Alexandre Bompard (Carrefour) y Juan Antonio Alcaraz (Caixabank).

Empresas A LOS LEONES

29 enero, 2018 01:55

Bompard se deja miles de empleos en su plan de transformación para Carrefour

Suprimir 2.400 empleos en Francia y más de 1.200 en Bélgica. Es el daño más importante que va dejar el plan de transformación de Carrefour para 2022, anunciado por su presidente Alexandre Bompard.

Un daño que, previsiblemente, crecerá. No en vano, los ajustes y las medidas específicas en el resto de los países las precisará el grupo de distribución “en las próximas semanas”. En Francia, por ejemplo, Carrefour se desprenderá de 273 tiendas de las que compró a Dia, que han acabado siendo un fracaso.

Así, Bompard, que lleva solo seis meses en el cargo, ha presentado un plan que, sin duda, le traerá dolores de cabeza. Entre sus objetivos, ahorrar costos que en el horizonte de 2022 deben representar 2.000 millones de euros anuales y ser líder en el comercio electrónico, que le debería reportar 5.000 millones de facturación anual.

De momento, a Bompard ya le ha estallado la primera huelga desde que anunciara las medidas; en concreto, unos 30 centros en Bélgica amanecieron cerrados este viernes. Tendrá que demostrar el CEO de Carrefour que es capaz de gestionar la crisis laboral mientras muestra las bondades de su nuevo plan.

Alcaraz se equivoca al hablar de que los desahucios son una leyenda urbana

El director general de Caixabank asegura que los desahucios "forman parte de la leyenda urbana". Desafortunadas palabras provenientes del responsable de unas de las principales entidades de este país. Es cierto que en los últimos años las cifras se han reducido, pero eso no es óbice para negar la realidad. 

A falta de datos finales, en el primer semestre del año pasado, se produjeron 189 al día -según cálculos de FACUA-. Un número lo suficientemente considerable como para mostrar inquietud y cercanía con los afectados. Es cierto que Caixabank, como Alcazar se ocupaba de decir, trata de buscar "fórmulas imaginativas" para reducirlos a la mínima expresión. 

Unas palabras que han causado polémica, y más procediendo de una entidad como Caixabank, cuya obra social es reconocida por todos los miembros del Tercer sector; pero también es uno de los emblemas de la misma. Esa falta de apatía es la que, al final, termina por hacer que la banca tenga la opinión que mantiene en este momento.