Stark Industries, que ocupa el primer lugar en la lista de Las 35 grandes empresas de ficción de EL ESPAÑOL, es una empresa tecnológica y diversificada, la mayor del Universo cinematográfico de Marvel. Algunos de sus mayores logros se produjeron a lo largo del siglo XX bajo la dirección de Howard Stark, padre de su actual gestor y principal accionista, Anthony (Tony) Stark. Según la encuesta Forbes 25 de 2011, Stark ocupaba el lugar 16 de la lista con una facturación estimada de 20.300 millones de dólares.

Sin embargo, esta cifra se ha disparado durante los últimos años. Si nos atenemos al crecimiento que ha vivido desde entonces el mercado estadounidense en el universo ficticio de Marvel, un crecimiento sin duda aupado por los típicos efectos de reconstrucción de postguerra, podemos imaginar una bolsa en un gran momento y a Stark como una de las grandes beneficiadas. Está consolidada como la compañía con mayor capitalización bursátil del Universo Marvel y, siendo extremadamente conservadores, podemos suponer que tiene más de x2 con respecto a Apple y juguetea con los 2 billones de capitalización.

Stark tiene un indudable parecido con otras empresas armamentísticas como Lockheed Martin, aunque con alguna diferencia clave: en el Universo Cinematográfico Marvel, su creador anunció el cierre de su división armamentística.

Joint-venture de Stark Industries y LG en tecnología móvil.

A semejanza de Lockheed Martin, Stark está extremadamente diversificada con distintas tecnologías. De hecho, ambas coinciden en segmentos como la inteligencia artificial o el desarrollo de exoesqueletos. Si bien es cierto que Stark no tiene acceso a contratos de armamento propiamente dichos, es un gran contratista del Gobierno de EEUU y participa en el desarrollo de elementos claves para su aparato militar. Al menos los motores de los helitransportes y mucha de la tecnología de las agencias de Inteligencia, incluyendo los quinjets, son fabricados por su compañía.

El Elon Musk de Marvel

En sus apariciones públicas, Tony Stark es una combinación entre Elon Musk y, en menor medida, Steve Jobs. La compañía tiene un expertise sin parangón en tecnologías de exoesqueletos, asistentes digitales, realidad aumentada, realidad asistida, robótica e industria 4.0, aeroespacial y sistemas de telecomunicaciones y telefonía móvil avanzada.

Es reseñable que en el momento de la elaboración de la última lista de Forbes, la facturación de la compañía había sufrido por la batalla por el control del grupo con Obadiah Stane. Desde entonces, todo parece ir mucho mejor.

En los últimos años, Stark no sólo ha contribuido a la reconstrucción multimillonaria de los helitransportes de Shield y otras infraestructuras de defensa fundamentales. Parte de su actividad se ha trasladado a otros sectores, como el de la obra civil y la reconstrucción de escenarios en los que participan individuos con capacidades aumentadas.

Stark ha capitalizado su buena disposición para con el Gobierno de EEUU durante su carrera como vigilante con superpoderes. Tras la Batalla de Nueva York provocada por la invasión Chitauri, la compañía puso en marcha una joint-venture con las autoridades federales, Damage Control, una asociación público privada que ha otorgado a la compañía acceso a tecnología de los Chitauri, de Ultrón, de Hydra y de los elfos oscuros. En los primeros minutos de Age of Ultron vemos cómo Stark tiene acceso directo a la tecnología ‘rescatada’ por los Vengadores fuera de territorio de EEUU mucho antes que el Gobierno u otros actores.

Esta actitud ha sido criticada por pequeños contratistas como Adrian Toomes, que perdió a manos de Damage Control los contratos de reconstrucción con la ciudad de Nueva York que venía manteniendo hasta entonces. Después se descubrió que Toomes y sus hombres pasaron años utilizando tecnología chitauri para robar avances en otras escenas comprometidas y venderlos a terceras partes. Si una pequeña banda consiguió acceso a tecnologías extraterrestres, ¿a cuánto ha podido acceder Stark legalmente a través de Damage Control y de Los Vengadores?

El uso del secreto industrial por parte de la compañía ha hecho que Stark Industries funcione en un régimen de cuasi-monopolio, con compañías rivales como la de Justin Hammer con muchos años de retraso, como pudo apreciarse en una notable sesión del Comité de Servicios Armados del Senado. “He privatizado con éxito la paz mundial”, dijo en aquel momento. Desde entonces, el acceso a la tecnología alienígena que consigue Stark a través de sus actividades como ‘superhéroe’ sólo refuerza su posición de dominio en el mercado.

Un jugador de equipo

Si bien la resistencia por parte de Stark a compartir la tecnología de su armadura personal le ha provocado algunas tensiones con la administración, especialmente cuando se conoció el Hydragate, y si bien la relación con la inteligencia artificial del grupo provocó la Singularidad y provocó la batalla con Ultrón, las acciones de Stark Industries recibieron un importante espaldarazo cuando se conoció que su máximo accionista había mostrado intenciones de plegarse a los Acuerdos de Sokovia.

Con la aprobación de 117 países, este convenio internacional privaba a Los Vengadores su estatus de organización privada, forzaba la supervisión por un comité de Naciones Unidas y llevaba a la identificación biométrica de los individuos con supercapacidades. La notable experiencia de Stark Industries probablemente ha convertido a esta compañía también en el adjudicatario de dichos contratos a escala global. En un gesto de buena voluntad, Stark también ha facilitado el uso de su armadura War Machine al teniente coronel James Rhodes, enlace con el departamento de compras de las Fuerzas Armadas de EEUU.

¿En resumen? Stark Industries sale ganando casi haga lo que haga su fundador.

Y buena parte de este debate lo tenemos sin conocer el impacto que podría tener sobre la economía global el reactor ARC que alimenta la Torre Stark y las sucesivas iteraciones de la armadura de Iron Man. En algún momento se ha hablado de cómo supone la posibilidad de tener una fuente de energía limpia e ilimitada que ilumine el mundo. Lo que tendría el potencial de transformar la economía global de manera definitiva. Sólo ante la perspectiva de que suceda algo así, las acciones de Stark no pueden hacer más que subir.

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