Las estaciones han sido concebidas por el estudio de Foster.

Las estaciones han sido concebidas por el estudio de Foster.

Empresas

Última parada, La Meca

El AVE del Desierto, el producto estrella de la ingeniería española comienza hoy a rodar en pruebas para cumplir un compromiso peliagudo.

31 diciembre, 2017 01:14

Llega cinco años después de lo previsto, pero llega. Al Shula, el consorcio español que lleva años trabajando en el AVE a La Meca, el proyecto emblemático de la ingeniería española, comienza este domingo su primera prueba con pasajeros, a la que asistirán autoridades saudíes, invitados de la monarquía del país árabe y los máximos responsables de las empresas que lo conforman y de la sociedad pública saudí que lo contrató, la Saudi Railways Organization (SRO).

¿Por qué el 31 de diciembre? Era obligatorio para cumplir el plazo fijado en mayo para zanjar todos los pleitos pendientes con la contratante. Tenían que empezar a rodar en 2017. Y si se ha esperado hasta el último día posible se debe a que las autoridades saudíes no aceptaron la fecha del 29 de diciembre al tratarse de un día de oración.

Aunque el convoy realizará todo el trayecto entre ambas ciudades santas lo hará a una velocidad muy inferior de los 330 kilómetros por hora previstos inicialmente, y en algunos tramos circulará entre 150 y 175 kilómetros por hora, como sucede en el AVE Madrid-Valencia.

Quedan flecos pendientes, como poner en marcha todos los sistemas de seguridad y señalización encargados a Indra y Siemens, y la homologación de los trenes Talgo, que aún está pendiente.

Los dos santuarios

El consorcio para la fase 2 de la llamada línea Haramain (del árabe الحرمين‎, la apelación clásica a las dos ciudades santas que significa ‘Los Dos Santuarios’) está formado por una combinación entre empresas españolas públicas y privadas: Renfe Operadora, Adif, Ineco, OHL, Indra, Talgo, Copasa, Consultrans, Imathia, Cobra, Abengoa, Al Rosan y Dimetronic-Siemens y socios saudíes. Con este viaje termina un viaje enrevesado, un proyecto que pasó años en una espiral entre impagos, retrasos, ultimátums, acusaciones e intervenciones del Rey Emérito Juan Carlos I, pero que se ha normalizado completamente.

En todo caso, la operadora no empezará a vender billetes hasta después del 15 de marzo de 2018. Hasta entonces, todo serán viajes con invitados, o con la Familia Real saudí, con dos viajes por sentido y día todos los viernes y sábados. Eso, en el mejor de los casos.

Cinco estaciones

Aunque el tren atraviesa cinco estaciones, que incluyen la de Medina, la de Yeda, la del aeropuerto Rey Abdulaziz en Yeda, la de la Zona Económica Rey Abdulá (KAEC, por sus siglas en inglés) en Rabigh y la de La Meca, las cosas van con retraso. La estación de La Meca, que construye el consorcio Bin Ladin, liderado por la constructora de la familia de Osama Bin Laden, no termina de levantarse, y la de Yeda no ha empezado a construirse por la quiebra de Oger, que lideraba el consorcio respectivo. Están completadas, eso sí, las de Medina y la de KAEC.

En parte, se debe al objetivo de que sean estaciones icónicas, diseñadas por Buro Happold y Foster Partners. Sus diseños tienen en cuenta las tradiciones arquitectónicas islámicas e incorporan tiendas, restaurantes, mezquitas, aparcamientos, un helipuerto y salas VIP. En los alrededores de KAEC ya han empezado a comercializarse promociones de viviendas que aprovechan la cercanía a la estación.

¿Habrá peregrinos en el AVE del desierto en primavera? No está claro de cuántos, pero está claro que no se conseguirán, inicialmente, los 9.000 pasajeros por hora previstos. Un ritmo que debería evitar los inmensos atascos que provocan las peregrinaciones.

Pero ya no sería culpa de unas empresas que, con el respaldo del Gobierno español, han convertido este proyecto en una bandera de la ingeniería española. ¿El objetivo? Permitir a millones de peregrinos atravesar casi 450 kilómetros en dos horas y media. ¿El reto? Construir vías e instalar electricidad y señalización en pleno desierto para que circule un tren con una frecuencia máxima de cuatro minutos. ¿La recompensa? Más de 6.600 millones por un proyecto que incluye 12 años de mantenimiento.

Ha sido el proyecto ferroviario más importante del mundo y ya ha funcionado con éxito, aunque sin pasajeros. La primera prueba oficial fue, este verano, de 243 kilómetros por hora.

Los ojos del mundo están puestos en la prueba de este domingo. La Marca España depende de su éxito.