Beneficio cero. Ese es el balance que saca Siemens Gamesa Renewable Energy del primer semestre fiscal. El resultado del fabricante de aerogeneradores ha vuelto a negro en su segundo semestre, pero la cifra calza a la perfección con las pérdidas del primero y deja el beneficio a cero.

La firma que preside Rosa García subrayaba un período con pedidos récord en el área onshore, pero es otro dato el que ha preocupado al mercado: sus ventas. El fabricante ingresó un 29% menos entre enero y marzo, respecto a las ventas proforma de un año antes, llegando a 2.242 millones de euros. El lastre han sido las ventas de aerogeneradores, que cayeron un 32%.

Los títulos del fabricante vasco reaccionaron al instante con una fuerte caída al inicio de la sesión del viernes. Aunque remontaron parte de la pérdida, cerraron en rojo, un 2,29% por debajo, a 13,68 euros por acción, poniendo un cierre agridulce a una semana alcista que parecía que iba a concluir con el regusto del refuerzo que la CNMV ha dado a su operación rechazando la petición de Iberdrola de revisar la exención de opa que concedió a Siemens.

La gestión de García en entredicho: ni logra resultados para satisfacer al mercado, ni ha sabido poner paz en la guerra abierta con Iberdrola, su principal socio minoritario.

El joven directivo sueco de origen turco, que hasta hace pocas semanas era el director general de la división española, no podía haber empezado peor su nueva andadura como responsable de distribución del coloso nórdico de los muebles, Ikea.

Ha tenido que ser la voz que anuncie los despidos de 150 personas, principalmente 110 trabajadores de la unidad de apoyo global de Suecia, pero también en Países Bajos y Bélgica. En España se hizo popular por una circunstancia más feliz: el reparto de 13,2 millones de euros entre 8.100 empleados en nuestro país, y se ganó a los medios de comunicación por su cercanía y juventud.

El problema es que la simpatía o su afición por el Atlético de Madrid y el Fenerbahce no le va a proteger de la principal amenaza a la que se enfrenta el coloso sueco: el crecimiento de jugadores globales como Amazon o la india Flipkart, nativos del comercio electrónico.

Cambiar el ADN de la compañía y buscar una manera de enviar los muebles a los hogares en lugar de esperar siempre a que vengan a recoger sus cajas planas será uno de los retos para el futuro. De hecho, es el proyecto más ambicioso de la casa de muebles.