El Corte Inglés vive estos días unos de los momentos más convulsos de su historia. La gobernanza y unidad que mantuvo Isidoro Álvarez se ha tornado en los últimos años en un terremoto de intrigas familiares, luchas de poder y un presidente atrincherado, Dimas Gimeno, que se niega a abandonar la presidencia pese a que cuenta con la oposición de buena parte de su consejo de administración.

Es el último capítulo de una historia que comienza en 1890 en una pequeña sastrería que llevaba su nombre. Situada entre las calles Preciados, Carmen y Rompelanzas en Madrid. Un negocio que compraba en 1935 César Rodríguez, un asturiano que hizo fortuna en Cuba y a su regreso decidió comprar el negocio para iniciar una nueva aventura empresarial. Una aventura en la que embarcó a su sobrino, Ramón Areces, que fue pieza clave en la posterior expansión del negocio.

De una modesta sastrería en poco más de una década pasó a constituirse en sociedad limitada, comprar un edificio en la calle Preciados, 3 y arrancar con la venta por departamentos. Era la semilla de lo que poco a poco se iba conformando en un imperio que, durante años, tuvo que lidiar con la competencia de Sederías Carretas (después Galerías Preciados) y en donde César Rodríguez también tenía acciones dado que su propietario era su primo, José Pepín Fernández, que rechazó incorporarse a El Corte Inglés.

No fue hasta 1966 cuando Ramón Areces llegó a la presidencia de los grandes almacenes. Arrancaba entonces una década de expansión que marcaba ya un ritmo endiablado de crecimiento. Tanto en la puesta en marcha de centros comerciales (Madrid, Barcelona, Sevilla…) como en la creación de negocios paralelos como Induyco, Investrónica, Hipercor o las agencias de viaje y los seguros.

Álvarez, primer accionista individual

Tras la muerte de Ramón Areces en 1989 llega a la presidencia de El Corte Inglés su sobrino, Isidoro Álvarez, quien llevaba años preparándose para el relevo. Todos sus bienes recayeron en la Fundación Ramón Areces, creada en 1973, que se convirtió de facto en la principal accionista de los grandes almacenes. Una acción con la que Areces quería mantener en el tiempo la gestión y el capital del grupo.

Aun así, la presencia de su familia sigue presente en la corporación Ceslar, donde están representados sus sobrinos: Carlos, Javier, Oscar, Juan Luis y Carlota; que fue expulsada del consejo de administración por incumplir “sus deberes de lealtad”, un asunto que está en los tribunales desde el año 2015. Era el primer gran cisma familiar que se barruntaba en el horizonte.

Siendo la Fundación Ramón Areces el máximo accionista ‘institucional’ con el 37,39%, el primero a nivel individual pasaba a ser Isidoro Álvarez. Una participación que gestionaba a través de la patrimonial Isidoro Álvarez, S.A. (IASA) y que tenía el 22% de los títulos de los grandes almacenes. Así que esto, unido a la decisión de su tío de situarle al frente de la compañía, lo convirtieron en el hombre fuerte del grupo.

Isidoro Álvarez, expresidente de El Corte Inglés.

Con él llegaba la mayor época de esplendor de los grandes almacenes. Una etapa de expansión del negocio. Apertura de centros, nuevas vías de ingreso como supermercados de proximidad, almacenes de bricolaje… Incluso la compra de su gran rival, Galerías Preciados. Toda una edad dorada que embarrancaba con la crisis económica surgida en 2007. Los aprietos económicos le obligaron a vender el 51% de la Financiera El Corte Inglés al Santander por 140 millones en 2014.

Dimas Gimeno presidente

Sin embargo, su fallecimiento a los 79 años en 2014 dejaba la tarea de reconducir las finanzas a medio hacer. Un encargo que recaería en su sucesor natural, Dimas Gimeno. Su sobrino y a quien había estado formando desde hacía décadas en El Corte Inglés pasando por distintos departamentos; encargándole la gestión de Lisboa.

Pero al contrario que su tío, Dimas Gimeno no se convertía en el accionista individual de referencia. Al contrario. Su participación en El Corte Inglés es del 7% y de forma indirecta. Lo hace a través de su participación en IASA en donde -tras la herencia de Isidoro- comparte accionariado con su madre, su tío y las hijas de Isidoro.

Por hacerlo más fácil. El accionariado de IASA está compuesto ahora por Cristina y Marta Álvarez, que ostentan el 69%. Dimas Gimeno tiene el 13%, su tío César el 9% y la madre de Dimas, María, tiene el 9%. 

Llega Al Thani

El legado de Isidoro Álvarez nunca fue puesto en duda. Era su deseo y así se respetó hasta que en pleno verano de 2015 Dimas Gimeno se descolgó con una medida inesperada. Dar entrada al jeque Hamad Al Thani en el accionariado de la compañía. Mil millones de euros tuvieron la culpa de que pueda hacerse con el 10% de los títulos y con posibilidad de llegar al 12% a través de un préstamo convertible en acciones. Algo que, con casi toda probabilidad, ocurrirá este verano.

