver un euro de beneficio y no para de poner dinero.

Ahora, han sido 600 los millones de euros abonados, a partes iguales, a BBVA y Bankia, para, tras haber avalado a Esther Koplowitz, quedarse como acreedor único de la deuda privada que la empresaria atesora desde hace dos décadas.

Un préstamo personal de 871 millones que, entonces, la mayor de las Koplowitz recibía para comprar a su hermana Alicia la participación en FCC que le había correspondido en el legado de la empresa que había realizado su padre. El crédito siempre tuvo como garantía colateral, en caso de impago, las acciones de la empresaria en la constructora.

Invertidos 1.600 millones y ni un euro de dividendos

De esta manera, entre mil y una ampliaciones de capital y refinanciaciones varias, la nueva aportación realizada por Slim eleva a más de 1.600 los millones de euros invertidos para controlar el 81% de FCC (incluida la prenda del 20% de la participación de Esther Koplowitz), el 78% de Cementos Portland y el 71% de Realia. Tres participaciones que, actualmente, capitalizan conjuntamente por casi 4.000 millones de euros.

Con esta enésima negociación que cierra Slim con los acreedores de las empresas del FCC -también ultima otra con CaixaBank relativa a un crédito de 133 millones que mantenía la inmobiliaria Realia-, todos los protagonistas de este ‘triángulo financiero’ salen ganando.

Los bancos optan por cobrar ya, aunque sea menos

Los bancos -BBVA y Bankia-, que tenían este crédito provisionado desde hace años y que solo tenían que esperar a vencimiento -en abril de 2020- para que Slim, como avalista, decidiera el modo en que se zanjara la amortización, han estimado que lo mejor para sus intereses era quedarse, ahora ya, con esos 600 millones de euros, 300 para cada uno. Aun a costa de aceptar en el envite una quita del 29%.

Para el empresario mexicano, la maniobra supone garantizarse -caso de que, con toda seguridad, Esther Koplowitz no le devuelva, en abril de 2020, esos 600 millones de euros- controlar, ya definitivamente, el 76% de FCC.

Pensaba perderlo todo y se quedará con el 5%

Y también sale ganando la propia empresaria que, con esa quita y a la vista de los actuales 10,78 euros a los que cotizan las acciones de la constructora, podrá quedarse con el 5% de la empresa que fundó su padre.

No es mucho, pero iba a ser nada. Sin esa quita que Slim ha arrancado a BBVA y Bankia, el 20% de sus acciones en FCC tendría, a precios de hoy, un precio inferior a esos 844 millones que la empresaria adeudaba todavía a los bancos.

Así, ya sin deuda alguna, la empresaria se quedaría con un paquete de unos 20 millones de acciones de FCC -en torno al 5% del capital-, valorados hoy en algo más de 200 millones de euros.

Koplowitz podría cobrar 13 millones 

Y lo que es mejor, la posibilidad de que, en el momento que la constructora decida repartir beneficios nuevamente, poder cobrar lo que sea. De mantenerse los 0,65 euros abonados en julio de 2012 -el último dividendo pagado-, la empresaria ingresaría 13 millones de euros por ese potencial 5% de FCC.

Pero habrá que esperar. Aunque FCC ya ha superado los condicionantes impuestos por los acreedores para volver a retribuir a los accionistas -dar beneficios y que la deuda no supere cuatro veces el Ebitda-, todavía no hay nada decidido.

Todos están expectantes a que en unos días la empresa presidida por Esther Alcocer Koplowitz y dirigida, como CEO, por Pablo Colio, haga pública la convocatoria de la junta de accionistas, a celebrar a finales de junio, para comprobar si el orden del día recoge alguna novedad respecto al retorno del ansiado dividendo.

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