Durante los últimos años, Emilio Gayo había sido el número dos del presidente de Telefónica de España, Luis Miguel Gilpérez. En este tiempo, su buena labor le ha granjeado la sucesión tras comunicar su predecesor su voluntad de abandonar la compañía. Su elección garantiza al presidente del grupo, José María Álvarez-Pallete, una cierta sensación de continuidad al frente de uno de los grandes negocios de Telefónica. Y, al mismo tiempo, comunica a los inversores un cambio de rumbo y una renovación.

Y es que, por muy fiel que haya sido Gayo a Gilpérez desde el área de Márketing y servicios a Gran Público y Empresas, y por mucho que ambos fuesen compañeros en la aventura, su visión de los temas fundamentales no ha sido siempre la misma. 

Gayo, por ejemplo, está convencido de la necesidad de buscar nuevas armas para competir en el segmento de precios más bajo, lo que le ha llevado a que su nombramiento fuese de la mano del de Pedro Serrahima, un ejecutivo especializado en este segmento y en mejorar la atención al cliente. Serrahima tiene la labor de rehabilitar la marca Tuenti y buscar nuevas alternativas para competir con MásMóvil. Mientras Gilpérez creía que podía hacerse a secas con la marca Movistar, Gayo tiene la mente más abierta a nuevas opciones y a nuevas formas de atacar este negocio.

Gayo va a ser también el responsable de negociar el campeonato nacional a partir del próximo año con LaLiga y de 'pelearse' con Mediapro sobre la situación de la Champions. Y aquí sí parece que su visión y la de Gilpérez están alineadas, así como las del resto de operadores nacionales. 

Javier Tebas, presidente de LaLiga, es un hábil negociador y volverá a intentar utilizar el dilema del prisionero contra Movistar, Vodafone y Orange. Si se cierran en banda, como ahora mismo parece más probable, intentarán atacar a través de algún operador alternativo como MásMóvil o mediante plataformas tipo Amazon o Facebook. 

Gayo, como el resto de operadores, deberá decidir si siguen subvencionando a fondo perdido un negocio ruinoso que les cuesta muchos cientos de millones. Uno que, además, supone una mina de oro para la Mediapro de Jaume Roures, el mismo directivo que le montó a Puigdemont un centro internacional de prensa para la charada del 1-O y que ayudó a Junqueras a intentar acercar aún más a Pablo Iglesias a la causa del independentismo radical. 

Lo único seguro es que los clientes de los operadores tendrán el fútbol ya sea en unas o en otras plataformas. Son la plataforma ideal de distribución. Pero se niegan a seguir pagando la fiesta por adelantado. ¿Qué pueden perder? ¿No ofrecer el fútbol directamente? ¿No preferirán los clientes tarifas más bajas y que contrate el futbol quienes lo quieran en otra plataforma? Todo esto supone un reto importante para Gayo, que deberá tomar decisiones importantes al respecto a corto y medio plazo.

Por ahora, en la compañía pocos dudan de que, además de ser un directivo de gran estatura, estará también a la altura de lo que tiene por delante.

El presidente de Caixabank ha presentado los mejores resultados de la historia de la entidad. 1.684 millones, lo que supone un 61% más que el año pasado. El margen bruto de CaixaBank llega en 2017 los 8.222 millones, un 5,1 % más, por la mayor generación de ingresos básicos del negocio bancario

Una buena noticia para la entidad después de las turbulencias en las que se ha visto envuelta Caixabank por la deriva secesionista de Carlos Puigdemont. El cierre del año se saldó con un aumento de 10.600 millones de euros en depósitos, pese a que perdió 700 millones en el último trimestre. 

Fue capaz también de liderar, junto a Isidre Fainé, el cambio de sede de la entidad a Valencia. ¿El objetivo? Garantizar la seguridad de sus clientes, un movimiento que ha provocado las iras de algunos sectores independentistas en Cataluña, pero que se ve recompensado con la confianza del resto de sus clientes. 

Además, la entidad anunció que Gual sustituirá en el consejo de Telefónica, en condición de dominical, a Antonio Massanell Lavilla, quien renunció voluntariamente a su cargo de consejero el pasado 21 de diciembre.