La decisión no gustó a los Areces -por lo que Carlota Areces fue expulsada del consejo tras mostrar su disconformidad-; pero tampoco convenció a las hijas de Isidoro. Marta y Cristina comenzaban a desconfiar de los pasos que su primo daba en torno a la estrategia para salvar a El Corte Inglés. No sólo se rompía la tradición de que entrase en el accionariado alguien alejado de la familia, la dirección o los trabajadores de El Corte Inglés; abocaba también a que el ‘jeque’ apretara para abrir el negocio a una salida a Bolsa. Una opción que siempre ha estado encima de la mesa, pero que nunca ha salido adelante.

A todo eso hay que unirle una compleja disputa familiar por el resultado de la herencia de Isidoro Álvarez. Por un lado, Dimas Gimeno y su madre con problemas para pagar el Impuesto de Sucesiones; por el otro, diferencias con el legado de Isidoro. César y María Antonia Álvarez han presentado sendas demandas contra Marta y Cristina, las hijas de Isidoro.

Jesús Nuño de la Rosa y Víctor del Pozo, consejeros delegados de El Corte Inglés

La primera de ellas por la reforma estatutaria y de reducción del capital social acometida en la sociedad en su propio beneficio, según los demandantes; la segunda, porque consideran que dado que la adopción de Marta y Cristina se produjo cuando éstas tenían más de 40 años, dudan de que se pueda considerar que es una primera línea de consanguinidad; por lo que debieran abonar más impuesto de sucesiones.

Se pone, por tanto, en cuestión la herencia -y el control- de IASA que juega un papel fundamental en el accionariado de El Corte Inglés; pero también en el de las empresas satélite del grupo. Y no sólo eso, también en la Fundación Ramón Areces, en donde están representadas tanto Marta como Cristina y que es presidida por Florencio Lasaga, uno de los hombres fuertes de Isidoro Álvarez. Una posición que, hasta la muerte de Isidoro Álvarez, siempre había ocupado el presidente de los grandes almacenes.

Así que la desconfianza entre las herederas de Isidoro Álvarez, Marta y Cristina, y el sucesor designado, Dimas Gimeno, es máxima y las espadas están en todo lo alto. Con una diferencia, ellas controlan el 69% de IASA, y cuentan con el respaldo de la Fundación, en donde Cristina es Vicepresidenta, y en cuyo patronato están otros accionistas del grupo y algunos de los principales miembros del consejo de administración.

La revuelta

Entre ellos Se encuentran Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa, consejeros delegados de El Corte Inglés desde finales del año pasado. El primer aviso de advertencia lanzado a Dimas Gimeno por parte de sus hermanas. Sobre todo, una vez que Florencio Lasaga (presidente del patronado de la Fundación y hombre fuerte de Isidoro) y Carlos Martínez Echevarría  le dieran la espalda en pleno intento por reconvertir el consejo de administración de la compañía.

Una advertencia que como ha contado EL ESPAÑOL no fue bien recibida por Gimeno. El presidente insiste en que su figura debe contener poderes, y no le vale el adaptarse al estándar de chairman, así que intenta librar la batalla por su cuenta. Una batalla para la que no cuenta con el respaldo suficiente, como es obvio.

Marta y Cristina (consejeras) tienen el respaldo de la Fundación Ramón Areces (37%), el de IASA -de la que son representantes y mayoritarias- (22%). Es decir, del 59% de los títulos, pero también de Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría (consejeros) como de los dos Ejecutivos, también consejeros. Es decir, seis de los 10 miembros con los que cuenta El Corte Inglés.

También está el respaldo de Paloma García, representante de la cartera Mancor, que aglutina el 7% de las acciones. En ella están representados los herederos de César Rodríguez, el histórico fundador de El Corte Inglés.

Así que parece que Dimas Gimeno tiene bastante complicado seguir adelante en El Corte Inglés. En una Junta de Accionistas estaríamos hablando del respaldo de -al menos- el 66% del accionariado. El tiempo lo dirá, aunque él -por el momento- trata de ganar tiempo buscando apoyos entre el jeque Al Thani; el independiente, Manuel Pizarro y la Cartera Mancor (algo improbable después de expulsarlos); pero aún así no parece que vaya a ser suficiente para garantizar su futuro al frente del grupo.

El papel de la Fundación Areces

Fundada en 1976 por Ramón Areces tiene como objetivo el fomento de la investigación, la contribución a la generación de capital humano. Desarrolla toda su actividad a nivel nacional, y desde la muerte del presidente de El Corte Inglés en 1989, tiene en su poder el 37,39% de los grandes almacenes.

Una fórmula muy particular de transmisión de los títulos en España, pero muy habitual en Estados Unidos, en donde empresas muy ligadas a una persona, optan por una Fundación para dar garantía y unidad a la gestión corporativa.

Su patronato está compuesto por el núcleo duro de los accionistas de El Corte Inglés, así como por otros representantes también vinculados en su mayoría a El Corte Inglés. Su patronato está formado por Florencio Lasaga como presidente y Cristina Álvarez como vicepresidenta. El resto de patronos son: César Álvarez, Marta Álvarez, José Antonio Álvarez, Dimas Gimeno, Paloma García, Carlos Martínez Echevarría, Jesús Nuño de la Rosa, Jorge Pont, Víctor del Pozo y Arsenio de la Vega.

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